El IFE Conference 2025, organizado por el Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, es uno de los congresos más importantes sobre innovación educativa en la región. En este marco, Freddy Vega, CEO y fundador de Platzi, fue el protagonista de una de las entrevistas más destacadas del segundo día del evento. El encuentro estuvo a cargo de Sara Segundo, directora interina de Transferencia y Emprendimiento del IFE.
Durante una hora y frente a un auditorio colmado, Vargas abordó los desafíos que enfrenta la educación en la era digital, el impacto de la tecnología en el aprendizaje y la necesidad de desarrollar habilidades para el entorno laboral. Su participación formó parte de un espacio de discusión más amplio dentro del congreso, cuyo objetivo es explorar nuevas estrategias y herramientas educativas que preparen a las próximas generaciones para un futuro marcado por la inteligencia artificial, la automatización y la transformación del trabajo.
Estas fueron diez ideas que desarrolló en la charla:
1. Aunque la conectividad ha crecido en América Latina, el acceso a internet por sí solo no garantiza mejores oportunidades educativas ni laborales
Todavía hay muchas personas que no cuentan con los dispositivos adecuados para aprovechar la educación en línea o desarrollar habilidades digitales avanzadas. “En América Latina, solo el 40% de los hogares tiene una computadora, y en muchos casos ni siquiera una portátil”, dijo. Esta carencia no solo limita el acceso a formación de calidad, sino que también dificulta la posibilidad de usar herramientas tecnológicas esenciales en el mercado laboral. Sin computadoras o equipos adecuados, muchas personas quedan rezagadas en un mundo donde la digitalización es clave para el crecimiento profesional y económico.
2. La educación digital aún no logra cerrar las brechas de acceso ni garantizar aprendizaje real
Si bien la tecnología está democratizando el acceso a la educación, también representa un desafío para las instituciones que buscan mantener el compromiso de los estudiantes. “El acceso a la tecnología no es el problema, sino cómo se usa para generar oportunidades reales”, dijo. Muchas veces se asume que la disponibilidad de recursos digitales soluciona los problemas educativos, cuando en realidad lo que se necesita es una estrategia clara para su aprovechamiento.
3. La educación tradicional genera compromiso social
En un momento, Sara Segundo planteó la dificultad de muchas instituciones para retener a los estudiantes en entornos digitales. Vega coincidió con esta observación: la educación presencial, dijo, ofrece estructuras de compromiso que la virtualidad aún no logra igualar. “En la educación tradicional se crearon un montón de mecanismos sociales que hacen que la gente quiera ir. Yo quería ver a mis amigos”, recordó. Sin ese componente social, el aprendizaje pierde un incentivo clave, lo que explica por qué muchas personas abandonan cursos en línea a pesar de su accesibilidad.
4. La concentración es un recurso escaso y valioso en la era digital
El mayor desafío educativo no es el acceso a la información, sino la capacidad de procesarla sin distracciones. La sobrecarga de estímulos ha reducido la atención de las personas, lo que afecta su capacidad de aprendizaje. Para enfrentar este problema, Vega sostuvo que las escuelas y universidades deberían convertirse en espacios que prioricen la concentración y el pensamiento profundo, en lugar de replicar la lógica fragmentada del entorno digital.
5. La educación debe incentivar la curiosidad y el pensamiento crítico
Sara Segundo preguntó cómo garantizar un aprendizaje más profundo en un contexto donde la tecnología suele usarse de manera superficial. El verdadero valor de la educación, dijo Vega, no está en la acumulación de datos, sino en la capacidad de aplicarlos para transformar la realidad. Y criticó que el sistema educativo siga priorizando la memorización en lugar de fomentar la creatividad y la resolución de problemas.
6. La educación debe priorizar el desarrollo de habilidades aplicables en el mundo real
No toda la tecnología usada en la educación aporta valor en términos de empleabilidad o productividad. En este sentido, Vega hizo una diferencia entre una tecnología de consumo, que suele estar centrada en el entretenimiento y la comunicación, y una tecnología que realmente potencia el aprendizaje y el trabajo. Aunque las plataformas digitales son cada vez más accesibles, su impacto educativo depende de cómo se usen. “Si WhatsApp, TikTok o Instagram no son para estudiar”, dijo, “las hojas de cálculo pueden ser una manera para mejorar más productiva”.
7. La educación debe preparar a las personas para lo desconocido
Si el modelo educativo que transmitir información quedó perimido, hoy se debe perseguir que los estudiantes puedan desarrollar la capacidad de aprender y adaptarse a nuevos escenarios. La automatización y la inteligencia artificial van a modificar profundamente el mercado laboral, obligando a que las personas se actualicen de manera constante. Las instituciones educativas están en un proceso de cambio acelerado para responder a estas transformaciones. “Las instituciones están cambiando rápidamente, y con ello la manera en que nos preparamos para el futuro. Vamos a ver una transformación en el mundo profesional como nunca antes”, dijo.
8. La transformación digital del trabajo exige una mentalidad de aprendizaje permanente
El impacto de la digitalización en el mundo laboral fue otro de los temas centrales de la charla. La educación ya no puede verse como un proceso que tiene un inicio y un final, sino como un ciclo continuo de actualización. “Nuestro trabajo, por definición, es vivir en el futuro y creer que el futuro sea mejor. Si uno no cree que el futuro va a ser mejor, no puede construir el futuro”, dijo. Pero, en un contexto donde las habilidades necesarias cambian constantemente, la capacidad de adaptación y el aprendizaje permanente serán lo que diferencie a quienes logren mantenerse vigentes en el mercado.
9. Dormir bien, hacer ejercicio y tener hábitos estructurados potencian la capacidad de aprendizaje y la concentración
El aprendizaje no depende solo de la información disponible, sino también de la capacidad del cerebro para procesarla. En este sentido, la importancia del bienestar físico y mental es una base esencial para el rendimiento intelectual. “Hay que dormir bien —y dormir bien es dormir de siete y media a ocho horas—; si ustedes dicen que pueden funcionar bien después de haber dormido seis horas, no tiene sentido”, dijo. Junto al descanso adecuado, agregó que una buena alimentación y la actividad física mejoran la concentración y la asimilación del conocimiento.
10. El futuro requiere optimismo
A lo largo de la charla, Vega insistió en que la educación es, en esencia, un acto de confianza en el futuro. No se puede enseñar ni aprender si no se cree en la posibilidad de mejorar. “Si educar es construir el futuro, entonces el optimismo es obligatorio”, aseguró. Sin esa mentalidad, cualquier intento de transformación en el ámbito educativo o laboral está destinado al fracaso, ya que la innovación depende de la convicción de que el cambio es posible.