Una de cada cuatro escuelas en Bahía Blanca sufrió daños graves y preparan la vuelta a clases

Son 131 las instituciones educativas afectadas por la inundación, de las cuales 56 presentan un panorama crítico. Con la actividad pedagógica aún suspendida, docentes, alumnos y familias están participando de las tareas de limpieza y desinfección

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En el Colegio San Vicente
En el Colegio San Vicente de Paul, en el barrio de Villa Mitre, el agua destruyó muebles, equipos y archivos.

La inundación en Bahía Blanca tras el temporal del 7 de marzo dejó un saldo de 56 escuelas con “daños graves”, una cifra que representa el 24% de los 232 establecimientos educativos de la ciudad, según un relevamiento del Comité de Contingencia. En tanto, 75 escuelas presentan “daños leves” y 101 (el 43%) no se vieron afectadas.

Si bien el regreso a clases estaba previsto para el miércoles 12, la mayoría de las instituciones tuvieron que postergar la vuelta de los alumnos por la magnitud de los daños que sufrió la ciudad, y seguirán cerradas este jueves. Solo en la localidad de Cabildo se retomaron las clases.

Desde la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires informaron que las escuelas “están abiertas, con actividad, contemplando los daños causados en los hogares de sus docentes y acompañando el retorno a sus lugares de trabajo, con muchos equipos docentes colaborando con la desinfección de las aulas y patios”.

Las autoridades explicaron que se conformó una mesa educativa que evalúa las condiciones edilicias en cuatro aspectos: infraestructura y mobiliario, condiciones del personal docente y auxiliar, desinfección y condiciones de accesibilidad (transporte y movilidad), de cara a la “vuelta a la normalidad” de las clases.

“Algunas escuelas podrían abrir, pero son pocas. La mayoría sigue sin luz, sin agua y con instalaciones dañadas. En un jardín, incluso encontraron peces en la cocina”, describió Miriam Udi, referente de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Argentina (AIEPA) en Bahía Blanca y representante legal del Instituto Superior Pedro Goyena.

En varias instituciones, los alumnos y sus familias están participando de las tareas de limpieza y sacando el barro de las aulas. En el Colegio Presidente Sarmiento, ubicado en Ingeniero White –una de las localidades más golpeadas–, el impacto del temporal fue devastador. “La primera noche prácticamente toda la ciudad quedó sin luz, lo que dificultó aún más la comunicación y la organización de la ayuda. Ver cómo quedaron las calles, las casas y las escuelas fue desolador. El agua llegaba a la cintura en muchos lugares”, describió Santiago Del Collado, representante legal de la escuela.

“Fue realmente un golpe muy duro para toda la comunidad educativa”, afirmó Del Collado. Y agregó: “Hoy el foco de nuestro equipo directivo y de gestión no está en lo pedagógico, sino en la contención. En este momento lo urgente es que los chicos, las familias y los docentes puedan recuperar un mínimo de estabilidad”.

Fuentes del gobierno provincial informaron que están entregando kits de limpieza para reforzar la desinfección. Además, señaron que la provincia de La Pampa donó 1000 guardapolvos y 300 pares de zapatillas.

“El sistema educativo fue gravemente impactado en distintos niveles, desde la educación inicial y la fase preparatoria del superior, hasta el inicio de los ciclos en primaria y secundaria”, dijo Martín Zurita, secretario ejecutivo de AIEPA. “Muchas escuelas, tanto estatales como privadas, sufrieron daños significativos, y esta afectación alcanza también a docentes, auxiliares, estudiantes y sus familias, tanto en lo material como en lo emocional”, señaló Zurita.

En el Colegio San Vicente
En el Colegio San Vicente de Paul, la comunidad educativa logró limpiar las instalaciones y sacar los escombros en tiempo récord.

El Colegio San Vicente de Paul, en el barrio de Villa Mitre, también sufrió daños importantes. Según Marcela Santarelli, representante legal de la institución, el agua destruyó muebles, equipos y archivos, mientras que el barro arruinó gran parte de las instalaciones. Las Hijas de la Caridad, responsables de la administración del colegio, tuvieron que evacuar el edificio donde viven y refugiarse en la escuela.

A pesar de las dificultades, la comunidad educativa logró limpiar las instalaciones y remover los escombros en tiempo récord. “Fue un trabajo arduo, que se logró gracias al sentido de pertenencia de la comunidad. Nos sentimos más unidos que nunca”, destacó Santarelli.

Como otras instituciones, el colegio hizo un relevamiento para identificar las necesidades de los docentes y las familias afectadas. Aunque pocas familias debieron evacuar sus hogares, los daños materiales fueron significativos. Además, dos docentes, dos empleados de maestranza y cuatro alumnos se vieron directamente afectados por las inundaciones. El centro de estudiantes organizó una colecta para recibir y distribuir donaciones entre los damnificados.

“Es un esfuerzo conjunto que nos demuestra, una vez más, la importancia de trabajar en comunidad. Sabemos que la recuperación llevará tiempo, pero creemos que el valor más importante en este proceso es la solidaridad. En medio de la adversidad, elegimos valorar la vida, los vínculos y la humanidad por encima de todo”, consideró Santarelli.

Según indicaron desde AIEPA, algunas escuelas que están recibiendo donaciones son el Instituto Avellaneda (San Martín 1347, Avellaneda), el Instituto Terciario de la Salud (España 572, Moreno), el Instituto Buenos Aires (Carlos Casares 2362, Isidro Casanova, La Matanza) y el Complejo Educativo Nenelandya Rubén Darío (América 3576, Villa Ballester, San Martín).

También sigue recibiendo donaciones la Universidad Nacional del Sur (UNS), en su sede Leandro N. Alem 1235 (Bahía Blanca). Allí se puede llevar, de 8 a 19 hs, alimentos no perecederos, productos de limpieza e higiene personal (especialmente lavandina), agua potable envasada, frazadas y abrigos, colchones, ropa de cama y toallas y alimento balanceado.

La UNS anunció la suspensión de todas las actividades académicas –incluyendo cursos de ingreso, exámenes finales y clases– hasta el 31 de marzo. “El corte de la fibra óptica originó que no estén operativos los sistemas informáticos (Guaraní, Moodle y correo electrónico, entre otros)”, informó la UNS en un comunicado.