El sistema educativo de Córdoba implementará a partir de 2025 un ambicioso proceso de transformación curricular y didáctica con una inversión inicial de 30 mil millones de pesos. La implementación del plan se realizará de forma gradual entre 2025 y 2028, permitiendo ajustar estrategias a medida que se avanza en el proceso.
TransFORMAR@Cba, tal el nombre del proyecto, surge como respuesta a la necesidad de rediseñar los planes de estudio en todos los niveles y modalidades para adaptarlos a las demandas del siglo XXI. Según explicó el ministro de Educación, Horacio Ferreyra, la iniciativa tiene sus raíces en un proceso de consulta amplio y participativo: “La transformación surge de la definición política de realizar una consulta a más de 100.000 ciudadanos y 4300 instituciones”.
Entre mayo y noviembre de 2024, el Ministerio de Educación de Córdoba lideró un proceso consultivo que incluyó la participación de todos los actores del sistema educativo: estudiantes, docentes, padres de familia, ciudadanos, instituciones educativas, universidades, cooperadoras escolares, centros de estudiantes, municipios y organizaciones no gubernamentales. Un esfuerzo que involucró mesas de diálogo, jornadas pedagógicas, encuestas en el territorio y la recopilación de información a través de seis formularios en línea.
El análisis de estos datos permitió identificar áreas prioritarias para el nuevo enfoque curricular. Entre ellas se encuentran: programación, robótica, inteligencia artificial, educación ambiental y financiera, desarrollo de habilidades socioemocionales y la promoción de entornos saludables. Y resaltó la importancia clave de reforzar y profundizar el aprendizaje en matemáticas, lengua y ciencias. La transformación educativa abarca la definición de metas de aprendizaje claras y progresivas por ciclo, grado y nivel, con un marco curricular común que integra capacidades fundamentales como la comunicación, el pensamiento crítico y la creatividad. También se fomenta una enseñanza interdisciplinaria, que integre saberes de diversas áreas para abordar problemas reales y complejos.
Ferreyra señaló, además, que este proyecto trasciende las reformas impulsadas en otras jurisdicciones: “No influyeron las reformas que se anunciaron en CABA y Provincia de Buenos Aires porque desde el primer día de gestión comenzamos a dialogar para realizar una transformación educativa integral”.
“No la llamamos reforma porque no creemos que cambiando solo el plan de estudio se logran las modificaciones, es necesario focalizarnos en las trayectorias educativas, la formación docente, equipamiento, entre otras dimensiones”, explicó Ferreyra. Y continuó: “Buscamos consolidar los logros educativos a la vez que redireccionar la escuela existente en base a las necesidades de la comunidad. Es una renovación curricular y didáctica, con un fuerte foco en cómo abordar los contenidos y en los modos de enseñar”, continuaba el ministro
La transformación será liderada inicialmente por 200 escuelas precursoras, que aceptaron la invitación de las autoridades educativas. Estas instituciones —70% del sector público y 30% del privado— participarán como laboratorios de innovación. En realidad, el proyecto preveía que el piloto se hiciera sobre 150, pero hubo mucho entusiasmo y debieron ampliar la convocatoria. Las instituciones que no lograron sumarse a esta primera etapa tendrán la oportunidad de participar con proyectos innovadores específicos que cumplan con los criterios de esta transformación y que pueden ocuparse de las ciencias naturales, sociales, programación, implementación de clubes, cooperativas y mutuales, escolares, etc.
El proyecto también busca fortalecer la articulación entre la educación secundaria técnica y la superior. A partir de esta transformación, los egresados de escuelas técnicas podrán acceder directamente a la Universidad Provincial de Córdoba y a institutos superiores, con el reconocimiento de materias aprobadas. Una medida que garantiza la continuidad educativa y pone en valor la formación técnica. Además, en el ámbito laboral, se promoverán prácticas profesionales y pasantías, vinculando los aprendizajes con las necesidades productivas y sociales de cada región. Además, 400 escuelas secundarias orientadas y técnicas implementarán junto a la formación de bachilleres y técnicos trayectos de formación laboral y/o profesional”. Al egresar, entonces, tendrían su título de secundaria y una certificación profesional. Un ejemplo: un bachiller en Informática tendrá ese título y también una certificación en programación web: un técnico en producción agropecuaria, una certificación como apicultor, entre otros.
El seguimiento y monitoreo del proyecto va a estar efectuado por etapas y además se van a tomar las pruebas estandarizadas como el operativo Prismas y las Aprender, que llevan adelante la provincia y la Nación, para realizar acciones focalizadas en estas escuelas. “No vamos a hacer otras pruebas para no estresar a las escuelas con más evaluaciones”, dijo Ferreyra.
Como decíamos más arriba, el proyecto tiene una inversión inicial de 30 mil millones de pesos —a la fecha, alrededor de veinticinco millones de dólares—, que serán destinados para la formación docente, la adquisición de equipamiento tecnológico (se entregaron más de 20.000 notebooks y se continuará en el próximos año hasta completar todo el sistema) y el desarrollo de infraestructura y conectividad, que ha llegado a 300 escuelas rurales, pero se espera que alcanzará a 870 escuelas para próximo inicio de clases.
La integración de nuevas tecnologías es uno de los pilares del proyecto, con la priorización de la enseñanza de programación, robótica y alfabetización digital desde la educación inicial hasta la secundaria para preparar a los estudiantes para un futuro cada vez más tecnificado. Además, se fomentarán metodologías activas y prácticas interdisciplinarias, como cátedras compartidas, proyectos y talleres que vinculen los contenidos con la realidad local.
Con este marco, la provincia apuesta a una educación más flexible, conectada con la realidad social y tecnológica, que promueva el desarrollo de capacidades esenciales para la ciudadanía global.