Brad Pitt sorprendió a todos con su aspecto rejuvenecido en F1: La película, donde interpreta a un piloto veterano que regresa a las pistas.

A sus 61 años, el actor luce no solo atlético sino también con una apariencia más joven, lo que ha generado un nuevo debate sobre el verdadero “secreto” de su eterna juventud.

¿Se trata de bótox, cirugía, milagros genéticos o algo más accesible y sostenible?

Según reveló el propio Pitt esta semana en una entrevista con WWD, su transformación física no tiene nada que ver con procedimientos invasivos.

El actor atribuye gran parte de su aspecto lozano al uso de productos de su propia marca de cuidado de la piel, Le Domaine (anteriormente conocida como Beau Domaine).

“Quería un cuidado de la piel respaldado por la ciencia que tuviera sentido, no solo para tu piel, sino para lo que representas”, afirmó Pitt. La línea, creada en colaboración con la familia Perrin —propietaria de un viñedo en Provenza—, ahora introduce envases sostenibles y nuevos productos a base de residuos de uva.

El actor destacó que cada detalle del diseño ha sido pensado para reducir la huella ambiental.

“Desde el vidrio reciclado hasta la tapa de roble, cada elemento del nuevo look es intencional”, dijo a WWD. Además, su empresa planea aprovechar el grape pomace —residuo del proceso del vino— como ingrediente bioactivo en futuros productos.

Asimismo, el actor de Troya también ha sido favorecido con factores genéticos, como una estructura ósea envidiable.

Sin embargo, su enfoque se aleja de las soluciones rápidas y artificiales. Según The Standard UK, Pitt ha optado por eliminar el alcohol, las drogas e incluso el cigarro, hábitos que antes invadían su vida.

“No recuerdo un solo día desde que salí de la universidad en que no estuviera bebiendo, fumando o con algo encima”, confesó en una entrevista con GQ.

En esa misma línea, el actor renovó su estilo, eliminando la barba y cortándose el cabello, lo que, según expertos como Amish Patel, contribuyó significativamente a un aspecto más fresco.

“Perder el vello facial —que a su edad mostraría inevitablemente canas— y cambiar el peinado por uno más corto y juvenil tiene un impacto inmediato”, aseguró el especialista en estética a The Standard.

Más allá de la cosmética y la moda, Pitt también trabajó intensamente su estado físico para protagonizar F1: La película, estrenada el 25 de junio. El reto no era menor: soportar fuerzas de hasta 4g mientras filmaba escenas reales dentro de autos de carreras.

El encargado de su acondicionamiento fue Barry Sigrist, un fisioterapeuta con experiencia en la Premier League y en Fórmula 1.

En declaraciones a Men’s Health este año, Sigrist explicó que Pitt tuvo que fortalecer su cuello con ejercicios isométricos y acondicionar la parte media y alta de su espalda. “Nadie entrena su cuello, en realidad. Pero era esencial para soportar la carga del casco y las fuerzas de aceleración”, dijo.

A diferencia de su coprotagonista Damson Idris, que hizo entrenamientos HIIT, Pitt mantuvo una rutina más estable: tres días por semana, cardio suave en el cross-trainer y una rutina dividida de pesas.

“No es nada revolucionario, simplemente es constante”, explicó Sigrist. También incorporó una fase de activación muscular antes de subirse al coche: “Probamos dos ejercicios antes de una escena, y cuando se bajó del auto me dijo que se sentía completamente diferente. Ahí gané su confianza”.