Las “escuelas pioneras” se preparan para implementar la reforma educativa Secundaria Aprende

Ticmas habló con los rectores de tres de las 33 escuelas pioneras que implementarán la reforma educativa Secundaria Aprende. A través de sus voces, emerge el modo en que cada institución se prepara para el cambio y los desafíos que enfrentan directivos, docentes y estudiantes

Guardar
Diego Barón, de la Escuela
Diego Barón, de la Escuela Técnica 7 “Dolores Lavalle de Lavalle”, junto a la ministra de Educación de la Ciudad, Mercedes Miguel

Con el inicio del ciclo lectivo 2025, 33 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires serán las primeras en implementar la reforma educativa del nivel medio bajo el programa Secundaria Aprende. La experiencia funcionará como prueba piloto antes de extenderse al resto del sistema, en un proceso que está previsto que concluya en 2027. “La secundaria era una fábrica de materias previas”, decía el lunes Mercedes Miguel, ministra de Educación de la Ciudad, “todo indicaba que el modelo, tal como estaba, ya no funcionaba”.

El plan impulsa una transformación que busca dejar atrás la estructura tradicional del nivel medio y reorganizar la escuela en torno a cuatro principios: integración de aprendizajes (desarmar la rigidez de las materias aisladas para trabajar más por proyectos interdisciplinarios), desarrollo de capacidades (poner en el centro habilidades como el pensamiento crítico y la resolución de problemas), avance continuo (que los estudiantes progresen según los aprendizajes que logren), y autonomía estudiantil (que ganen protagonismo en su proceso de aprendizaje).

Los cambios que plantea la reforma no son menores y atraviesan tanto la organización de las escuelas como el trabajo cotidiano de los docentes. Uno de los ejes centrales es que los profesores concentren más horas en una misma institución, dejando atrás la figura del “docente taxi” con el esquema de módulos aislados en distintas escuelas. Bajo el nuevo régimen, se espera que los equipos docentes pasen más tiempo en el colegio, no solo frente a alumnos, sino también planificando, acompañando trayectorias y trabajando en proyectos conjuntos con sus colegas. La expectativa es que esa mayor permanencia permita fortalecer los vínculos con los estudiantes y con otros profesores.

La idea que subyace a estos cambios es que el estudiante deje de ser un receptor pasivo de contenidos y pase a tener un rol activo en su proceso de aprendizaje. Los proyectos interdisciplinarios, las mesas de trabajo en grupo y las tutorías buscan que los chicos se apropien de su recorrido educativo y adquieran herramientas que les sirvan más allá de la escuela, como el trabajo colaborativo, la resolución de problemas y la autogestión del tiempo.

Ticmas habló con Stefanía Martín, Diego Barón y Mariana Zinna, rectores de tres de las 33 escuelas pioneras que este año comenzarán a implementar Secundaria Aprende. A través de sus voces, emerge el modo en que cada institución se prepara para el cambio y los desafíos que enfrentan directivos, docentes y estudiantes ante una transformación que atraviesa la vida cotidiana de las escuelas.

Los rectores de las escuelas
Los rectores de las escuelas pioneras tuvieron una experiencia formativa en la ciudad de San Pablo, Brasil

“Esta transformación me vino bárbaro”

Diego Barón asumió en 2023 la dirección de la Escuela Técnica 7 “Dolores Lavalle de Lavalle”, ubicada en Parque Patricios. Con una matrícula de alrededor de 750 estudiantes y una historia de 130 años, la escuela tiene dos especialidades: Computación y Gestión y Administración de las Organizaciones.

Barón llegó a la escuela luego de haber trabajado en la Junta de Clasificación Docente; antes había ejercido como maestro de taller en otras técnicas. “Quería salir de la zona de confort, como se dice, y había decidido concursar el cargo”, dice, y continúa: “Había llegado el momento de volver”. El regreso lo encontró con algunos datos que funcionaron como alerta: “El promedio en las evaluaciones estandarizadas era muy bajo”, dice.

Su llegada a la Escuela 7 casi coincidió con el lanzamiento de Secundaria Aprende, y Barón, que venía advirtiendo las tensiones en el rendimiento y el funcionamiento interno de la escuela, vio en la reforma una herramienta que podía ayudar a encauzar los cambios que consideraba necesarios. “La transformación me vino bárbaro, por eso estoy tan entusiasmado”, dice.

Además, destaca que la posibilidad de contar con más docentes que concentran su carga horaria en la escuela permite un acompañamiento sostenido a los estudiantes, a la vez que habilita un vínculo más fluido entre los propios docentes. “Los profes se van adaptando”, dice, “y el cambio les está gustando, le están encontrando la vuelta”. ¿Y los estudiantes? Barón encontró un respaldo en el Centro de Estudiantes: “Estuvieron totalmente de acuerdo desde el primer momento”, dice.

Los rectores de las escuelas
Los rectores de las escuelas pioneras tuvieron una experiencia formativa en la ciudad de San Pablo, Brasil

Un mayor involucramiento en las trayectorias

La Escuela de Educación Media N°5 “Juan Manuel Fangio”, de Villa Lugano, funciona en el turno vespertino. Comparte el edificio con una primaria y tiene una matrícula de unos 200 estudiantes. Mariana Zinna trabaja en la escuela desde hace dos décadas y, en febrero de 2020, tomó el cargo de directora. Su llegada a la conducción coincidió fatalmente con la pandemia. “El 15 de marzo ya estábamos cerrando todo”, recuerda.

La experiencia de ese año reforzó en ella una convicción que sostiene hasta hoy: la importancia de que la escuela sea, además de un espacio de formación, un sostén para los estudiantes. Por eso, valora que el modelo de Secundaria Aprende le permita reorganizar el equipo docente y contar con más profesores que permanezcan en la escuela. Como su par, Diego Barón, Zinna se ilusiona: “Vamos a estar más involucrados en el seguimiento de las trayectorias, el acompañamiento”, dice. Esto puede traducirse en un sentido que va más allá de los contenidos y podría detectar más prontamente cuando un estudiante empieza a faltar, se queda rezagado o necesita una ayuda puntual.

El diálogo con otros directores que atraviesan el mismo proceso es otra de las cuestiones que destaca Zinna: armar una red es la manera de sentirse acompañados, de compartir dudas, de buscar respuestas en grupo. Esa atención, dice, también se extiende a las autoridades. “Sentimos que hay una escucha desde el Ministerio hacia las pioneras”, dice, y eso le da comodidad y seguridad para plantear problemas concretos, ajustar y proponer formas de resolverlo junto con su equipo.

Stefanía Martín, rectora de la
Stefanía Martín, rectora de la Escuela Técnica N°10 “Fray Luis Beltrán”

Retomar la esencia de la escuela

Cuando Stefanía Martín asumió en 2023 como rectora de la Escuela Técnica N°10 “Fray Luis Beltrán”, llevaba más de catorce años trabajando en la institución. Había atravesado aulas, talleres y oficinas, y conocía los movimientos de la escuela desde adentro. Ahora le tocaba conducirla, justo cuando llegaba también el anuncio de que sería una de las 33 pioneras que pondrían en marcha el plan Secundaria Aprende.

El cambio generó algunas resistencias iniciales en el cuerpo docente, pero con el paso de los meses, la incertidumbre se fue disipando. “Los profes se dieron cuenta de que la reforma no venía a quitarles nada, sino que, al contrario, los podía ayudar”, señala. Hay un punto de apoyo para la reforma que tiene que ver con la cultura de la escuela técnica. “Nosotros decimos que el taller es el alma”, dice. Y en los talleres, el trabajo por proyectos y la integración entre teoría y práctica son experiencias habituales.

Sin embargo, el verdadero desafío, según Martín, no está tanto en los contenidos como en los modos del trabajo docente. El mayor cambio, entonces, está en cómo los profesores puedan verse a sí mismos como compañeros en un trabajo colaborativo donde la planificación deje de ser una instancia burocrática para convertirse en un espacio real de intercambio.

Lo que espera, en definitiva, es que la reforma le permita volver a aquello que, para ella, define a la escuela técnica: el vínculo entre el saber y el hacer, y el trabajo de los estudiantes sobre los objetos, los procesos y sus propios aprendizajes. “Creo que la reforma lo que va a hacer es acompañar y retomar la esencia de la escuela técnica”, dice.

La experiencia en San Pablo

Antes de que la reforma se pusiera en marcha, el Ministerio de Educación de la Ciudad invitó a casi todos los directivos de las escuelas pioneras a viajar a San Pablo para conocer el modelo de tiempo integral que funciona en ese Estado brasileño. Ese sistema, junto con otras experiencias internacionales, forma parte de las influencias que tomó Secundaria Aprende para su desarrollo.

Los tres rectores, Stefanía Martín, Diego Barón y Mariana Zinna, fueron parte de esa delegación. Zinna recuerda que le llamó la atención la figura del tutor, un rol que asumen los profesores y que trasciende lo académico. “Cualquier persona de la escuela puede convertirse en tutor o acompañante de un alumno; eso me parece fundamental”, dice. Barón también volvió con esa impresión, pero lo que más lo marcó fue la propia experiencia: “Lo pasé por el cuerpo”, dice. Lo que vio le hizo replantear cómo debería avanzar en la construcción de los vínculos dentro de su propia escuela. En San Pablo percibió un ambiente de colaboración entre profesores y estudiantes, algo que le gustaría que se replique en Buenos Aires.

Los desafíos en el primer año de la reforma

La apuesta de la reforma está puesta en que los estudiantes tomen las riendas de su recorrido. Pero los directores saben que esa autonomía no se construye sola: necesita tiempo, acompañamiento y, sobre todo, una escuela que esté preparada para sostener a los que más lo necesitan.

Stefanía Martín dice que su expectativa está puesta en los docentes: que puedan verse, trabajar de manera colaborativa y que la planificación se convierta en un espacio de intercambio real. “Tenemos un montón de indicadores para el desempeño de los estudiantes, pero yo pongo la atención en la práctica docente”, dice. Martín espera que el mayor tiempo de los docentes en la escuela permita fortalecer los vínculos y que se sientan cómodos para revisar sus prácticas.

Para Diego Barón el desafío será más organizacional. Con más docentes que concentran su carga horaria en la Técnica 7, la circulación y el uso de los espacios tendrán que ajustarse a esa nueva dinámica. En esa reconfiguración, hay un lugar que le resulta central: la sala de profesores. “Para mí, de la sala de profesores es de donde salen los proyectos, la creatividad. Todos los programas que uno organiza como escuela salen de ahí”, dice. Cuando llegó a la dirección, notó que ese espacio no era cómodo ni funcional, que los profesores no tenían un ámbito adecuado para descansar, conversar o pensar proyectos. La reforma lo empujó a avanzar con esas transformaciones que venía postergando. “Secundaria Aprende hizo que me permitiera mover aulas, que me permitiera generar espacios. No sé si darme la libertad, pero sí perder los temores”, dice.