Ucrania espera que el acuerdo sobre minerales raros con Estados Unidos le permita superar el bache con Trump

El Gobierno de Ucrania tiene previsto aprobar este miércoles un acuerdo con Estados Unidos para explotar conjuntamente los recursos minerales ucranianos tras un doloroso periodo de negociación. El documento, que se espera que firmen Donald Trump y Volodimir Zelensky durante una reunión cara a cara en Washington D.C. el 28 de febrero, saca a ambos líderes de una dañina guerra de palabras. Sin duda, Trump declarará que es su victoria. Lo que realmente ata a Ucrania está menos claro.

El acuerdo que ahora está listo para la lapicera de Trump es un acuerdo marco, el primer paso de un acuerdo en dos partes. Gran parte de los detalles se determinarán en futuras negociaciones, pero Ucrania parece haberse alejado de las primeras y descaradas exigencias extractivas de Estados Unidos para acercarse más a una empresa de inversión conjunta. El pacto parece estar muy lejos de los 500.000 millones de dólares de “devolución” que Trump había exigido a Ucrania -una factura muy inflada- por la supuesta asistencia militar y financiera en el pasado, que se evalúa de forma independiente en más de 120.000 millones de dólares.

El borrador del texto elimina todas las exigencias estadounidenses más polémicas, que a menudo se plantearon con hostilidad, según relatos de funcionarios. En una ocasión, se dio a los ucranianos “una hora para firmar”; en otra, solo seis minutos.

Lo que el texto hace ahora es comprometer a las dos partes en la idea de crear un fondo conjunto para inversiones en Ucrania. Se espera que los ucranianos aporten al fondo el 50% de los ingresos de los futuros proyectos de recursos propiedad del Gobierno, incluidos minerales, hidrocarburos, petróleo, gas e infraestructuras como terminales de GNL y puertos. Sin embargo, esto no incluirá las operaciones en curso, como los grandes proyectos de petróleo y gas que ya aportan importantes sumas al presupuesto ucraniano.

No se menciona la factura de 500.000 millones de dólares de Trump. También, se ha suprimido la exigencia estadounidense de una participación del 100% en el fondo de inversión.

En su lugar, la propiedad será “proporcional” a las sumas invertidas por ambas partes, lo que indica la perspectiva de un apoyo estadounidense continuado.

Asimismo, se ha eliminado una cláusula que obligaba a los ucranianos a pagar el doble de cualquier ayuda futura al fondo, que Zelensky había considerado como una deuda de “diez generaciones de ucranianos”.

Aún quedan muchas cosas por aclarar, sobre todo hasta qué punto la parte estadounidense controlará el nuevo fondo y cuáles serán sus mecanismos de gobernanza. Y es aquí es donde las cosas se ponen contradictorias.

Una cláusula dice que Estados Unidos controlará “la cantidad máxima” que le permita su legislación, lo que podría generar un conflicto con la otra cláusula que indica proporcionalidad.

The Economist entiende que el acuerdo posterior aclarará estas cuestiones de control, junto con las garantías de seguridad que Zelensky quería inicialmente como contrapartida por ofrecer los recursos minerales del país en septiembre.

En cuanto a las garantías, el marco solo llega a mencionar la “protección de las inversiones mutuas”, aunque en un preámbulo se hace referencia a una “arquitectura de acuerdos” más amplia y al “apoyo para obtener garantías de seguridad”. Una fuente gubernamental conocedora de las negociaciones afirma que Zelensky no tiene intención de firmar un segundo acuerdo más completo que no incluya garantías de seguridad más amplias.

El documento marco inicial no requerirá la ratificación del Parlamento, pero un futuro acuerdo sí.

Tras dos semanas de creciente presión por parte de los enviados de Trump, Ucrania puede tener la sensación de haber sobrevivido hábilmente a una lucha sin cuartel.

El acuerdo marco que ha resultado de este proceso es algo vago y en gran medida teórico. Se desconoce el verdadero alcance de la riqueza de recursos de Ucrania. No se ha llevado a cabo ninguna evaluación seria de los yacimientos minerales mediante técnicas modernas de exploración. Gran parte se encuentra a gran profundidad o en concentraciones demasiado bajas para una extracción rentable. Tal vez el 40% de los recursos metálicos se encuentren en territorio ocupado por Rusia.

El acuerdo tampoco ofrece detalles sobre las instalaciones de procesamiento y refinado, que es donde se acumulará el valor real. Hay muchas otras lagunas.

Sin embargo, al llegar a un acuerdo, Ucrania ha proporcionado a Trump un resultado, se ha alejado del borde del abismo y ha ganado tiempo. Y en el mundo en el que se ha visto de manera inesperada, eso cuenta mucho.

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