En el icónico filme de Quentin Tarantino, Django sin cadenas (Django Unchained, 2012), Leonardo DiCaprio hizo frente a uno de los personajes más odiados de su carrera: Calvin Candie, un sociopático y despiadado esclavista.
Si bien el actor tiene una buena reputación por su entrega con cada rol que interpreta, su participación en esta película le hizo pasar algunos momentos complicados por las dificultades emocionales del rol. Ello sumado al lenguaje racialmente ofensivo empleado en el guion.
La película, ambientada en el sur de los Estados Unidos antes de la Guerra Civil, sigue a Django (Jamie Foxx), un esclavo liberado que, junto al cazador de recompensas Dr. King Schultz (Christoph Waltz), busca rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington) de las garras de Candie. Con una narrativa cruda y escenas de violencia extrema, Tarantino retrata la brutalidad de la esclavitud en toda su intensidad.
En una entrevista con Vanity Fair que se publicó esta semana, Foxx reveló que DiCaprio tuvo serios reparos con el uso de la palabra “N****”, una ofensa racial que aparece numerosas veces en el guion.
Durante una lectura, DiCaprio detuvo el ensayo abruptamente y expresó su incomodidad. “Leo tuvo dificultades con el tema y, específicamente, con el uso de la palabra ‘N’. Estábamos haciendo un repaso de las líneas y dijo: ‘Hey, chicos. Corten. No puedo hacer esto. Esto no soy yo’”, relató Foxx.
Ante esta situación, Samuel L. Jackson, quien interpretó al esclavo Stephen Warren, empleó una estrategia particular para animar a DiCaprio a superar su incomodidad.
“Samuel le dijo: ‘¡Di esa mierda, hijo de p*ta! Es solo otro martes. Que se jodan’”, contó Foxx entre risas.
Foxx también contribuyó a ayudar a DiCaprio a profundizar en su personaje, instándolo a comprender el contexto histórico de la esclavitud. “Le dije: ‘Leo, en esa época, nunca hablaríamos entre nosotros. Yo no soy tu amigo. No soy Jamie Foxx. Soy Django’”, explicó el actor.
Además, agregó: “Le dije que no podría interpretar a ese personaje a menos que realmente entendiera de qué se trataba la esclavitud. Era algo duro, algo horrible. No había risas entre los esclavos”.
El consejo de sus compañeros tuvo un impacto inmediato en DiCaprio. Jamie relató que al día siguiente, el protagonista de Titanic llegó al set con otro enfoque. “Lo saludé y no me respondió. Estaba listo. Todo el mundo comenzó a meterse de lleno en sus personajes”, recordó Foxx.
La inclusión de insultos raciales en el guion fue una decisión deliberada de Tarantino, quien buscaba retratar la violencia y la deshumanización inherentes a la esclavitud. Aunque el director ha enfrentado críticas por el uso frecuente de estas expresiones en sus películas, Jackson lo ha defendido en múltiples ocasiones.
En una entrevista con Esquire, el actor declaró: “No puedes decirle a un escritor que no puede usar las palabras propias de las personas de sus etnias, tal como las emplean. Si lo haces, se convierte en una mentira; no es honesto”.
Por otro lado, mientras DiCaprio superaba sus propias reservas, Foxx no pudo evitar admirar la maestría actoral de Jackson en el set.
Según el protagonista de Django, este sobresalía por la capacidad que tenía de alternar rápidamente entre su personaje y su verdadera personalidad.
“Él debería haber ganado un Oscar. Era mejor que todos nosotros”, elogió Foxx, quien también recreó la forma en que Jackson asumía su papel de Stephen con una simple orden de “acción” y luego volvía a sí mismo en cuanto escuchaba “corten”. “Ese hijo de p*ta es un alien”, bromeó Foxx, destacando la excelencia de su compañero.