Europa lanza con éxito la misión Proba-3, la pareja de satélites diseñada por España para eclipsar el Sol

Al generar 50 eclipses al año mediante el vuelo en formación de dos naves espaciales, la misión ofrecerá vistas prolongadas y detalladas de la corona solar

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La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado con éxito las dos plataformas que componen la misión Proba-3, desde el Centro Espacial Satish Dhawan, en India, a bordo de un cohete PSLV-XL. Este despegue marcó el comienzo de una misión que promete revolucionar las futuras misiones espaciales, especialmente en lo que respecta a la observación del Sol.

La puesta en órbita de Proba-3 se produjo a las 11:34 CET (10:34 GMT) y, tras 18 minutos de vuelo, los satélites se separaron de la etapa superior del cohete. Los satélites tienen como objetivo no solo demostrar tecnologías avanzadas en operaciones autónomas, sino también ofrecer a la ciencia una nueva ventana para estudiar el Sol.

Proba-3 destaca por su capacidad para generar eclipses solares artificiales en órbita. Estas observaciones permitirán estudiar la corona solar que, aunque más extensa que el propio Sol, emite muy poca luz, lo que dificulta su observación desde la Tierra o incluso desde satélites cercanos al Sol. Sin embargo, al generar un eclipse artificial mediante el vuelo de los satélites en formación, Proba-3 podrá ofrecer vistas prolongadas y detalladas de esta área.

“Ahora empieza realmente el trabajo duro, porque para lograr los objetivos de la misión Proba-3, los dos satélites tienen que lograr una precisión de posicionamiento del grosor de una uña estando situados a un campo y medio de fútbol de distancia”, ha asegurado el responsable de la misión, Damien Galano.

Eclipses artificiales

Los dos satélites lanzados, denominados Coronagraph y Occulter, volarán en una órbita elíptica a una distancia de hasta 60.000 kilómetros de la Tierra y estarán alineados de manera autónoma a una distancia de 150 metros entre sí, con precisión milimétrica. En este sentido, la mayor dificultad técnica del proyecto radica en la autonomía del par de sistemas: cada uno actuará de manera independiente, calculando su posición y trayectoria con respecto a su homólogo, sin el apoyo de un operador humano.

Cada uno de los satélites tiene un propósito determinado. El Coronagraph alojará el coronógrafo de la misión, instrumento que apuntará directamente al Sol, mientras que el Occulter eclipsará a la estrella interponiéndose entre ella y la primera nave. Para ello, utilizará un disco de unos 140 centímetros de diámetro y varios equipos, tanto ópticos como láser, que permitirán calcular la posición y actitud relativa entre los dos satélites y posicionar ambos con una exactitud extrema.

Así, la sincronía entre ambas aeronaves creará un eclipse artificial de una manera jamás conseguida: el Coronagraph en el espacio podrá obtener imágenes del Sol que no estarán afectadas por las perturbaciones de la atmósfera terrestre. Por su parte, el Occulter, a cientos de metros del punto focal del instrumento óptico, reducirá notablemente los efectos de interferencia de la luz solar.

Participación de la industria española

La empresa Sener, cuyas instalaciones se encuentran en la localidad de Tres Cantos (Madrid), ha sido el contratista principal de Proba-3 y responsable de liderar el amplio consorcio de 29 empresas, de 17 países distintos, que han estado involucradas en el desarrollo de la misión, en el que la industria española ha tenido un papel destacado. En este sentido, la filial española de Airbus ha estado a cargo del desarrollo e integración de las plataformas de ambos satélites, incluyendo su diseño, fabricación y verificación de la arquitectura mecánica, térmica y de propulsión, así como proporcionar sus arneses, los mecanismos de despliegue de paneles solares y la banda de separación.

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De igual manera, GMV se ha ocupado del Subsistema de Vuelo en Formación (FFS), uno de los componentes más complejos y críticos de toda la misión: mantiene la precisión y estabilidad necesarias entre los dos satélites, permitiéndoles funcionar como una estructura rígida virtual. Esta compañía también gestiona los sistemas de monitorización y control de vuelo en las infraestructuras terrestres, que determinan la órbita, la predicción de eventos y el cálculo de maniobras, asegurando que los satélites mantengan su formación durante toda la misión.

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