Los secretos incómodos detrás del set de “Santa Cláusula” y el lado poco navideño de Tim Allen

Entre olas de calor, prótesis insoportables y estallidos de mal humor, los sets de Santa Cláusula estuvieron lejos de ser un cuento navideño

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La magia de "Santa Cláusula"
La magia de "Santa Cláusula" no fue tan grande detrás de cámaras (Captura de video)

Por años, Santa Cláusula y sus secuelas han sido sinónimo de Navidad, nostalgia y humor familiar. Pero detrás de la nieve, los villancicos y la imagen impecable de Papá Noel, las producciones que convirtió a Tim Allen en el Santa más emblemático de los años noventa estuvieron lejos de ser idílicas.

Exceso de calor, prótesis sofocantes, tensiones psicológicas, disputas casi físicas, maldiciones frente a niños y acusaciones de comportamiento tóxico conforman un retrato distinto —y sorprendente— del aparente cuento navideño.

A tres décadas del estreno original repasaremos el caos que los actores y el staff vivieron en los sets de todas las cintas.

Tim Allen no podía dejar de maldecir frente a los niños

Durante una aparición en The Kelly Clarkson Show, Tim Allen abrió la caja de Pandora y habló de un problema recurrente durante el rodaje de Santa Cláusula 2 (2002): su tendencia a maldecir.

La mezcla de cansancio, frustración y un entorno lleno de niños —a quienes admite no disfrutar particularmente— creó el escenario perfecto para el que su enojo lo rebasara en ocasiones.

Tim Allen recordó que trabajar
Tim Allen recordó que trabajar con niños en "Santa Cláusula" era muy estresante (Captura de video)

No soy muy fan de los niños. Los tengo. Me gustan los míos, más o menos. No me gustan los hijos de los demás”, admitió.

Y añadió que el set era un hervidero de emoción infantil, alimentado por la recreación hiperrealista del Polo Norte: nieve, duendes, brillo, magia.

Para los actores jóvenes, aquello era Disneyland, pero para el actor era “como gatos que no me dejaban en paz”. De hecho, algunos de los niños más pequeños creían genuinamente que él era Santa Claus en la realidad.

Durante una complicada escena, el actor —vestido completamente como Santa Claus, en un submarino diseñado para “observar” el Polo Norte— intentó mantener a los pequeños extras bajo control. Rogó silencio, pidió orden. Pero las peleas infantiles persistieron.

Tras la toma número quince y una nueva queja entre niños —“¡Me pegó!”— Allen explotó y soltó una palabrota monumental. La peor, según él mismo, pues había gritado “Fuck”.

Tim Allen maldijo frente a
Tim Allen maldijo frente a los niños por su desesperación (Captura de video)

La reacción fue devastadora, pues según relató, los doce niños quedaron paralizados, pálidos, mirándolo incrédulos de que acababa de gritar una obscenidad.

“Me di la vuelta y había 12 niños que parecían como si les hubieran arrancado las piernas. Su Papá Noel acababa de gritar la palabrota”, dijo.

La producción entró en modo emergencia y para calmar a los padres que observaban, inventaron una excusa un tanto absurda.

“Rápidamente, la gente de Disney entró y tranquilizó a los padres: ‘No, lo que dijo fue ‘fuch’, es una palabra sueca. Suena así, pero significa ‘adorno navideño’. Los niños no se lo creyeron. Nadie se lo creyó. Nunca volví a hacerlo. Me di cuenta de que había sorprendido a estos pobres niños”, contó.

Casey Wilson acusa a Tim Allen de tratarla mal

La imagen problemática de Tim Allen volvió a tomar fuerza cuando Casey Wilson relató su experiencia en Santa Cláusula: Un nuevo Santa, la serie de Disney+ que funciona como secuela directa de la trilogía cinematográfica.

Casey Wilson aseveró que Tim
Casey Wilson aseveró que Tim Allen tenía un muy mal carácter durante la las grabaciones (Captura de video)

“Tim Allen fue un cabrón”, dijo sin rodeos en su podcast Bitch Sesh. “La peor experiencia que he tenido con un coprotagonista”.

La actriz y comediante interpretó a una mujer que confunde a Santa con un intruso durante una escena en la que debía lanzarle objetos. Según su relato, Tim Allen interrumpió la filmación para quejarse con el productor —a escasos metros de ella— acusándola de “pisar sus líneas”.

El productor, atemorizado, tuvo que transmitirle la queja directamente. “Todos andaban con pies de plomo con él. La gente parecía frenética”, contó.

El malestar no terminó ahí. Tras finalizar una toma, Allen simplemente anunció: “¡Me voy!”, tiró su capa de Santa al suelo y abandonó el set sin despedirse. Su doble tuvo que reemplazarlo.

Un miembro del equipo —anónimo— se acercó a Wilson para decirle: “Lo estás viendo en un buen día”.

Tim Allen casi llega a los golpes con el director

Las dificultades en la relación de Tim Allen con el personaje y el entorno vienen de lejos. Durante el rodaje de la primera película, en 1994, la producción enfrentó condiciones casi inhumanas.

Tim Allen pasó por muchos
Tim Allen pasó por muchos problemas con el traje de santa durante el rodaje (Captura de video)

El equipo filmaba en Toronto durante una ola de calor veraniego, mientras la atmósfera invernal debía mantenerse perfectamente creíble y pese a todo, los interiores del set no tenían aire acondicionado. Además el traje de Santa era casi una trampa mortal.

El actor debía someterse a cuatro horas de prótesis y maquillaje cada mañana, y a dos horas más para retirarlo todo. Llevaba un cuerpo postizo que pesaba 34 kilos.

La barba, el gorro y el traje no dejaban transpirar, por lo que el calor producía un efecto de sauna que le causó ampollas tan graves que un dermatólogo le recomendó abandonar el proyecto para evitar daños permanentes, sin embargo, el artista se negó.

Aunque, la consecuencia fue devastadora: agotamiento físico, estrés extremo y un deterioro mental que desembocó en conflictos constantes.

Durante la filmación de la escena del examen médico, el actor debía correr en una caminadora con una enorme barriga postiza. La pieza lastimó su piel ya dañada.

Tim Allen detuvo la filmación
Tim Allen detuvo la filmación por el desgaste físico que sufría (Captura de video)

Es así que Tim Allen, al borde del colapso, detuvo la filmación y discutió violentamente con el director John Pasquin, a tal punto que el enfrentamiento casi llegó a los golpes.

La tensión se volvió parte cotidiana del trabajo; Allen a veces abandonaba el set gritando o maldiciendo, sumando presión en un equipo que ya trabajaba al límite debido al calor, los tiempos prolongados de rodaje y la complejidad logística del diseño de producción.

Paradójicamente, el caos no se reflejó en pantalla. Tras los problemas de rodaje, Santa Cláusula obtuvo tan buenas críticas en sus preestrenos que Disney decidió lanzarla bajo su sello principal, Walt Disney Pictures, en lugar del secundario Hollywood Pictures.

Es así que la franquicia de películas logró recaudar más de 460 millones de dólares en taquilla mundial entre sus tres películas principales. Con la primera cinta superó los 190 millones de dólares, la segunda más de 172 millones de dólares y la tercera cerca de 110 millones de dólares, consolidándose como un clásico navideño exitoso.

La franquicia de Santa Clausula
La franquicia de Santa Clausula recaudó más de 400 millones de dólares a nivel mundial (Disney)

La película se convirtió en un clásico moderno, dando pie a una franquicia de tres películas y a una serie que continúa expandiendo el universo iniciado hace treinta años. Pero para quienes estuvieron ahí, la historia detrás de cámaras es casi tan dramática como fantástica es la trama.