La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un trámite obligatorio en España para garantizar que los vehículos que circulan por las carreteras sean seguros y respeten las normativas medioambientales. Aunque muchos conductores se concentran en aspectos como los frenos, las luces o la suspensión, las ruedas también juegan un papel crucial en la inspección. De hecho, son uno de los elementos más observados y, en caso de no cumplir con los requisitos, pueden ser motivo suficiente para que el coche no pase la ITV. Pero ¿cómo saber si las ruedas de tu coche están en condiciones adecuadas para pasar la inspección? A continuación, explicamos los principales aspectos que se deben tener en cuenta.
El estado general de las ruedas: desgastes y daños visibles
Uno de los aspectos más sencillos de comprobar es el estado general de las ruedas. Para ello, basta con realizar una revisión visual para detectar posibles desgastes irregulares, fisuras, abolladuras o daños en los flancos. Estos defectos pueden comprometer la seguridad del vehículo y, por ende, ser motivo de rechazo en la ITV.
Desgaste de la banda de rodadura
La banda de rodadura es la parte de la rueda que está en contacto con el asfalto, y su desgaste es una de las principales causas por las que las ruedas no pasan la ITV. El límite mínimo legal para el desgaste de la banda de rodadura es de 1,6 mm en toda su circunferencia. Si las ruedas muestran signos de desgaste más allá de este límite, el coche no podrá superar la inspección.
Una forma práctica de comprobar este desgaste es usar un medidor de profundidad de los surcos o incluso una moneda de un euro. Si, al insertar la moneda en los surcos de la rueda, se ve la parte dorada, es una señal de que el desgaste es excesivo.
Daños visibles
Cualquier daño visible en los flancos de la rueda también es motivo de rechazo. Los golpes y fisuras son peligrosos porque pueden provocar un reventón o afectar la estabilidad del coche. Si se observa alguna herida o hendidura en el neumático, especialmente si es profunda o afecta a la estructura, la rueda no pasará la ITV.
La presión de los neumáticos
Otro de los factores clave que se revisan en la ITV es la presión de los neumáticos. Aunque la ITV no realiza una medición directa de la presión, sí comprobará que los neumáticos están adecuadamente inflados. Un neumático bajo de presión puede aumentar el riesgo de deslizamiento y desgaste irregular, lo que podría derivar en un fallo en la inspección.
Es fundamental que el conductor haya comprobado la presión de los neumáticos antes de llevar el coche a la ITV. Para ello, es recomendable hacerlo cuando los neumáticos estén fríos, ya que la presión varía con la temperatura. El valor recomendado para cada vehículo se encuentra en el manual del fabricante o en una pegatina ubicada en la puerta del conductor.
Correcta homologación de las ruedas.
En la ITV también se revisa que las ruedas sean compatibles con las especificaciones del fabricante del vehículo. El tamaño, el tipo de neumático y la carga máxima deben coincidir con los datos establecidos para el modelo específico. En caso de que se haya realizado alguna modificación (por ejemplo, montar ruedas de un tamaño diferente al original), el coche podría ser rechazado en la inspección.
Además, los neumáticos deben contar con la homologación adecuada. En España, los neumáticos deben llevar la marca ECE (Reglamento de la Comisión Económica para Europa) o la homologación europea, que garantiza que cumplen con los estándares de seguridad y calidad.
El equilibrio de las ruedas: alineación y vibraciones.
Las vibraciones y el desgaste irregular en los neumáticos pueden ser indicativos de un problema en la alineación o en el equilibrio de las ruedas. Si el coche presenta vibraciones al conducir a altas velocidades o al frenar, es recomendable revisar el estado de los neumáticos y asegurarse de que están alineados correctamente.
Si durante la ITV el inspector detecta que las ruedas no están alineadas o equilibradas de manera correcta, el vehículo podría no superar la prueba. Aunque este tipo de defectos no siempre se refleja en el estado de la rueda en sí, pueden afectar su rendimiento y, por ende, la seguridad del vehículo.
La fecha de fabricación de las ruedas.
Un factor menos conocido, pero igualmente importante, es la edad de los neumáticos. Aunque no existe una normativa explícita que limite la antigüedad de los neumáticos para pasar la ITV, los expertos recomiendan no utilizar neumáticos con más de 10 años de antigüedad, ya que la goma pierde propiedades con el tiempo, incluso si no han sido muy usados.
Para conocer la edad de un neumático, basta con mirar el código DOT en el flanco del neumático. Este código incluye una secuencia numérica que indica la fecha de fabricación del neumático. Los dos últimos dígitos representan la semana y el año de fabricación.
¿Qué sucede si no pasas la ITV por las ruedas?
Si durante la ITV se detecta que las ruedas no cumplen con los requisitos de seguridad, el vehículo no superará la inspección y se le entregará un informe de rechazo. En este informe, se especificará qué defectos han causado el rechazo, en este caso, relacionados con las ruedas. Para poder volver a presentarse a la ITV, el conductor deberá reparar o reemplazar las ruedas defectuosas y solicitar una nueva cita para la inspección.