Bruce Willis cumple 70 años: la cronología de una enfermedad que acabó con su carrera en Hollywood

Este 19 de marzo, Bruce Willis cumple 70 años, un aniversario marcado por su retiro definitivo del cine debido a la afasia y posterior diagnóstico de demencia frontotemporal. A lo largo de los últimos años de su carrera, diversos episodios en los rodajes de sus películas y conversaciones con varios medios de comunicación evidenciaron las dificultades que enfrentaba el actor. Si bien, en ese entonces era totalmente desconocido el diagnóstico, estos eventos que se consideraron aislados parecen al día de hoy, en retrospectiva, evidentes señales de un largo deterioro mental.

Para finales del siglo XX, Bruce Willis ya se había consagrado como uno de los rostros más rentables de Hollywood con películas como Pulp Fiction, Armageddon y por supuesto, Duro de matar. Tanto dentro como fuera del set era considerado “el chico malo de Hollywood”. Y es que, durante las entrevistas, era un hombre de pocas palabras, pero al revisitarlas, varios usuarios de internet se percataron de que había algo raro en el lenguaje de Willis.

Todo apunta a que los problemas mentales del actor comenzaron desde 1999. Las primeras señales de esto se remontan a una entrevista donde Willis recordó sus primeros trabajos como extra en una película de Paul Newman. Durante la conversación, repitió varias veces las mismas frases y, en ocasiones, comenzó una oración solo para abandonarla y tomar un rumbo diferente. En aquel momento, estos patrones de habla pasaron desapercibidos, pero con la información actual pueden interpretarse como señales tempranas de su afección.

Durante una entrevista promocional de la cinta Lágrimas del sol (Tears of the Sun en su idioma original), se notó que Willis volvía a repetir palabras y tenía leves dificultades para encontrar los términos adecuados en sus respuestas.

Además, un amigo anónimo del actor sugirió que su deterioro cognitivo podría haberse originado en un accidente ocurrido en el set de esa película en 2002, cuando una explosión pirotécnica le golpeó la frente.

El golpe fue más severo de lo que los medios reportaron en su momento, pues Willis aseguró padecer “dolor y sufrimiento extremo mental, físico y emocional”. Como consecuencia, el actor demandó a la productora de la cinta y a Joe Pancake, el encargado de efectos especiales.

Cabe recordar que Willis ya presentaba comportamientos extraños antes del incidente, pero se ha teorizado que el golpe pudo intensificar los efectos de la afasia.

A lo largo de varias entrevistas promocionales de películas como Live Free or Die Hard (2007), Cop Out (2010), Red (2010) y A Good Day to Die Hard (2013), su estilo de conversación mostraba señales cada vez más pronunciadas de dificultad para estructurar sus respuestas.

En la infame entrevista de 2013 con la BBC, Willis tuvo problemas para articular frases con claridad. Aunque el contenido de sus respuestas no era incoherente, su ritmo pausado y su dificultad para encontrar las palabras adecuadas generaron confusión. En otra entrevista con Jimmy Kimmel el mismo año, olvidó el título de una de sus películas, Striking Distance, y tuvo que describirla vagamente.

Dos años más tarde, en una conversación con Matt Lauer, Willis tuvo problemas para responder sobre una entrevista realizada dos décadas antes. Su respuesta consistió en repetir la palabra “yeah” en múltiples ocasiones. En su momento se consideró que el actor simplemente estaba cansado de realizar entrevistas y no quería estar ahí, pero en retrospectiva, pudo haber sido una señal de su deterioro.

Es quizá a partir de este punto que los problemas comenzaron a ser más evidentes, pues terminaron por afectar su desempeño en el set de grabación.

Desde finales de la década de 2010, Stephen J. Eads, asistente y colaborador cercano de Willis desde los años 90, asumió un papel clave en su día a día en los rodajes. Su presencia constante y la manera en que “guiaba” al actor llamaron la atención de algunos miembros del equipo de producción.

En diciembre de 2018, Eads firmó un contrato con MoviePass Films por 200.000 dólares por película, reflejando su creciente rol en la logística de Willis en los sets. En 2019, renovó este acuerdo con Georgia Film Fund 70 LLC, empresa vinculada a Randall Emmett, productor de varias películas del actor.

Paralelamente, en julio de 2018 llegó a Comedy Central un roast especial para celebrar la carrera de Bruce Willis. Celebridades de la talla de Demi Moore, Martha Stewart y Edward Norton se reunieron para hacer bromas sobre el actor y aunque varios segmentos se destacaron por su atinado humor, otros llamaron la atención por ser evidentes señales de la enfermedad de Bruce.

En primera instancia está el monólogo de Norton, quien aseguró que tenía conversaciones con Willis donde este respondía de manera completamente aleatoria y aún así “siempre se salía con la suya”.

“Una vez estaba en un bar con Bruce. Le pregunté si le había gustado el guion que le envié y me dijo: ‘Trata de mantener un matrimonio cuando puedes salir con alguien de 22 años’ ¿Qué carajos significa eso?”, compartió Norton ante un auditorio que no paraba de reír.

Más adelante en el evento, Bruce subió al estrado para responder a los invitados que se encargaron de burlarse de él. Lo que llamó la atención fue que todo su monólogo lo leyó directamente del teleprompter, mostrando una gran dificultad para hablar.

Uno de los momentos más reveladores ocurrió en enero de 2020, durante la filmación de Hard Kill. En una escena clave, Willis debía pronunciar una línea antes de disparar un arma para permitir que su compañera de reparto, Lala Kent, se agachara a tiempo. Sin embargo, disparó antes de decir su línea en dos ocasiones.

“Estoy de espaldas a él y no sé qué está pasando detrás de mí”, explicó Kent. “La primera vez no le di importancia, pero luego sucedió otra vez”.

La situación generó inquietud entre algunos miembros del equipo, aunque la producción negó que el incidente hubiera ocurrido. Un técnico de armas de la película aseguró que siempre se tomaban precauciones para evitar riesgos cuando Willis manipulaba armas en el set.

En sus últimas películas, Willis requería cada vez más apoyo para recordar sus diálogos. Adam Huel Potter, actor y asistente del intérprete, fue contratado específicamente para sus rodajes con la función de transmitirle sus líneas mediante un auricular. Según documentos revisados por The Los Angeles Times, Potter cobraba 4.150 dólares semanales y tenía garantizados pequeños papeles en las producciones.

Durante la filmación de White Elephant, varios miembros del equipo se percataron de las crecientes dificultades de Willis. Terri Martin, supervisora de producción, expresó su inquietud:

“Parecía perdido. Siempre intentaba hacerlo lo mejor posible, pero era evidente que era momento de su retiro”.

En marzo de 2022, la familia de Willis anunció su retiro del cine debido a que había sido diagnosticado oficialmente con afasia, un trastorno del lenguaje que afecta la capacidad de comunicarse. Un año después, se confirmó que padecía demencia frontotemporal, una enfermedad neurodegenerativa sin cura.

Desde entonces, el aclamado actor ha estado lejos de las cámaras, mientras que sus hijas, su esposa Emma Hemming y su expareja Demi Moore, se han convertido en una clase de voceras oficiales, dando constantemente actualizaciones del estado físico y mental de Bruce.

A finales de 2024, Moore fue clara al expresar que su exesposo ya no es el mismo que era cuando se conocieron ni cuando tuvieron a sus hijas, reiterando que aferrarse a eso sólo causa dolor en los que lo rodean.

Más recientemente, Rumer Willis, hija mayor de Bruce, aseguró que el actor se encontraba “muy bien” en medio de los incendios que azotaron a la ciudad de Los Ángeles el pasado febrero. La también actriz compartió que el apoyo constante de su familia ha sido clave para que Bruce pueda sobrellevar su enfermedad de una manera más digna.