Para nadie es un secreto que la caza es uno de los hobbies favoritos para los miembros de la Casa Real Británica, tanto es así que es una tradición que pasa de generación en generación. Precisamente, el príncipe Guillermo ha tenido una discreta escapada a España para disfrutar de esta actividad.
El pasado fin de semana, el marido de Kate Middleton tomó un avión desde el aeropuerto de Londres con destino a Madrid. Una vez en la capital, se ha trasladado a Ciudad Real y, en concreto, a la propiedad del duque de Westminster, para participar en unas jornadas de cacería.
Lo curioso de todo ello es que su plan ha coincidido en el tiempo con el viaje de los reyes Máxima y Guillermo Alejandro de Holanda, quienes también han estado de caza en nuestro país. Así, mientras que el hijo de Carlos III se encontraba la ciudad manchega, los royals holandeses establecieron su estancia en Toledo y junto a los titulares de la Corona belga, Matilde y Felipe.
Los planes secretos que ha llevado a cabo cada uno de ellos han sido desvelados por Isabel González en La mañana de Federico. La comunicadora ha sacado a la luz los viajes privados de los cuales nadie tenía constancia, ni siquiera las embajadas ni las casas reales correspondientes.
Toledo y Ciudad Real
De acuerdo con la información de González, el heredero al trono inglés se trasladó a la finca La Garganta, propiedad de Hugh Gronvenor para disfrutar de una jornada de caza en compañía de varias amistades. Y es que la finca, que tiene una extensión de 15.000 hectáreas y está inmersa en el Valle de Alcudia, está especializada en la caza de la perdiz, por lo que se convirtió en el sitio idóneo. No es la primera vez que el hermano de príncipe Harry visita este enclave, donde se conocieron el rey Juan Carlos y Corinna Larsen. La última vez que se trasladó a este lugar fue en 2012 en compañía de su hermano, año en el que aún mantenían una estrecha relación.
Por su parte, Guillermo y Máxima de Holanda y Matilde y Felipe de Bélgica se dedicaron en cuerpo y alma al mismo hobby, pero en la finca La Ventosilla, ubicada en la localidad de Polán. En su caso, también cazaron perdices. Mientras que los belgas optaron por mostrar un perfil mucho más bajo, lo cierto es que los holandeses se divirtieron a la lo grande, tanto que, a propuesta de los asistentes, jugaron a coger con sus bocas unas copas depositadas en un cajón, según el ya citado medio.
Hasta donde se sabe, ni el príncipe Guillermo ni el cónclave neerlandés-belga se reunieron con Felipe VI y la reina Letizia, pese a que se encontraban en nuestro país. De acuerdo con Vanitatis, que se ha hecho eco de la noticia difundida por el programa de esRadio, se trata de viajes privados y secretos, caracterizados por el hermetismo más absoluto. En otras palabras, la confidencialidad e intimidad de los clientes es protegida al máximo, también, por los responsables de las fincas donde tienen lugar este tipo de encuentros para cazar.