
El cambio de la estrategia económica del Gobierno hasta ahora funciona. Bajó las tasas, dejó subir el dólar y el viernes, cuando se liquiden las Letras de la licitación, liberará $600 mil millones al mercado.
Consciente de que haber llevado a los bancos a una situación límite a través de encajes y tasas más elevadas que arrastraron a empresas y consumidores, fue un dato que influyó en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, ahora bajó tasas y dejó de intervenir en el control del dólar.
El resultado fue más liquidación de exportadores y que la suba del dólar todavía no se trasladó a precios. Agosto podría ser el último mes con inflación por debajo de 2% este año.
Faltan cambios políticos, pero trascendió que no los va a emprender inmediatamente. La estrategia es guardar municiones y sostener hasta lo posible a los señalados por la derrota electoral. Ningún Gobierno entrega las cabezas en el momento en que se lo piden para no dar señales de debilidad.
El triángulo de hierro cambio. Ahora Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, y Luis Caputo el Ministro de Economía son los encargados de cambiar el humor para octubre.
Según el analista económico Christian Buteler, “de la misma manera que sostenía que el Tesoro no tenía los dólares necesarios para contener al tipo de cambio, el Banco Central sí los tiene. Hoy estamos a 4 o 5% del techo de la banda y a este precio es muy probable que aparezca oferta genuina de dólares para aprovechar las tasas por lo menos hasta diez días antes de las elecciones, luego se verá. Pero me parece ver que el gobierno puede tener alguna tranquilidad frente al dólar, por lo menos durante cinco semanas. Al resto de los activos, acciones, bonos y demás, le veo bastante volatilidad. Podés tener buenas noticias como las de hoy, pero malas noticias políticas que pueden influir.”
“El tema de los bonos en dólares es una gran preocupación. Me parece que un Gobierno con un riesgo país en torno a los 1.000 puntos está complicado para reingresar al mercado de capitales del mundo y está agotada la opción de los organismos multilaterales y eso complica la visión mirando el inicio del año que viene”, agregó Buteler.
En este escenario, el dólar se movió sin oscilaciones. Todavía no se conocía el resultado de la licitación ni el de la inflación, pero se descontaba que el número iba a ser bueno porque estaba instalado en algunas mesas de dinero de forma extraoficial.
Los dólares financieros sin intervención oficial tuvieron leves retrocesos de 0,2%. El MEP bajó $2,24 a $1.428,50 y el contado con liquidación (CCL) $2,84 a $1.437. El dólar “blue” siguió inamovible en $1.385.
En el Mercado Libre de Cambios (MLC) se operaron apenas USD 387 millones y el dólar mayorista subió $7 (+0,5%) a $1.423.
Lo llamativo fue un “blooper” de un comprador que en la mesa de dinero de Target no dejaron pasar. “Hubo dedazo y se rompió todo el gráfico. Quisieron comprar USD 1.000 millones a $144,50”. Obvio la oferta alteró las estadísticas, pero no aparecieron vendedores a ese ínfimo precio que nació de la falla de un trader en el tecleo de su computadora.
En la mesa de dinero de Target destacaron la baja de tasas. “La caución estuvo en 32,7% y la REPO en 32,23. Achicaron mucho la brecha entre ambas”.
Respecto al mercado de futuros, la consultora F2 de Andrés Reschini señaló que “el volumen no llegó 1,4 millones de contratos en la plaza y las cotizaciones dejaron ajustes negativos a contramano del mayorista. Esto se debió a la clara influencia del nivel de tasas que terminó pesando mucho más que el subyacente y arrastró a la baja toda la tira de futuros, excepto fin de setiembre que apenas logró sostenerse positivo. El interés abierto mostró una variación de 124,6 millones y entre las distintas posiciones volvió a destacarse fin de mayo que dejó un agregado diario de 43,8 millones en nuevos contratos lo que vuelve a encender las sospechas de presencia oficial”.
En los mercados de riesgo, cuando se conoció la inflación de agosto en 1,9%, volvieron los compradores que tras una apertura promisoria habían comenzado a desaparecer.
Las consultoras advirtieron sobre la fragilidad del dato. Julián Orué, economista de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que “la inflación de agosto igualó el registro de julio y marcó el cuarto mes consecutivo con una variación por debajo del 2%, un fenómeno que no se veía desde 2017. A pesar del contexto de incertidumbre electoral y la volatilidad cambiaria, la inflación no mostró grandes fluctuaciones, aunque sí dejó de descender. De cara a septiembre, es probable que la inflación se ubique por encima del 2%, lo cual dependerá en buena medida de cómo evolucione el escenario político y su impacto sobre la política monetaria y cambiaria”.
Para Leo Anzalone, del Centro de Estudios Polìticos y Económicos, “el dato de agosto confirma que la desinflación estaría perdiendo fuerza: la estabilidad del índice se explica más por bajas estacionales en alimentos que por un freno genuino de los precios”.
Más allá de lo que puede suceder con los precios en septiembre, en el Gobierno festejaron el dato.
Los mercados también reaccionaron. Los bonos soberanos que amenazaban con terminar la rueda en los mínimos, retomaron las alzas y los Globales con ley extranjera como el que vence en 2041 subieron hasta 2,6%, provocando que el riesgo país baje 58 unidades (-5,2%) a 1.050 unidades.
No son pocos los que ven una oportunidad en la tasa de retorno de estos bonos. Inversiones Pergamino destacó “para quienes creen en el gobierno” y advirtiendo que “es necesario volver al crédito internacional lo que es posible si se baja el riesgo país”, los retornos de algunos títulos son sorprendentes como el Bonar 2029 que tiene ley argentina y una tasa de retorno de 27,61% que “comienza a amortizar de a 10% a partir de enero y al finalizar el mandato de Javier Milei se recupera el capital invertido quedando 5 cuotas por delante de ganancias”.
Con la Bolsa sucedió algo similar a los bonos. Lentamente se iban desinflando las cotizaciones, pero tuvieron un renacer que hizo que el S&P Merval de las acciones líderes finalizara con un aumento de 5,84% en pesos y 5,90% en dólares.
Las acciones más destacadas fueron las de Metrogas (+11,65%), Banco Macro (+7,69% y Supervielle (+7,62%).
Los ADR -certificados de tenencias de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de nueva York y cotizan en pesos al equivalente al dólar CCL- tuvieron una rueda con apenas dos bajas, las de Globant (-4,7%) y Mercado Libre (-1%). En tanto, Macro subió 7,4%; YPF, 6,7% y BBVA, 6,2%.

La licitación de Bonos del Tesoro dejó otro dato positivo porque esta vez los bancos no estaban obligados a participar ya que no necesitan bonos para los encajes. Así y todo, el Tesoro renovó 91,43% de los $7,4 billones que vencían, Pudo haber renovado todo porque le ofrecieron $7,41 billones, pero optó por alargar los plazos a tasas que no superaran los de la anterior licitación.
Por supuesto, el plazo más corto fue el que más dinero concentró. Las LECAP que vencen el 31 de octubre captaron $3,6 billones (54% del total) a una tasa de 3,97% efectivo mensual, por debajo de 4,8% que pagaban el día anterior.
El BONCER que vence en marzo de 2026 no despertó entusiasmo. Se ofrecieron $138 millones y cortó con un premio a 22,91%.
Por los bonos atados al dólar (dollar linked) no hubo propuestas a pesar de que aseguraban cobertura entre octubre y diciembre.
Al final de la rueda hubo alivio entre los operadores, pero estaban conscientes de que deben enfrentar dos ruedas más en la semana con la sensación de que hacen equilibrio sobre un hilo fino. Cada detalle de la política cuenta más que el económico. Los precios de los bonos y acciones son tan tentadores como el riesgo mismo que conllevan. Ese riesgo tiene fecha: 26 de octubre.