Un niño de un instituto descubre por casualidad un compuesto anticancerígeno en heces de ganso: frena el avance de las células de los tumores

Un grupo de estudiantes de secundaria en Chicago puede haber logrado por accidente un destacable avance en la biomedicina

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Un laboratorio científico. (Raquel Manzanares/EFE)
Un laboratorio científico. (Raquel Manzanares/EFE)

Todo comenzó como la típica actividad de ciencias de un instituto estadounidense, como las que hemos visto miles de veces en las películas. De hecho, todo comenzó con lo que parecía una mala idea: llevar excrementos de aves a la escuela para un proyecto que tenía como objetivo involucrar a los estudiantes en la búsqueda de nuevos antibióticos. Pero el resultado inesperado ha llevado a que un estudiante de secundaria en Chicago esté siendo celebrado como “un verdadero científico biomédico”.

Los protagonistas de la historia son uno de estos menores de edad y unas heces de ganso. En un trabajo realizado bajo la supervisión de los investigadores de la Universidad de Illinois, se les pidió a los alumnos que exploraran su vecindario en busca de nuevos compuestos bioactivos. Posteriormente, enseñaron a los jóvenes a cultivar bacterias de forma segura y a seleccionar colonias para que fueran evaluadas por los científicos universitarios.

Uno de estos estudiantes llevó estos excrementos de ave —lo que puede resultar peligroso debido a los patógenos, especialmente durante un brote nacional de gripe aviar— y logró aislar una especie de bacteria llamada Pseudomonas idahonensis. La sorpresa llegó en el laboratorio, cuando los investigadores descubrieron que esta bacteria podía inhibir más del 90% del crecimiento de una especie grampositiva que provoca infecciones cutáneas. En el análisis posterior, llegó otro descubrimiento: un compuesto natural producido por esta bacteria, completamente nuevo para la ciencia, demostró tener propiedades para ralentizar el crecimiento de células de melanoma y del cáncer de ovario.

“Se están llevando a cabo esfuerzos para determinar el o los compuestos responsables de la actividad antibiótica observada”, señala el equipo en un artículo revisado por pares publicado sobre el descubrimiento, en declaraciones recogidas por el medio científico Science Alert. El estudiante que trajo las muestras está incluido como coautor de la investigación.

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Encontrar nuevos antibióticos

A medida que las bacterias peligrosas en el mundo desarrollan resistencia a los antibióticos actuales, los científicos buscan nuevos medicamentos, comenta Science Alert. Y la naturaleza sigue siendo uno de los mejores lugares para encontrar compuestos antibacterianos.

El descubrimiento de antibióticos naturales alcanzó su punto máximo en la década de 1950, pero desde entonces ha habido un preocupante declive en este tipo de desarrollo farmacéutico. Afortunadamente, la naturaleza todavía guarda secretos que podrían ayudarnos en la lucha contra problemas de salud importantes, como infecciones bacterianas y el cáncer.

Sin embargo, encontrar nuevos antibióticos requiere años de pruebas y la tasa de fracaso es alta. De las 14 muestras ambientales recolectadas en Chicago como parte del proyecto, por ejemplo, solo una mostró actividad antibiótica, y esta podría no superar futuras investigaciones.

Aunque inspirar a la próxima generación en el descubrimiento de antibióticos es un desafío a largo plazo, los científicos de la Universidad de Illinois afirman que este caso de éxito demuestra que “es posible integrar programas educativos con el descubrimiento avanzado de productos naturales”. El estudio científico ha sido publicado ya en ACS Omega, una revista científica de Estados Unidos publicada por la American Chemical Society.

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