En una época en la que el éxito suele ir acompañado de grandes producciones y un equipo detrás de cada decisión, Mac DeMarco optó por lo contrario. Grabó y produjo Another One en su estudio casero en Far Rockaway, Queens, en un proceso que duró poco más de dos semanas. Esta elección, más que una limitación, fue una declaración de principios. DeMarco compuso, interpretó, produjo y mezcló todo el álbum sin ayuda externa, un logro que no muchos artistas podrían replicar.
“Quería capturar sentimientos, no crear una gran narrativa o compartir detalles personales. Es importante que las canciones signifiquen algo para quien las escucha”, explicó DeMarco a la revista Clash Music. Esta filosofía se traduce en un álbum que explora facetas del amor, desde el anhelo hasta la pérdida, pero deja espacio para que el oyente encuentre su propio significado en cada pista.
Entre las canciones del disco, destaca My House by the Water. Este tema instrumental, compuesto por grabaciones ambientales y sintetizadores, encapsula la esencia del hogar del artista en Queens. En un gesto peculiar y humorístico, DeMarco incluyó su dirección al final del tema, invitando a los oyentes a visitarlo para un café. Según relató al Wall Street Journal, cerca de 30 fanáticos aceptaron la invitación: “Si lograron llegar hasta aquí, merecen una taza de café”. Este detalle evidencia su característico humor y su deseo de conectar directamente con quienes disfrutan de su música.
Una filosofía artística basada en la espontaneidad
El impacto de Another One en la carrera de DeMarco va más allá de su éxito comercial. El álbum marcó el comienzo de una etapa en la que el artista priorizó la captura del momento presente sobre la perfección técnica. Este enfoque ha guiado sus proyectos posteriores, como los álbumes instrumentales Five Easy Hot Dogs y el monumental One Wayne G, compuesto por 199 pistas. Ambos trabajos reflejan su interés por capturar la atmósfera de un lugar o un instante específico, una idea que germinó con canciones como My House by the Water.
DeMarco describió este proceso como una forma de “dejar que las canciones existan tal como son, sin forzarlas a ser algo más”. Este ethos lo ha convertido en un referente para aquellos artistas que buscan romper con las presiones de la industria y priorizar la conexión emocional con el público.
Además, su estilo, denominado “jizz jazz”, combina elementos del rock, el pop y la música experimental, manteniendo una sensación de espontaneidad que ha sido fundamental para su éxito. Incluso en temas más producidos y texturizados, la música de DeMarco conserva una naturalidad que invita a los oyentes a disfrutar sin pretensiones.
Innovación y autenticidad en la música indie
Con Another One, Mac DeMarco reafirmó su capacidad para desafiar las expectativas y explorar nuevas fronteras artísticas. En un entorno donde la perfección técnica y la comercialización suelen dictar las reglas, él eligió priorizar la autenticidad y la conexión emocional.
El impacto de este álbum se refleja en su música posterior y también en la forma en que otros artistas independientes han adoptado enfoques más relajados y personales en sus propios proyectos. Another One es más que un disco: es una prueba de que, con talento y dedicación, se puede lograr algo extraordinario, incluso con recursos limitados.
En última instancia, el legado de este álbum radica en su capacidad para capturar la esencia de un momento, tanto para el artista como para sus oyentes. Como dijo DeMarco: “Las canciones están ahí para que otros las disfruten y reflexionen”. Con esta mentalidad, sigue siendo un pilar de la música indie, inspirando a una nueva generación de músicos y fanáticos por igual.