El show de Bill Cosby: el éxito televisivo de los 80 que quedó manchado por los delitos sexuales de su protagonista

Bill Cosby fue durante décadas una de las figuras más queridas de la televisión estadounidense. Su carrera comenzó en el mundo del stand-up, presentándose en clubes nocturnos, lo que eventualmente lo llevó a obtener papeles en programas de televisión. Su primer gran éxito llegó con The Bill Cosby Show, una serie que le otorgó reconocimiento nacional y cimentó su reputación como comediante. Más adelante, creó la serie animada Fat Albert and the Cosby Kids, dirigida al público infantil y con mensajes educativos.

No obstante, fue con The Cosby Show que alcanzó su mayor nivel de fama. La serie, emitida entre 1984 y 1992, presentaba a la familia Huxtable, una familia afroamericana de clase media-alta que rompió estereotipos en la televisión.

Gracias a su éxito, Cosby fue reconocido con múltiples premios, incluidos nueve premios Grammy por sus discos de comedia. Además, en 2002, el presidente George W. Bush le otorgó la Medalla de la Libertad por su contribución a las artes y la cultura. Sin embargo, todo ese legado comenzó a desmoronarse con la aparición de denuncias que lo señalaban como un agresor sexual en serie.

A partir de 2014, comenzaron a hacerse públicas múltiples acusaciones contra Bill Cosby por abuso sexual, muchas de ellas de mujeres que afirmaban haber sido drogadas antes del ataque. La primera denuncia oficial fue presentada en Los Ángeles por Judy Huth, quien lo acusó de haberla obligado a realizar un acto sexual en la Mansión Playboy en 1974, cuando ella tenía 15 años.

A esa denuncia se sumaron otras figuras públicas, como la modelo Janice Dickinson, quien aseguró en Entertainment Tonight que en 1982 Cosby abusó de ella tras drogarla en Lake Tahoe, California. “A la mañana siguiente desperté sin pijama y recordé que antes de quedar dopada ese hombre había abusado sexualmente de mí”, declaró.

Las acusaciones contra Cosby siguieron aumentando y alcanzaron a más de 60 mujeres, incluyendo testimonios de décadas anteriores. En una declaración judicial de 2005, cuya transcripción fue obtenida por Associated Press, el propio Cosby reconoció haber adquirido Quaaludes, un sedante fuerte, y haberlo administrado a mujeres con las que luego tuvo relaciones sexuales. “Conocí a la Sra. T en Las Vegas. Nos encontramos detrás del escenario. Le di Quaaludes. Entonces tuvimos sexo”, confesó en aquel momento.

Las repercusiones fueron inmediatas: Netflix canceló el estreno de su especial de comedia Bill Cosby 77 y NBC suspendió un proyecto televisivo con él. Disney también tomó medidas drásticas, retirando su estatua de bronce en el parque temático Hollywood Studios. Su carrera, construida a lo largo de décadas, se desplomó en cuestión de meses.

El escándalo generó reacciones divididas en la industria del entretenimiento y entre quienes habían trabajado con Cosby. Mientras que algunos optaron por guardar silencio, otros defendieron al actor o condenaron sus actos. Phylicia Rashad, quien interpretó a su esposa en The Cosby Show, inicialmente minimizó las acusaciones, declarando a ABC News: “Esto no tiene nada que ver con las mujeres, sino con eliminar el legado de Bill Cosby”. Más tarde, sin embargo, trató de aclarar sus palabras, asegurando que habían sido sacadas de contexto.

Por otro lado, actores como Malcolm-Jamal Warner, quien interpretó a Theo Huxtable, adoptaron una postura más ambigua: “Sea cierto o no, escuchar a cualquier mujer que ha sido víctima de abusos sexuales es doloroso, lo mismo que ver a mi amigo pasar por esto”, declaró. Keshia Knight Pulliam, quien interpretó a Rudy Huxtable, también evitó condenar a Cosby directamente, afirmando en USA Today: “Honestamente, no es el hombre que conozco, que ha sido todo un ejemplo”.

Otros miembros del elenco optaron por el silencio, evitando hacer comentarios sobre el caso. Mientras tanto, la percepción pública sobre Cosby se transformó drásticamente: la figura paternal y ejemplar que representó en la televisión quedó completamente eclipsada por las graves denuncias en su contra.

En 2018, Bill Cosby fue condenado a una pena de entre tres y diez años de prisión por agresión indecente agravada contra Andrea Constand, una de sus acusadoras. Sin embargo, en 2021, la Corte Suprema de Pensilvania anuló su condena, argumentando que se había violado un acuerdo previo de inmunidad que le había sido otorgado por un fiscal.

La liberación de Cosby generó reacciones inmediatas: su excompañera Phylicia Rashad celebró el fallo en un post en X (antes Twitter) donde escribió “¡¡¡FINALMENTE!!!! Se está corrigiendo un terrible error”, aunque luego eliminó la publicación y se disculpó públicamente.

Cosby, por su parte, reaccionó con un comunicado en el que acusó a los medios de intentar “demoler la Constitución de estos Estados Unidos”, y finalizó su declaración con una frase en mayúsculas: “NO ES UN TECNICISMO - ES UNA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE UNO”.

Las reacciones fueron mixtas. Mientras algunos lo consideraron una víctima de un sistema judicial fallido, otros vieron su liberación como una injusticia y un golpe al movimiento #MeToo. La Universidad de Howard, donde Rashad era decana, rechazó su apoyo a Cosby y reafirmó su compromiso con las víctimas de agresión sexual.

Aunque The Cosby Show fue un referente cultural, su impacto ha quedado empañado pos graves delitos de su creador. Hoy, Bill Cosby es un símbolo de la caída de una figura pública que pasó de ser “el padre de América” a ver su nombre asociado a uno de los mayores escándalos del entretenimiento.