Se vendió el borrador de una canción de Bob Dylan en una subasta por 508.000 dólares

Un manuscrito mecanografiado de la icónica canción “Mr. Tambourine Man” de Bob Dylan fue vendido por 508.000 dólares en una subasta celebrada en Nashville, Tennessee, el pasado fin de semana. Según informó EFE, el documento incluye tres borradores de la letra del tema, escritos en dos hojas de papel amarillo, aunque no contiene la versión final de la canción. Este artículo formaba parte de una colección más amplia de objetos relacionados con el legendario cantautor estadounidense, que en total recaudó cerca de 1,5 millones de dólares.

La subasta fue organizada por Julien’s Auctions y contó con alrededor de 60 artículos vinculados a Dylan, entre ellos fotografías, partituras, instrumentos musicales, dibujos y pinturas. La casa de subastas detalló que 50 de estos objetos, incluido el manuscrito de “Mr. Tambourine Man”, provenían de la colección personal del fallecido periodista musical Al Aronowitz, quien fue amigo cercano de Dylan y de otras figuras destacadas del rock.

El manuscrito subastado tiene un valor histórico significativo, ya que documenta parte del proceso creativo de Dylan. Según Julien’s Auctions, el cantautor escribió el borrador original de la letra en la casa de Aronowitz, ubicada en Nueva Jersey.

En un artículo de 1973 citado por la casa de subastas, Aronowitz describió cómo Dylan trabajó en la canción: “Se sentó con mi máquina de escribir portátil en mi barra de desayuno de fórmica blanca, en un remolino de humo de cigarrillos encendidos en cadena, sus dedos huesudos y de uñas largas escribiendo las palabras en papel de copia”.

El tercer borrador del manuscrito, aunque cercano a la versión final, presenta diferencias significativas con respecto a la letra definitiva que se incluyó en el álbum “Bringing It All Back Home” de 1965. Este disco marcó un punto de inflexión en la carrera de Dylan, ya que combinó elementos acústicos y eléctricos, y “Mr. Tambourine Man” se convirtió en la pista principal del lado acústico.

Un mes después del lanzamiento de la canción, el grupo The Byrds realizó una versión que alcanzó el número uno en las listas de Estados Unidos y el Reino Unido, convirtiéndose en el primer tema de Dylan en lograr este éxito en ambos países.

Además del manuscrito, otros artículos relacionados con Dylan alcanzaron precios elevados durante la subasta. Una pintura al óleo firmada por el artista en 1968 fue vendida por 260.000 dólares, mientras que una guitarra Fender Telecaster personalizada de 1983, que perteneció y fue utilizada por Dylan, se adjudicó por 225.000 dólares.

Entre los objetos más curiosos se encontraba un boceto a lápiz realizado por Dylan en una hoja de un bloc de notas del Hotel Plaza de Nueva York. En el dibujo, el artista escribió “I AM AN ARTIST / (BOB)” (“SOY UN ARTISTA, BOB”). Aunque el precio estimado de esta pieza era de entre 1.500 y 2.500 dólares, finalmente se vendió por 88.900 dólares.

También se subastó una chaqueta vaquera que Dylan usó en la película “Hearts of Fire” de 1987, la que alcanzó un precio de 25.400 dólares.

La colección subastada pertenecía en gran parte a Al Aronowitz, un periodista musical que desempeñó un papel clave en la conexión de Dylan con otros artistas influyentes de su época. Según EFE, el hijo de Aronowitz, Myles Aronowitz, destacó la capacidad de su padre para entender y conectar a los artistas: “No solo conoció a estos iconos culturales, los unió. Conectó a Allen Ginsberg con Bob Dylan y a Dylan con The Beatles. Por primera vez conectó a Jimi Hendrix con Miles Davis, a Nico con Lou Reed“.

Aronowitz, quien escribía una columna para el The New York Times, fue testigo y partícipe de momentos claves en la historia del rock, y su amistad con Dylan quedó reflejada en los objetos que formaron parte de esta subasta.

A sus 83 años, Bob Dylan continúa siendo una figura central en la música y la cultura popular. El mes pasado, se estrenó la película “A Complete Unknown”, que narra el ascenso de Dylan al estrellato en la década de 1960. En el filme, el actor Timothée Chalamet interpreta al cantautor, un papel que requirió años de preparación, incluyendo el aprendizaje de canto y guitarra.