Tom Hanks detestó trabajar en esta película pero le dejó una importante lección

La adaptación fallida de una novela icónica llevó al actor a reconsiderar su futuro actoral tras un rodaje caótico y una mala recepción

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En 1990, Tom Hanks protagonizó
En 1990, Tom Hanks protagonizó una película que lo llevó a dudar de su carrera tras recibir duras críticas del público y la prensa (Warner Bros.)

La carrera de Tom Hanks, ampliamente reconocida por su éxito y consistencia a lo largo de los años, se topó con un desvío complicado en 1990.

Considerada un fracaso crítico y comercial, este proyecto del cine marcó un momento crucial para el actor, quien llegó a calificarlo como una experiencia que lo llevó a cuestionar su carrera.

La película La hoguera de las vanidades, dirigida por Brian De Palma, fue un rotundo fracaso que incluso provocó que Hanks reflexionara sobre su futuro en la industria.

El largometraje, una adaptación de la aclamada novela de Tom Wolfe, trató de capturar en clave de sátira la codicia y la ambición en la Nueva York de los años 1980, pero no logró conectar con el público ni la crítica.

"La hoguera de las vanidades",
"La hoguera de las vanidades", dirigida por Brian De Palma, fracasó en taquilla a pesar de contar con un elenco de renombre (Warner Bros.)

Warner Bros invirtió 47 millones de dólares, y aun así, la película no logró siquiera obtener menos de un tercio de su presupuesto.

Para Hanks, la experiencia fue un duro recordatorio de los riesgos de su profesión. En una entrevista con Oprah Winfrey en 2001, calificó el film como “uno de los peores que se han hecho”.

En esa misma línea, explicó que solo al atravesar una experiencia así podría aprender lo que no debía hacer como estrella de cine.

El principal problema apuntado fue el casting. Tom Hanks, conocido por su imagen de “chico bueno”, intentó subvertir esa percepción en el papel del inescrupuloso Sherman McCoy, un operador de bonos atrapado en la vorágine de Wall Street.

Hanks admitió que su papel
Hanks admitió que su papel como Sherman McCoy fue un error que le enseñó lo que no debía hacer como actor en Hollywood (Warner Bros.)

Sin embargo, como afirmó a la prensa en 1992, citado por Far Out Magazine, “di todo lo que tenía para que funcionara”, pero reconoció desde entonces que había sido “un error de casting, especialmente en mi caso”.

Años después, en 2001, comentó a Oprah que intentó “manipular la esencia del personaje y el guion”, pero el resultado dejó a los seguidores de Wolfe descontentos.

Además, hubo un distanciamiento notable respecto al material original, ya que la versión de McCoy interpretada por Hanks carecía de “la malicia fría” que caracterizaba al personaje en la novela.

Esto suavizó los aspectos más duros de la historia, dejando al personaje como un simple y frívolo “producto del sistema”, convirtiéndolo en una caricatura que no tenía un gran efecto en el desarrollo de la trama.

Bruce Willis y Melanie Griffith
Bruce Willis y Melanie Griffith también fueron señalados como elecciones desacertadas para sus respectivos papeles de "La hoguera de las vanidades", afectando la credibilidad de la historia (Warner Bros.)

Bruce Willis y Melanie Griffith también fueron criticados

La problemática del casting no se limitó al personaje principal. Tanto Bruce Willis, como el periodista alcohólico Peter Fallow, como Melanie Griffith, en el papel de la femme fatale Maria Ruskin, fueron gravemente mal seleccionados.

En el caso de Willis, su perfil estaba lejos de encajar con la imagen irónica y mordaz del personaje en el libro. Además, su relación con De Palma en el set fue conflictiva, obligando incluso a reescribir líneas completas de su diálogo.

En cuanto a Griffith, su figura fue objeto de controversias dentro y fuera del set. Parte del equipo de producción criticó su apariencia, lo que aparentemente la llevó a someterse a una cirugía estética durante el rodaje.

El hecho fue explotado en el material promocional de la película, incluyendo un tráiler que más parecía una parodia de los propios personajes.

La actriz fue blanco de comentarios negativos tras su selección, lo que refleja una actitud problemática respecto al tratamiento dado a las mujeres en la producción.

Durante el rodaje, hubo tensiones
Durante el rodaje, hubo tensiones entre el elenco y el director, lo que obligó a reescribir escenas e improvisar soluciones narrativas (Warner Bros.)

Uno de los momentos más controversiales ocurrió durante la filmación de una escena en que otra de las estrellas, Beth Broderick, tuvo que permanecer nueve horas grabando una secuencia donde fotocopiaba sus genitales.

La acumulación de estos problemas dejó un resultado final que carecía de peso y sustancia, transformando lo que debía ser una provocadora sátira en una caricatura del libro con la ausencia de una dirección clara.

Incluso Tom Hanks notó el descontento entre los lectores del libro, de acuerdo a declaraciones difundidas por Far Out Magazine: “En las calles de Nueva York me dijeron que mi versión de Sherman no era la que esperaban”, lamentó por ese entonces.