El tormentoso detrás de escena de ALF: el elenco odiaba al títere más famoso de los 80

Detrás de su humor y popularidad global, el programa enfrentó tensiones, resentimientos y una logística extenuante que complicaba el rodaje diario

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La icónica intro de Alf

Si bien ALF quedó en la memoria colectiva como una de las series más queridas de los años 80, su producción estuvo lejos de ser una experiencia grata para quienes trabajaron en ella. El programa, que se emitió entre 1986 y 1990, presentaba las aventuras de Gordon Shumway, un sarcástico extraterrestre proveniente de Melmac que se estrellaba en la Tierra y quedaba atrapado con la familia Tanner. Sin embargo, tras el humor y la aparente calidez de la serie, se ocultaba un set tenso, donde los actores sentían que su trabajo se veía eclipsado por un muñeco y donde los desafíos técnicos convertían cada grabación en un calvario.

El estreno de ALF, el 22 de septiembre de 1986 en NBC, fue un éxito inmediato. La combinación de una clásica sitcom familiar con la extravagancia de un protagonista no humano atrajo a millones de espectadores.

La serie, creada por Paul Fusco y Tom Patchett, se sumó a la era dorada de las comedias de situación, compitiendo con The Cosby Show, Family Ties y Cheers. Sin embargo, a diferencia de estos programas, ALF tenía un protagonista que no era ni un actor ni un personaje humano, sino un títere operado por varios técnicos.

El programa alf debutó con
El programa alf debutó con éxito en NBC el 22 de septiembre de 1986

Su impacto fue tal que logró cruzar fronteras y convertirse en un fenómeno global. En Argentina, el programa llegó dos años después, en 1988, cuando Teledós lo emitió los lunes a las 21. Para ese momento, la televisión local tenía en su grilla éxitos como Hola Susana y Antonio Gasalla, pero ALF logró conquistar al público con su humor irreverente.

Un rodaje lleno de dificultades

Si bien el producto final hacía que todo pareciera natural y dinámico, detrás de escena el proceso era tedioso y extremadamente complicado. La marioneta de ALF requería la coordinación de al menos tres personas para darle vida: una operaba la boca y la voz (Paul Fusco), otra movía los brazos y otra manejaba los ojos a control remoto.

Además, cuando se necesitaban tomas de cuerpo completo, el actor Michu Meszaros, que medía 83 centímetros, se metía en un disfraz de ALF, lo que hacía que las jornadas fueran extenuantes.

Los desafíos técnicos implicaban hasta
Los desafíos técnicos implicaban hasta 25 horas de grabación por episodio

Cada episodio de 30 minutos podía tardar hasta 25 horas en filmarse debido a las dificultades técnicas del títere. Anne Schedeen, quien interpretaba a Kate Tanner, describió en una entrevista cómo fue la experiencia en su momento: “No había alegría en el set de filmación. Era una pesadilla técnica, extremadamente lenta, ardiente y tediosa”.

La tensión entre los actores y el muñeco

Uno de los mayores problemas en el set era que los actores humanos se sentían completamente relegados. La estrella era el títere, y el elenco principal quedó reducido a meros secundarios. “Era ALF y luego estaba la pequeña familia”, expresó Andrea Elson (Lynn Tanner), según una entrevista de People en los 2000.

Max Wright, quien interpretaba a Willie Tanner, sufrió particularmente este problema. Su personaje debía interactuar más que nadie con ALF, lo que lo obligaba a soportar largas horas de filmación con una marioneta que, según él, limitaba la actuación. Con el tiempo, la frustración creció hasta convertirse en resentimiento.

Según contó Anne Schedeen, cuando la serie terminó, Wright ni siquiera se despidió: “En la última noche de filmación, hubo una toma, y ​​Max salió del set, fue a su camarín, tomó sus valijas, subió a su auto y desapareció”.

La relación con Paul Fusco tampoco ayudó. Como creador de la serie y voz de ALF, controlaba cada aspecto del personaje, lo que generaba tensiones. John LaMotta, quien interpretó al vecino Trevor Ochmonek, fue tajante sobre su experiencia en el show en una entrevista con TMZ en 2010: “Pensé que ALF era una porquería… El peor trabajo que hice en mi vida”.

El actor Max Wright no
El actor Max Wright no se despidió del equipo tras el fin de la serie

Paul Fusco: genio y tirano detrás del muñeco

El creador de ALF, Paul Fusco, era el guionista, productor, la voz y el manipulador principal del títere. Su control sobre el personaje era absoluto, lo que le dio un estatus casi intocable en el set. Sin embargo, su comportamiento fuera de cámaras generaba incomodidad.

En 2010, se filtró un video detrás de escena en el que se lo escuchaba haciendo comentarios de tono sexual y utilizando un insulto racial mientras manipulaba la marioneta, según lo difundido por Collider.

La controversia no terminó allí. NBC recibió numerosas quejas de padres preocupados por el mensaje que transmitía ALF. Algunos televidentes lo acusaban de hacer “apología del alcohol, la vagancia y la delincuencia”. En un caso extremo, un niño colocó un gato en un microondas intentando imitar a ALF, lo que desató un escándalo mediático.

El último episodio de ALF, emitido en 1990, dejó a la audiencia con un final inconcluso: el extraterrestre era capturado por el gobierno y su destino quedaba incierto. No fue hasta siete años después, en 1997, que la historia tuvo un cierre con la película para televisión Proyecto ALF, donde se revelaba que dos agentes lo ayudaban a escapar.

El actor Max Wright no
El actor Max Wright no se despidió del equipo tras el fin de la serie

A pesar de los problemas en el set, el tiempo suavizó el resentimiento de algunos actores. En una entrevista de 2010 con People, Max Wright reconoció: “No importa cómo me sentía o cómo eran los días en el set. ALF trajo mucha alegría a la gente. Lo adoraban”.

Hoy, ALF sigue vivo en la memoria de quienes crecieron con él. Su influencia llega hasta el presente, con intentos esporádicos de revival y cameos en programas actuales. En 2023, Ryan Reynolds lo trajo de regreso a través de su canal Maximum Effort, con Paul Fusco retomando su rol original.

Sin embargo, más allá de la nostalgia, la historia detrás de ALF es la de una serie que, aunque icónica, dejó a su elenco marcado por el resentimiento y las dificultades del rodaje. Un programa en el que un muñeco fue la estrella, mientras que sus compañeros humanos, invisibles para el público, sufrían en silencio tras las cámaras.

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