Así fueron las últimas horas de Ozzy Osbourne: un helicóptero sobrevoló su mansión para salvarle la vida

Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y exlíder de Black Sabbath, falleció el martes 22 de julio a los 76 años en su mansión ubicada en el campo de Buckinghamshire, Inglaterra.

Su familia confirmó su deceso a través de un comunicado público; sin embargo, evitaron brindar más detalles sobre el deceso del veterano artista.

Este miércoles 23, información exclusiva del Daily Mail arrojó más detalles sobre las dramáticas últimas horas del músico, marcadas por una intensa operación de emergencia que intentó, sin éxito, salvarle la vida.

Según reveló el medio británico, un helicóptero ambulancia fue visto arribando a la mansión de Ozzy en Welders House alrededor de las 10:30 a.m. del martes, luego de que las llamadas realizadas desde la propiedad indicaran que su vida corría peligro.

La aeronave, operada por el Thames Valley Air Ambulance, despegó desde RAF Benson, en Oxfordshire, y aterrizó cerca de la residencia del músico tras un vuelo de apenas 15 minutos.

Los paramédicos permanecieron aproximadamente dos horas con Osbourne, intentando brindarle cuidados críticos avanzados, describió la fuente del tabloide. A pesar de los esfuerzos, no lograron estabilizarlo.

A las 12:30 p.m., la aeronave despegó nuevamente sin el paciente a bordo.

Un portavoz del Thames Valley Air Ambulance confirmó a MailOnline: “Podemos confirmar que nuestro helicóptero fue enviado para proporcionar atención crítica avanzada a un incidente cerca de Chalfont St Giles ayer”.

Vecinos de la zona también notaron el inusual movimiento aéreo y temieron lo peor.

“Fui a ver y estaba aterrizando cerca de la casa de Ozzy. Todos estábamos hablando del tema y estábamos preocupados de que fuera por él, ya que sabíamos que su salud era frágil”, relató un residente anónimo al Daily Mail.

Otra vecina, identificada como Jane, comentó: “Estaba caminando cuando vi el helicóptero aterrizando cerca de Welders y supe que algo serio estaba ocurriendo… Ozzy Osbourne era todo un personaje, lo vamos a extrañar”.

Ozzy había enfrentado múltiples complicaciones de salud en la última década. En 2020 reveló públicamente que padecía la enfermedad de Parkinson, condición que le fue diagnosticada en 2003. “No es una sentencia de muerte”, dijo en su momento.

Su estado físico se complicó más tras una caída en 2019 en su casa de Los Ángeles que requirió una cirugía de cuello.

Luego, en 2022, fue sometido a una operación importante para retirar placas metálicas de su columna, intervención que, según su esposa Sharon, “determinaría el resto de su vida”.

Al año siguiente canceló su gira por Europa y el Reino Unido. “Mi voz sigue bien. Sin embargo, después de tres operaciones, tratamientos con células madre, interminables sesiones de fisioterapia y recientemente un tratamiento revolucionario, mi cuerpo sigue físicamente débil”, escribió en Instagram.

Con el paso de los años, su movilidad se deterioró drásticamente.

En una entrevista con SiriusXM, expresó: “He llegado al 2025. No puedo caminar, pero ¿saben qué pensaba durante las fiestas? Que, a pesar de todo lo que me quejo, sigo vivo”.

A pesar de sus dificultades físicas, Ozzy guardaba un ferviente optimismo por volver al escenario y despedirse de su público apropiadamente.

“Está muy feliz de volver y muy emocionado por esto. El Parkinson es una enfermedad progresiva… ha afectado sus piernas. Pero su voz está tan bien como siempre”, dijo su esposa Sharon Osbourne en febrero de este año.

Esa última actuación se concretó el 5 de julio, como el concierto de despedida de Black Sabbath en Birmingham, su ciudad natal. Sentado en un trono, acompañado por sus compañeros Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, cerró el círculo de su carrera con la banda que lo llevó a la fama.