La dura confesión de Anthony Hopkins sobre el alcoholismo, el llamado de atención que cambió su vida: “Causé mucho dolor

La advertencia de un médico cambió el “chip” del actor galés que ayudó a reconstruir su vida lejos de los excesos y el dolor emocional

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Anthony Hopkins revela cómo la advertencia médica fue clave para iniciar su camino hacia la sobriedad y dejar el alcohol (REUTERS/Mario Anzuoni)

La vida de Anthony Hopkins, uno de los actores más reconocidos de la industria cinematográfica, ha estado marcada por una batalla prolongada contra el alcoholismo. A lo largo de casi 50 años de sobriedad, ha compartido con honestidad los estragos que la adicción causó en su vida personal y profesional, así como el proceso de autoconocimiento que lo llevó a superar esa etapa.

Durante sus primeros años en el mundo del cine, el consumo de alcohol se integró en su rutina social y creativa. El intérprete galés ha relatado que el alcohol le permitía anular un malestar que tenía adentro.

Las largas noches de bebida junto a colegas como Peter O’Toole y Richard Burton formaban parte de un ambiente que celebraba la rebeldía. Sin embargo, Hopkins reconoció que, en el fondo, siempre existía la conciencia de que ese estilo de vida podía ser letal. El alcoholismo no solo afectó su salud, sino que también provocó dolor en su entorno familiar y profesional, una realidad que admite con pesar: “Durante estos años causé mucho dolor. Nunca imaginé que fuera alcohólico”.

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Anthony Hopkins reveló en su autobiografía los momentos más complicados de su vida (Bleecker Street vía AP)

Advertencia médica y el inicio de la sobriedad

El momento decisivo en la vida de Anthony Hopkins llegó a los 37 años, cuando una advertencia médica lo obligó a enfrentar la gravedad de su adicción. Según sus relatos en su autobiografía We Did OK, Kid, el profesional le comunicó que los resultados de sus análisis reflejaban la condición física de un hombre mucho mayor, con problemas hepáticos incipientes, inflamación del páncreas y congestión pulmonar.

El médico fue directo: “Te recomiendo encarecidamente que dejes de fumar inmediatamente. Fumar es más mortal que el alcohol. Provoca estasis en arterias y venas. El exceso de alcohol también es mortal. No hace falta que te lo diga. Ya lo sabes. Así que, amigo mío, la decisión es tuya”, describió el actor sobre el punto de inflexión en su vida.

Esta advertencia, sumada a un episodio en el que condujo en estado de ebriedad por California sin recordar el trayecto, lo llevó a reconocer el peligro al que se exponía y el daño que podía causar a otros. El actor relató que, tras ese incidente, pidió ayuda a su círculo cercano y comenzó un tratamiento, asistiendo desde entonces a reuniones de Alcohólicos Anónimos.

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We did Ok, kid, la autobiografía de Anthony Hopkins (Summit Books vía AP)

Hopkins definió en la autobiografía ese instante de lucidez como “un despertar bajo los eucaliptos”, donde una voz interior le preguntó si quería vivir o morir. Al elegir la vida, sintió que las ganas de beber desaparecieron. Desde aquel 29 de diciembre de 1975, ha celebrado cada aniversario de sobriedad, recordando que la negación es uno de los mayores obstáculos para quienes enfrentan una adicción: “Es el mayor asesino. Y yo seguía atrapado en las garras de mi adicción, aunque cada vez me resultaba más difícil negarlo”, escribió en su libro.

Infancia y el origen de la adicción

Las raíces del alcoholismo se relacionan con una infancia marcada por el aislamiento, el maltrato y la inseguridad. En sus memorias, el actor describe cómo fue objeto de burlas tanto en la escuela como en su entorno familiar. Apodos como “Dennis el Tonto” y “Cabeza de Elefante” reflejaban el desprecio y la incomprensión que experimentó desde pequeño. La relación con su familia tampoco ofreció consuelo, relatando que su papá lo agredió verbalmente: “Eres un inútil. Nunca llegarás a nada”, una frase que consolidó sus inseguridades y alimentó su sensación de extrañeza.

El actor lamenta el dolor
El actor lamenta el dolor causado a su familia y la dificultad para restablecer la relación con su hija (REUTERS/Brian Snyder)

El alcohol se convirtió en un refugio temprano y, según Hopkins, formaba parte de una “tradición familiar”. Justificaba su consumo con el ejemplo de sus ídolos de la actuación y llegó a considerar el whisky como su “comida favorita”. El hábito se intensificó durante su trabajo en el teatro y se agravó por la inestabilidad en su vida personal. Su primer matrimonio terminó en distanciamiento y peleas, y el propio actor reconoció que la depresión y el alcohol lo hacían “imposible de soportar”. Asimismo, admitió haber abandonado a su esposa y a su hija y lamentó no haber podido restablecer la relación con ella.

A pesar de los éxitos profesionales y el reconocimiento internacional, el actor sostiene que el éxito no logró borrar las cicatrices emocionales de su infancia ni su tendencia autodestructiva. En sus reflexiones, admite la dificultad de evitar el descenso a la oscuridad y reconoce que esa lucha forma parte de su historia personal.