¿Debe transformarse la educación para preparar a los estudiantes para el trabajo?

¿Cómo deben transformarse los sistemas educativos en un presente en el que la inteligencia artificial y la automatización están redefiniendo el mundo del trabajo? Esta fue la pregunta central del panel sobre educación y políticas públicas en el IFE Conference 2025, el congreso educativo que organiza el Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey.

El debate se llevó a cabo en el marco del Education Policy Summit, un recorrido dentro del congreso que se ocupa de las políticas educativas a nivel gubernamental y universitario. Participaron Sofialeticia Morales Garza, secretaria de Educación del Estado de Nuevo León (México); Mercedes Miguel, ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina); y Arturo Cherbowski, director general de Universia México y director ejecutivo de Santander Universidades (México). La moderación estuvo a cargo de Claudia Uribe, profesora destacada en educación del Tecnológico de Monterrey.

La secretaria Morales Garza fue la primera en tomar la palabra y señaló que la transformación del sistema educativo debe ser integral y abarcar todos los niveles. “Tenemos que transitar de una educación centrada en la transmisión de conocimiento a una educación donde realmente se construye individual y colectivamente un conocimiento para la solución de problemas”, dijo. Para lograrlo, dijo, es necesario abordar tres retos en simultáneo: actualizar la formación docente, flexibilizar los planes de estudio y fortalecer el vínculo con el sector productivo.

Desde su experiencia en Nuevo León, la secretaria destacó el programa de educación dual como una estrategia efectiva para conectar la enseñanza con el mundo del trabajo. Este modelo permite que los jóvenes adquieran experiencia real y desarrollen habilidades como trabajo en equipo, resolución de problemas y responsabilidad. “Hoy tenemos casi 9.000 estudiantes en educación dual y más de 900 empresas participando”, dijo, y continuó: “Es una transformación necesaria para que nuestros estudiantes no solo consigan trabajo, sino que se desarrollen profesionalmente”.

Mercedes Miguel coincidió con la secretaria de Nuevo León, pero fue más categórica: "El sistema educativo está anclado en el siglo pasado, con estructuras y modalidades de operación que ya no responden a la realidad actual”. La ministra de la Ciudad de Buenos Aires también señaló la formación docente como un limitante para la transformación educativa. “Hoy las empresas buscan habilidades como pensamiento crítico, resolución de problemas y alfabetización digital. ¿Por qué pensar que la profesión docente no amerita una renovación igual de profunda?”, dijo.

La Ciudad de Buenos Aires está en pleno proceso de implementación y consolidación de Buenos Aires Aprende, un programa que se enfoca en actualizar la formación de maestros y fortalecer las competencias fundamentales desde la educación inicial hasta la secundaria. “Los docentes tienen que enseñar a aprender, no solo a transmitir contenido”, dijo, “si no formamos a los maestros en esa lógica, seguimos preparando estudiantes para un mundo que ya no existe”.

Por su parte, Arturo Cherbowski se sumó al debate con una idea provocadora: la crisis educativa, dijo, no es un problema actual. “Llevamos décadas diciendo que las universidades son obsoletas y que la educación no responde al mundo laboral. La pandemia y la IA solo hicieron más evidente un problema que ya existía”. Para él, el mayor obstáculo es la rigidez de los modelos educativos, que impide la actualización de los planes de estudio.

Cherbowsi también advirtió que la falta de transformación de la educación superior no es solo responsabilidad del Estado. “Si las universidades quisieran cambiar, lo harían. La normativa no es una barrera insalvable. El problema es que el statu quo es cómodo para todos”, dijo. Pero agregó que la resistencia al cambio no sólo proviene de las propias instituciones educativas, sino también del sector productivo, que muchas veces no asume su papel en la formación de talento.

Uribe, entonces, retomó una de las inquietudes que habían expresado los invitados, para profundizar en ella: la persistencia de los modelos educativos tradicionales y la demora en la actualización de los currículos. Cherbowski insistió en que las universidades deben reformular su propuesta de valor. “Las universidades se quejan de la rigidez de la normativa, pero la realidad es que los cambios pueden hacerse desde dentro”, dijo y reforzó la idea de que, en un ambiente laboral en constante cambio, la única formación que tiene sentido es aquella que enseña a aprender de manera continua.

Mercedes Miguel retomó la idea de la desconexión entre la formación de los maestros y la realidad de los estudiantes. “Un docente que se formó hace veinte años no puede enseñar a estudiantes con una mentalidad y necesidades completamente diferentes”, dijo. Para ella, el modelo de enseñanza y aprendizaje debe ser más dinámico, estar basado en proyectos y vinculado a problemas reales. La escuela, dijo, tiene que convertirse en un espacio donde los estudiantes desarrollen su autonomía y puedan trabajar en entornos colaborativos.

La secretaria Morales Garza retomó y profundizó sobre el programa de educación dual que se ha desarrollado en Nuevo León. Explicó que han establecido alianzas estratégicas con sectores productivos para alinear los programas educativos con las demandas del mercado. “Estas alianzas no solo garantizan empleabilidad, sino que también ayudan a que los estudiantes comprendan mejor las dinámicas laborales antes de egresar”, explicó.

En consonancia con las necesidades que los estudiantes deben desarrollar para el futuro, Mercedes Miguel reforzó la idea de que el sistema educativo debe ir más allá del conocimiento técnico. “Si se pasan toda la escolaridad sentados en un banco escuchando a un adulto, ¿en qué momento desarrollan resiliencia, creatividad o la capacidad de trabajar en equipo?”, dijo.

Y Arturo Cherbowski sumó el riesgo de que la discusión sobre educación y empleo quede en el diagnóstico, sin produrcir acciones concretas. “No podemos seguir diagnosticando la crisis del sistema educativo, ¡llevamos veinte años haciéndolo!”, dijo en un llamado urgente a asumir responsabilidades.

En el cierre del panel, Mercedes Miguel dejó una reflexión que sintetiza el desafío educativo actual: “No hay nada peor que un niño que se decreta a sí mismo incapaz de aprender”, dijo. El desafío es urgente y requiere del compromiso de todos los actores: instituciones, docentes, empresas y gobiernos.

La pregunta sigue abierta: ¿están los sistemas educativos listos para asumirlo?