Lenta baja de tasas: el costo de financiamiento multiplica por cuatro a la inflación

Según datos del BCRA, las tasas para financiar el resumen de la tarjeta promediaron el 125% anual el mes pasado. En algunos casos el costo financiero de un préstamo puede llegar a 300%

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El endurecimiento de las condiciones para acceder al crédito en Argentina se ha convertido en un obstáculo cada vez más difícil de sortear para familias y empresas.

Mientras el Gobierno ha comenzado a relajar el ajuste monetario tras las elecciones, el costo de financiarse en los bancos sigue superando ampliamente la inflación, lo que genera un escenario de creciente morosidad y presión sobre los deudores.

De acuerdo con el último Informe Monetario Mensual del Banco Central, hasta octubre las tasas promedio de los préstamos personales alcanzaban un 84% nominal anual, lo que se traduce en una tasa efectiva anual cercana al 125 por ciento. Este nivel representa casi cuatro veces la inflación interanual registrada por el INDEC para ese mes, que fue del 31,3% interanual.

En el caso de las tarjetas de crédito, quienes optaron por abonar solo el pago mínimo se enfrentaron a una tasa nominal anual promedio de casi 92%, con una tasa efectiva anual superior al 140 por ciento.

Una rápida baja de tasas
Una rápida baja de tasas contribuiría a incentivar el consumo e impulsar la economía.

A pesar de que el Banco Central ha emitido señales en noviembre para flexibilizar el ajuste monetario, liberar pesos y reducir las tasas de corto plazo, estas medidas aún no se reflejan en los costos que los bancos imponen a sus clientes. Según el Régimen de Transparencia del propio organismo, existen bancos privados que aplican una tasa efectiva anual superior al 200%, lo que eleva el Costo Financiero Total de un préstamo personal a 36 meses por encima del 300% del monto otorgado.

Un análisis publicado por Clarín revela que muchas entidades no han reducido las tasas de los préstamos personales desde agosto. En el segmento de tarjetas de crédito, las tasas para refinanciar saldos llegan hasta el 195% en los principales bancos privados y, en algunos casos, superan el 200 por ciento.

Aumento de la morosidad

Esta situación ha impactado directamente en la capacidad de pago de los clientes. Cuando una persona incumple el pago por más de noventa días tras el vencimiento, el préstamo se considera en mora. La mora bancaria ha crecido mes a mes durante el año y, en septiembre -último dato oficial disponible-, alcanzó el 7,3% para los préstamos a familias, el nivel más alto en los últimos quince años.

Asimismo, según el último Informe de Bancos de BCRA, el ratio de irregularidad del crédito -que incluye tarjetas de crédito, préstamos personales, de consumo, hipotecarios y prendarios- se ubicó en 3,7% en el mes, 0,5 punto porcentual por encima del registro del mes anterior.

En el último mes, la mora continuó en ascenso y particularmente aquellas menores a 90 días -que tradicionalmente se registraban en alrededor del 2%- fueron del 5 por ciento.

Los datos del BCRA revelan que además de resistirse a la baja, las altas tasas se dan a la par de un aumento de la morosidad

Este aumento se registra tanto en créditos otorgados por los bancos -con moras tempranas del 4% en cantidades de créditos y 5% en montos- como en el Sistema Financiero No Bancario, con morosidades del 6% en cantidades y del 7% en monto, según indicó la entidad monetaria.

Otra novedad radica en que los sectores de más ingresos que han recibido montos más altos en sus préstamos son los que tuvieron más dificultades para pagar los créditos. Una situación que surge con mayor fuerza en el sistema no bancario. “Que la mora empiece a crecer entre los sectores de mayores ingresos es el dato más revelador. Habla de un estrés financiero que ya no se limita a los segmentos más vulnerables, sino que empieza a alcanzar a quienes históricamente daban estabilidad al sistema”, analiza Alberto Teszkiewicz, coordinador de desarrollo e investigación de SIISA (Servicio Interactivo de Informes SA), una compañía especializada en score crediticio para empresas.

Expectativa por una baja de tasas

La brecha entre tasas reales elevadas y una inflación en descenso es, para muchos bancos, una de las causas principales de las dificultades que enfrentan familias y empresas para cumplir con sus compromisos financieros. Desde las entidades señalan que los clientes “estaban acostumbrados a que las cuotas se licúen con la inflación y eso ha dejado de ocurrir”, según recogió Clarín.

El informe también destaca el crecimiento del financiamiento por fuera del sistema bancario tradicional. Según el Banco Central, en julio ya existían 11,1 millones de clientes en la categoría de Proveedores No Financieros de Créditos (PNFC), que recibieron préstamos por más de $11 billones en total. Este grupo incluye billeteras virtuales, fintech, mutuales, cooperativas y empresas de retail que ofrecen financiamiento para la compra de bienes como electrodomésticos.

La semana pasada, el Banco Central recortó la tasa de las operaciones simultáneas del 22% al 20% nominal anual, una referencia para los rendimientos del mercado

“Si la tasa en pesos busca un punto de equilibrio más bajo, esto será muy buen para el mercado de consumo, que podrá financiarse con menores tasas y permitir un mayor nivel de compras. La economía real quedo muy dañada en el mes de noviembre, las ventas disminuyeron ya que muchos jugadores apostaron a una devaluación, que no va a ocurrir, y el cambio de estrategia requerirá reconocer fuertes pérdidas”, afirmó el economista y asesor Salvador Di Stefano.

Históricamente, el costo de financiarse a través de estas alternativas ha sido más elevado. Por ejemplo, solicitar un préstamo de $1.100.000 en una aplicación como Mercado Pago a doce meses implica una tasa efectiva anual de 178,7%, con un Costo Financiero Total de 241,95% anual. En el caso de Ualá, considerada un neobanco regulado por el BCRA, la tasa efectiva anual asciende al 325%, lo que lleva el costo financiero de un préstamo similar a 479% anual.

“Si la tasa en pesos busca un punto de equilibrio más bajo, esto será muy buen para el mercado de consumo” (Salvador Di Stefano)

La semana pasada, el Banco Central recortó la tasa de las operaciones simultáneas del 22% al 20% nominal anual, una importante referencia para el resto de los segmentos de este mercado. Esta acción busca influir en el costo del financiamiento a corto plazo y es una señal para reducir tasas más generales en el mercado, facilitando el crédito y la actividad económica, y alineándose con la liquidez y estabilidad del mercado.

Otro factor que incide en el costo final de los préstamos es la carga impositiva. Las cámaras bancarias han reclamado al Gobierno por el peso de los ingresos brutos, tributos provinciales, tasas municipales y el impuesto al cheque, que incrementan el costo financiero total de los principales instrumentos de crédito utilizados por las familias, según informó Clarín.