El próximo 14 de enero, la actriz estadounidense Brooke Shields presentará al mundo su nuevo libro Brooke Shields is Not Allowed to Get Old: Thoughts on Ageing as a Woman.
En el marco de su promoción, compartió exclusivamente unos artículos escritos para el diario Daily Mail. En uno de ellos, la protagonista de La laguna azul abordó la controladora y asfixiante relación con su madre.
“Estar sola me hacía entrar en pánico. Sentía que era tiempo desperdiciado”, admitió en un pasaje donde describía su periodo fuera de casa mientras asistía a la Universidad de Princeton.
Y agregó: “Creía fervientemente que debería llenar cada momento con una conversación, cumplir una obligación o marcar algo en una lista”.
Aunque solo estaba viviendo en Nueva Jersey, a tan solo un estado de su ciudad natal, la artista no lo soportaba y la principal razón de este comportamiento fue la crianza que tuvo por parte de su madre, Teri Shields.
“Mi madre no me había dado las herramientas que necesitaba”, explicó Shields, quien saltó a la fama durante su infancia. “Me controló tanto, de todas las maneras posibles, que cuando fui a la universidad y tuve que navegar el mundo por mi cuenta, estaba en shock. Era como una herida abierta. Totalmente vulnerable”.
Según narra en su libro, Brooke no quiso hacer lo mismo con sus hijas y les proporcionó más libertad sin dejar de cuidarlas y amarlas. Su madre la protegió y vigiló, pero asegura que “durante mucho tiempo no tenía idea de cómo protegerme realmente o vivir por mí misma”.
La madre de Brooke Shields no solo cumplía ese rol en su vida, sino que también ea su agente y básicamente su trabajo era controlarla. Ella recordó que Sam Cohn, un respetado agente entre las décadas de los 70 y 80, había querido representarla, pero Teri nunca lo permitió:
“A los 50 años, encontré validación al saber que alguien con una mirada tan aguda como Sam Cohn podía ver mi potencial. Pero en su mayoría, escuchar tantos años después sobre esa oportunidad perdida me hizo pensar: ‘¿Qué demonios de bueno me hace eso ahora?’ Mi madre quería gestionar mi carrera a su manera y no quería que nadie más se acercara a mí”.
El alcoholismo en el hogar de Brooke Shields
Para la estrella de 59 años, es importante volver a reflexionar sobre esas situaciones que vivió con su madre, “ya fuera por protección o para mantenerme para ella sola”.
“El alcoholismo de mi madre fue una fuente constante de agonía para mí, y siempre estaba un poco nerviosa y tensa”, confesó en el artículo para Daily Mail.
Por lo tanto, el objetivo de Shields, una vez que se convirtió en madre fue “proteger a mis hijos de vivir con sentimientos de inestabilidad, incertidumbre o miedo”.
Brooke Shields ha pensado mucho en lo que hubiera sido su carrera si hubiera exigido el cambio de su agente profesional por incluso uno mejor que Teri.
“Tal vez no me habría convertido en alguien de quien hicieron una muñeca o que tuvo secadores de cabello de marca (cientos de los cuales todavía están en mi garaje)”, señaló.
Cuenta que su madre se presentaba como una persona que no juzgaba pero, a nivel personal, a Brooke no le daba esa impresión.
“Siempre sentí que iba a estar en problemas por algo, o que estaba equivocada, y a menudo estaba esperando a que cayera el otro zapato. Esto es una consecuencia de haber sido criada por una alcohólica”, reconoció.
En casa con su madre, “nunca sabía lo que iba a pasar”, ya que los planes podían cambiar a cada momento y sus estados de ánimo también.
Es por ello que Brooke Shields disfrutaba más del tiempo actuando en películas: “El trabajo, incluso si sabía que tanto la industria como la opinión pública eran volubles, se sentía estable en el sentido de que cuando estabas en el set, el espacio estaba contenido y había reglas que debías seguir. [...] Eso era liberador de alguna manera”.