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Julia Roberts afirmó que la
Julia Roberts afirmó que la mejor forma de educar es mostrar a los niños solo lo que están listos para comprender (REUTERS/Mario Anzuoni)

En un inusual giro de roles, George Clooney entrevistó a su amiga Julia Roberts para la primera edición de la revista 72 Magazine, dirigida por Edward y Akua Enninful. La conversación, publicada por Us Weekly el 10 de septiembre, se orientó a un tema bastante personal: la crianza de los hijos en medio de la fama.

Ambos actores, que comparten una amistad de décadas y han coincidido en varias películas, reflexionaron sobre cómo la exposición mediática y su condición acomodada influyen en la educación de sus hijos y en los valores que intentan transmitirles.

George Clooney, de 64 años, recordó sus orígenes humildes para explicar el contraste con la infancia de sus mellizos Alexander y Ella, de ocho años, fruto de su matrimonio con Amal Clooney.

“Criar hijos en la fama… existe, no puedes negarlo, sea cual sea tu relación con eso, sigue siendo fama. Y además tienes dinero, ¿verdad? Yo crecí siendo muy pobre. Cortaba tabaco por tres dólares la hora y de eso aprendí muchas cosas”, relató el actor.

Para Clooney, la verdadera enseñanza
Para Clooney, la verdadera enseñanza que quiere dejar a sus mellizos es que puedan sobrevivir incluso sin lujos. (Photo © 2023 Backgrid/The Grosby Group)

El ganador del Oscar contó que cuando llegó a Los Ángeles se desplazaba en bicicleta para ir a las audiciones y vivía con lo mínimo. “Lo que obtuve de eso, de haber crecido así, fue la certeza de que podía sobrevivir. Que si todo se derrumbaba, estaríamos bien”.

Como sus hijos están creciendo en un contexto abismalmente distinto, con todos los privilegios, el actor admitió que su mayor inquietud es “cómo esa situación alterará su perspectiva de vida”.

Julia Roberts, de 57 años, respondió desde su propia experiencia junto a su esposo, el director de fotografía Danny Moder, con quien tiene tres hijos: los mellizos Hazel y Phinnaeus, de 20 años, y Henry, de 18.

“Todos queremos que nuestros hijos crezcan con valores. Eso es lo que queremos como padres”, dijo la celebridad. Sin embargo, también admitió que es difícil “enseñarles valores profundos en un mundo donde esos valores no son necesariamente la prioridad respetada por todos”.

“Creo que parte de ello es que Danny y yo siempre hemos estado alineados en nuestros valores esenciales. Y pienso que, cuando los niños son pequeños, solo saben lo que tú les dejas saber”, explicó la actriz.

Julia se mostró agradecida de
Julia se mostró agradecida de haber encontrado en la maternidad la experiencia más enriquecedora de su vida (Instagram/@modermoder)

La protagonista de Mujer bonita agregó que, pese a la fama que la rodea desde hace más de tres décadas, sus hijos tardaron bastante en comprender el alcance de su carrera.

Para ella, el aprendizaje ha sido mutuo: “Fueron mis hijos quienes me enseñaron a ser una buena persona en el mundo, y nada de esto es realmente tan difícil como lo hacemos parecer.”

Su consejo para otros padres es sencillo pero contundente: “No tengas miedo. No se despiertan un día convertidos en monstruos. No cumplen 13 años y te odian. No cumplen 16 y te odian. Solo tienes que resistir y las cosas cambian, y entonces el barco vuelve a enderezarse. Es algo magnífico ser parte de esta familia”.

Una amistad que trasciende la pantalla

La complicidad entre Clooney y Roberts no se limita a entrevistas ni sets de rodaje. Durante la filmación de Ticket to Paradise en Australia, en plena pandemia, la actriz atravesó uno de los momentos más solitarios de su vida, lejos de sus seres queridos. Fue entonces cuando el clan Clooney se convirtió en su refugio.

Los recuerdos de la pandemia
Los recuerdos de la pandemia unieron aún más a los dos actores, cuando compartían cafés y bromas diarias en Australia (IMBD)

Los Clooney me salvaron de la completa soledad y la desesperación. Estábamos en una burbuja, y fue el período más largo que he estado lejos de mi familia”, confesó Roberts en diálogo con Deadline en 2022.

Clooney recordó con humor cómo cada mañana se comunicaban con un peculiar ritual: “Salía temprano en la mañana y hacía, ‘caa-caa’, y Julia salía e imitaba, ‘caa-caa’. Luego le llevábamos una taza de café. Era la tía Juju para mis hijos”.