La actriz Mandy Moore cuestionó públicamente a Amazon después de que un paquete fuera supuestamente entregado en la casa de sus suegros, destruida por los incendios en el área de Los Ángeles.

La protagonista de This Is Us compartió en sus redes sociales una imagen del paquete, que llevaba etiquetas de la empresa, sobre los restos de la vivienda arrasada por el fuego.

“¿Podemos no tener mejor criterio que dejar un paquete en una residencia que ya no existe? Esta es la casa de mi suegra y mi suegro”, escribió Moore en una historia de Instagram el martes 11 de febrero.

En respuesta a la denuncia, el portavoz de Amazon, Steve Kelly, declaró a People: “Nos hemos puesto en contacto con la señora Moore a través de Instagram para disculparnos por esto y solicitar más información de sus suegros, a fin de investigar mejor lo que ocurrió aquí”.

Kelly añadió que la empresa había instruido a sus repartidores a actuar con discreción en las áreas afectadas por los incendios en el sur de California.

“Durante semanas, hemos aconsejado a quienes entregan en nuestro nombre que sean cuidadosos, especialmente si se trata de casas dañadas por los incendios. Claramente, eso no sucedió en este caso”, afirmó.

El reclamo de Mandy Moore se produce después de que su familia fuera gravemente afectada por los incendios forestales en Los Ángeles en enero.

La estrella de 40 años reveló que, si bien la estructura principal de su casa en Altadena quedó en pie, las llamas destruyeron el estudio musical de su esposo, el músico Taylor Goldsmith, además del garaje y la casa de huéspedes.

“Milagrosamente, la parte principal de nuestra casa sigue en pie. Por ahora. No es habitable, pero está mayormente intacta”, escribió en un mensaje publicado el 9 de enero en Instagram.

“Perdimos el estudio de Taylor y Griffin con todos los instrumentos y equipos que habían acumulado. Perdimos nuestro garaje y la casa trasera”.

Además, la actriz explicó que prácticamente todos sus vecinos sufrieron pérdidas totales.

“Cada casa en nuestra calle se ha ido. Mis suegros. Mi cuñado y mi cuñada, a seis semanas de recibir a su primer bebé. Nuestros mejores amigos”, lamentó. “Sentimos una extraña culpa de sobrevivientes”.

Moore, quien vive en la casa con Goldsmith y sus tres hijos, también expresó su deseo de contribuir a la reconstrucción.

“Amamos esta comunidad y haremos todo lo posible para ayudar a reconstruir y apoyar. Gracias a todos los que han preguntado por nosotros y ofrecido ayuda”, agregó.

Días después, Moore respondió a las críticas tras compartir en Instagram una campaña de GoFundMe organizada para su cuñado Griffin Goldsmith y su esposa, quienes también perdieron su hogar en el incendio.

“Para los que cuestionan si estamos ayudando a nuestra propia familia o asignando un monto arbitrario de dinero basado en lo que Google dice que alguien tiene, NO es útil ni empático”, señaló. “Por supuesto que lo estamos haciendo”.

Añadió que la recaudación fue iniciada por un amigo y que decidió compartirla tras recibir preguntas sobre cómo ayudar a su familia.

“Nosotros también acabamos de perder la mayor parte de nuestra vida en un incendio”, sostuvo. Cerró su mensaje con una respuesta tajante a los críticos: “Con amabilidad, váyanse al demonio. Nadie los obliga a hacer nada”.

El incendio de Eaton, que comenzó el 7 de enero y fue contenido el 31 de enero, quemó un total de 14,021 acres en el condado de Los Ángeles, según CAL FIRE.

La rápida propagación del fuego fue impulsada por los vientos de Santa Ana, que alcanzaron velocidades similares a las de un huracán, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) de Los Ángeles.

El 11 de febrero, Mandy Moore compartió una actualización sobre el estado de su hogar en Altadena, confirmando que, aunque la estructura principal resistió, el contenido de la casa es prácticamente irrecuperable.

“Casi todo tendrá que ser desechado… quizá incluso las paredes también”, escribió en Instagram. “No podremos regresar por mucho tiempo mientras todo el vecindario es limpiado y comienza la reconstrucción”.

En su publicación, relató cómo la evacuación de su familia quedó marcada en su memoria.

“Ese día, el martes 7 de enero, está grabado en mi mente”, comentó. Explicó que estaba amamantando a su hija cuando su cuñado Griffin Goldsmith la llamó a las 6:45 p.m. para avisarle que debía evacuar de inmediato.

“Tranquilamente bajé las escaleras y le conté a Taylor. Sin dudarlo, empacamos a los niños en pijamas, a nuestro perro y tratamos de encontrar a nuestros tres gatos mientras se cortaba la electricidad”, escribió.

Recordó cómo su esposo intentó abrir manualmente las puertas del garaje recién construido en medio de vientos de 96 km/h (60 mph), mientras el cielo se tornaba rojo y la ceniza caía a su alrededor.

Esa noche, junto con sus hijos y su mascota, buscaron refugio en casa de unos amigos mientras monitoreaban la zona de evacuación.

“Por la mañana, dos vecinos confirmaron que nuestra casa estaba destruida. Nos abrazamos y tratamos de procesar lo impensable”, recordó Moore.

Horas después, descubrieron que, si bien la estructura de la casa seguía en pie, su comunidad había desaparecido.

“¿Todavía tenemos un hogar? Creo que mi definición está en crisis. La estructura física sigue ahí, pero nuestra sensación de seguridad no”, reflexionó.