Qué podemos aprender sobre cómo innovar y emprender mejor de Taylor Swift y Bizarrap

Extractos del libro “El método Taylor Swift”, de Nicolás Pimentel (Conecta)

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Taylor Swift (REUTERS/Jennifer Gauthier)
Taylor Swift (REUTERS/Jennifer Gauthier)

El libro “El método Taylor Swift” de Nicolás Pimentel (Conecta) repasa una suerte de “antimanuales” de figuras relevantes del espectáculo y experiencias exitosas a nivel global, como Taylor Swift, Drive tu survive, Liquid Death, Bizarrap y las Fiestas Bresh.

Se trata de “antimanuales de innovación extrema para potencias tu negocio”, destaca el autor, fundador y director de la agencia de transformación e innovación Becoming y confundador de la agencias +Castro, Venture Partner de Mr. Pink VC y miembro del Board de Vistige Argentina.

“Los manuales de innovación conocidos están empezando a quedar viejos cada vez más rápido. Y si uno quiere aprender cosas nuevas en este campo, las respuestas ya no están en el lugar de siempre. Los verdaderos “nuevos manuales” están allá afuera: personas o marcas que están haciendo cosas de manera realmente distinta, disrumpiendo categorías enteras y escribiendo nuevas reglas minuto a minuto, incluso mientras estás leyendo este libro. Obviamente sus lecciones muchas veces no están a la vista de manera muy clara", destacó Pimentel.

“Pero si uno se toma el tiempo de estudiarlas y analizarlas en cuando en este libro yo hable de innovación me voy a referir a marcas o personas que considero que están haciendo algo de una nueva manera que implique a la vez:

• Lograr resultados distintos (no importa cuáles; puede ser crear una necesidad nueva, una categoría nueva, una eficiencia en un proceso, o un fanatismo nunca visto de determinada comunidad) y consolidados en el tiempo.

El Método Taylor Swift, el
El Método Taylor Swift, el libro que editó Conecta

• Influir sobre la competencia u otra industria para aprender de eso", agregó el autor.

Extractos del libro

El antimanual de Taylor Swift

Este manual de innovación lo descubrí hace un tiempo ya. Más precisamente en junio de 2023 cuando Delfi, mi hija, que por entonces tenía quince años, entró corriendo a casa a los gritos. No ocurría emergencia alguna. O sí: ¡habían anunciado que Taylor Swift llegaba por primera vez a la Argentina! Al otro día, desde las 8 AM, el living de casa se transformó en un centro de monitoreo símil NASA dominado por el silencio. Más de nueve dispositivos en línea (dos computadoras, una tablet, dos celulares más dos abuelas y dos tías conectadas por su lado) frente a la página de la ticketera para poder comprar entradas, donde la silueta de un hombrecito marcaba cuánto tiempo de espera teníamos todavía.

Si bien yo sabía que Taylor era una estrella en el mundo de la música, ya en ese momento empecé a tener señales de que estaba ante alguien distinto. Yo había adquirido por esa misma página entradas para superestrellas, como Coldplay y Dua Lipa, y ese hombrecito no había tardado más de una o dos horas para llegar al final de la línea de puntos y darme la posibilidad de comprar.

¡Pero ese día el maldito hombrecito (sí, lo terminé odiando) se movió cual babosa esguinzada y se tomó desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde para permitirnos comprar una! Cuando todavía estaba tratando de recuperarme, una noticia me sacudió todavía más: se habían agotado los tres Monumentales (el estadio de River Plate con capacidad para 80 mil personas) en un solo día.

Creo que ni los Rolling, U2 ni Roger Waters habían logrado algo similar en Argentina. Y a las pocas horas el algoritmo de Instagram percibió mi interés (el pobre se confundió pensando que era re swiftie) y empezó a bombardearme con datos e informaciones de premios, récords y números asombrosos de Taylor. Algunos incluso muy locos; por ejemplo, que universidades como Harvard le dedicaban cursos enteros donde se estudiaban las letras de sus canciones. Pero la verdadera ficha me terminó de caer el día que fuimos al estadio en familia. Mientras miles de niñas y adolescentes como mi hija deliraban a mi alrededor, no podía dejar de pensar: “Acá atrás hay mucho más que canciones lindas y pegadizas”.

Fans esperan el comienzo del
Fans esperan el comienzo del primer concierto de la gira Eras de Taylor en Buenos Aires, Argentina, el jueves 9 de noviembre de 2023. (Foto AP/Natacha Pisarenko)

Ese pensamiento fue el detonante para que al otro día empezara a activar mis grupos BME y orientar mi pirámide de nerdcesidades básicas para este lado, iniciando así un viaje de curiosidad e investigación con un solo objetivo: tratar de entender qué hacía esta persona para generar lo que estaba generando. Lo más lindo como papá es que el primer grupo BME que armé fue con mi hija Delfi, para que desde su perspectiva me ayudara a ver cosas que solo un verdadero fan podía ver. Con su ayuda fui domando también mi propio algoritmo de Instagram y en poco tiempo me encontré haciendo muchos doble clics en la obra y la vida de Taylor con la mirada específica de la innovación, las nuevas narrativas y la construcción de marca. Antes de seguir quiero aclararles a las swifties que —como dice mi hija— soy un papá (o sea, un “señor grande”), por lo cual es seguro que mucho de lo que van a leer a continuación no tenga la precisión ni la perfección de un fanático experto.

A las antiswiftie (dudo igual que hayan comprado este libro, pero quizás lo están ojeando de aburridas que están en alguna subasta de libros usados a pocos centavos en el año 2030) les anticipo que no voy a escribir específicamente sobre su música debido a que no tengo ningún tipo de autoridad ni conocimiento técnico para ello, por lo cual no me salten a la yugular ni salgan a quemar este pobre volumen en alguna hoguera.

[...]

Lógica gamer

En una entrevista con Jimmy Fallon en 2021, Taylor contó: “Quería hacer algo que motivara a los fans a leer las letras porque mis letras son lo que más me enorgullece de todo lo que hago. En las letras de mis primeros álbumes usaba todas las letras en minúsculas excepto por algunas mayúsculas que aparecían de vez en cuando. Y si los fans rodeaban con un círculo esas mayúsculas y las anotaban, formaban un código secreto, un mensaje oculto. Era muy divertido. Ahí les contaba una historia sobre el álbum o les daba una pista sobre el significado de esa canción en particular.

Así fue como empezó todo pero cuando se me fue de las manos ya no pude parar y entonces empecé a pensar solo en cómo dar pistas sobre cosas como ¿cuánto tiempo es demasiado anticipado? ¿Puedo dar una pista sobre algo con tres años de antelación?”.

Esto que cuenta Taylor y que transformó en costumbre es (consciente o inconscientemente) una lógica que extrajo del mundo de los videojuegos. En ese mundo, a todo eso que ella menciona se lo conoce como easter eggs o rabbit holes. ¿Qué son específicamente? Para todos aquellos jugadores que se quieran involucrar más en una historia, los diseñadores de videojuegos suelen esconder en el transcurso de la partida todo tipo de cosas: mensajes ocultos, movimientos secretos del avatar, combinaciones de teclas que abren portales, etc.

Para quien solo está interesado en jugar y pasar de nivel no cambia nada. ¡Pero para el verdadero fan que quiere más ahí están estos “huevos de pascua” para saciar su sed de cosas exclusivas!

La cantante durante una de
La cantante durante una de sus presentaciones en el estadio Monumental en Buenos Aires (Foto AP/Natacha Pisarenko)

De esta forma, Taylor agrega entonces un sexto (sí, un sexto) verbo de interacción a su obra: ya no es solo escuchar, cantar, bailar, analizar y debatir sino que también ahora se puede jugar.

Lo más interesante es que esta lógica gamer no solo la llevó a las canciones sino también a todo el ecosistema de puntos de contacto que tiene con sus fans. Algunos ejemplos divertidos:

• En 2016 tuvo un altercado con la modelo y empresaria Kim Kardashian por una discusión de Taylor con el por entonces marido de Kim, Kayne West. En uno de los primeros episodios de la pelea, Kim tildó a Taylor de víbora. ¿Qué hizo ella? Diseñó el arte del disco Reputation con referencias a serpientes y metió un montón de easter eggs con alusiones a serpientes en distintos videoclips que ella misma dirigió. Además, a distintos eventos en 2017 asistió vestida con botas de piel de reptil. ¿Cuál específicamente? De serpiente, obvio.

  • Con el número 13 Taylor tiene un vínculo muy especial. Nació un día 13, por lo cual lo considera su número de la suerte y lo siembra en un montón de lugares como invitación a que los fans empiecen a buscarlo. En varios de sus videoclips se pueden ver treces en ascensores, en relojes que marcan el uno y el tres y en grafitis, entre otras cosas. Pero también se lo puede encontrar en canciones como “The lucky one”, donde la intro tiene 13 segundos y ella menciona, por ejemplo, 13 veces el estribillo.
  • En la entrega de los Grammy 2024 llevó un relojito en el cuello clavado a las 3:15 horas. ¿Qué significaba? Marzo 15, el día de lanzamiento del documental de The Eras Tour en Disney+.
  • Tampoco es fortuita la fecha que eligió para el lanzamiento de su disco The Tortured Poets Department: ese día, 19 de abril, Estados Unidos empezó la guerra de la independencia contra el Imperio británico y ella la ruptura con Joe Alwyn, su penúltima pareja.

Punto de vista en acción

Hoy si una marca o un producto quiere ser relevante para su público debe tener coraje, punto de vista y lo que en el mundo del marketing se llama walk the talk (hacer lo que decís). En la próxima historia vas a ver cómo Taylor lo demuestra al pie de la letra.

Sus primeros seis álbumes (Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation) fueron producidos por Big Machine Records, una discográfica que en 2019 compró Scooter Braun sin que ella pudiera evitarlo. ¿Por qué querría oponerse? Porque Braun (conocido por ser quien descubrió a Justin Bieber) fue una de las personas que más bullying le hizo a Taylor en el altercado que tuvo con Kardashian y Kayne West. Taylor explotaba de la bronca. ¿Qué haría cualquier persona en su lugar en una situación tan injusta pero totalmente fuera de sus manos como esta? Recurrir a la vía legal, ¿no? O decir “¿Sabés qué? Me enfoco en hacer nuevos discos mucho más increíbles que los anteriores”. Ella, en cambio, hizo algo totalmente anacrónico y anticultural: creó las Taylor’s Versions. En medio de una de las giras más grandes de la historia (The Eras Tour) y mientras lanzaba dos discos (Midnights en 2022 y The Tortured Poets Department en 2024), como si no tuviera nada que hacer, comenzó a regrabar cada uno de esos discos. Al momento en que estoy escribiendo este libro ya regrabó cuatro de esos seis: en 2021 relanzó Fearless (Taylor’s Version) y Red (Taylor’s Version) y en 2023, Speak Now (Taylor’s Version) y 1989 (Taylor’s Version).

Con el correr de los relanzamientos, las Taylor’s Versions se empezaron a transformar en un grito de guerra. Millones de fans se fueron alineando para dejar para siempre las versiones originales y escuchar únicamente las nuevas. En internet incluso, desde su aparición hasta la fecha, se venden remeras, cuadros y hasta tazas con leyendas como “En esta casa solo escuchamos las Taylor’s Versions”. Y de a poco esta movida se está transformando en algo más para su fandom, en un acto que simboliza un mensaje más amplio, más grande y muy a tono con el valor de época: “Pelea por tus derechos, que nadie te pisotee”.

Esto, que nació como una respuesta táctica a un problema personal de Taylor, está generando historias dignas del multiverso, tan en boga en esta época con las películas y series de Marvel y otras franquicias.

Por ejemplo, el disco Red (Taylor’s Version), que se relanzó en octubre de 2023, ya vendió más que el disco original y ganó el American Music Awards, el mismo premio que ganó con la versión original de Red ¡diez años antes!

Ex parejas que habían sido mencionadas en sus primeros discos tiemblan en cada nuevo relanzamiento porque saben que, si se portaron mal con Taylor, todo eso que vivieron la primera vez seguramente se repita multiplicado por su éxito actual. Un lindo ejemplo: John Mayer, al cual Taylor le había dedicado referencias en Speak Now, en julio de 2023, un día antes de que se lanzara la nueva versión posteó en Instagram un mensaje elíptico que decía “por favor, sé gentil conmigo”.

En abril de 2024, un artículo de The New Yorker advertía que Taylor ya no compite con otras popstars sino con universos como Disney o Marvel. En lo personal creo que las Taylor’s Versions ayudaron mucho a llevar el fanatismo por ella a otra escala y en multiplicidad de niveles.

Un ejemplo de cómo este universo se va ampliando: desde que está de novia con Travis Kelce, jugador de fútbol americano, ella va a ver los partidos en vivo. A partir de ahí, muchísima gente a la que nunca le había interesado se acercó al deporte. Ya hay buzos a la venta con el logo de la NFL que dicen “Taylor’s Versions” demostrando, en algún punto, que mucha de esta gente nueva conoce y vive este deporte a través de lo que está viviendo y contando Taylor.

Innovar como verbo

En la entrega de los Grammy 2024, Taylor ganó Mejor Álbum del año (por Midnights) y se convirtió en la vocalista con más premios en esa categoría en la historia. Uno podría decir “ya está, listo, relajate”. Pero no. Cuando subió al escenario, dijo: “Me encantaría decirles que este es el momento más feliz de mi vida, pero me siento así de feliz cuando creo música y hago espectáculos. Sé que la forma en que votó la academia es un reflejo directo de la pasión de los fans. Así que quiero agradecer a los fans diciéndoles un secreto que les he estado ocultando durante los últimos dos años, mi nuevo álbum sale el 19 de abril. Se llama The Tortured Poets Department. Voy a ir a publicar la portada ahora mismo tras bambalinas”.

O sea, ¡mientras sigue relanzando Taylor’s Versions, continúa con The Eras Tour viajando de un lado a otro y, no contenta con este premio, saca un nuevo disco con 31 canciones!

En un capítulo de la serie Hannah Montana de Disney allá por 2009, la protagonista, interpretada por una muy jovencita Miley Cyrus, recibía este pedido de su productor: “Tus canciones son geniales pero el disco de Taylor Swift además de nueve canciones trae una pista extra. Necesito una canción más para el viernes”. A partir de ese momento Hannah entra en pánico por su bloqueo artístico y de manera muy divertida maldice a Taylor y su maldito “tema extra”.

Quince años más tarde, en la entrega de los Grammy donde Taylor ganó por Midnights, el premio a la mejor canción se lo llevó Miley Cyrus por su canción “Flowers”.

Yo me imagino que Miley, al conocer la noticia del nuevo disco de Taylor, en vez de festejar por su premio y poder gozar de un merecido descanso, debe haber recordado ese capítulo de Hannah Montana y pensado “¡Taylor, siempre una canción extra!”.

Y la verdad es que eso pasa porque para Taylor la innovación no es un sustantivo: es un verbo en presente continuo que la acompaña desde que arrancó su carrera y no le permite nunca dormirse en los laureles.

[...]

El antimanual de Bizarrap

Si hace unos años me preguntaban quién era Bizarrap —y aun que sabía que se trataba de uno de los nombres que se venía escuchando en la movida del trap y la música urbana en la Argentina—, no tenía mucha idea de quién era ni de qué música hacía. Su nombre mismo me sonaba raro (mezcla de rap y de bizarro) pero, como nunca fui de escuchar esa música, muchos de los protagonistas de ese movimiento, incluido él, estaban muy blureados y difusos en mi mente. Hasta que en enero de 2023 empezó a sonar muy fuerte un tema de Shakira en todos lados.

Más que un tema musical era una declaración de guerra de la colombiana a su expareja, Gerard Piqué, el famoso ex jugador del Barcelona de Messi. La canción era una noticia en sí misma.

Todos los medios y las celebridades hablaban de ella. Mis hijos, mis amigos y compañeros de laburo la tarareaban y nadie podía creer el nivel de literalidad, autenticidad y brutalidad que contenía su letra. Sin embargo, lo que más me llamó la atención no fue tanto eso sino otras dos cosas:

  1. El nombre de la canción: “Shakira: BZRP Music Sessions, Vol. 53” (¿no podían elegir un nombre más simple de pronunciar y relacionado con el mensaje de Shakira?).
  2. Que Shakira, siendo la artista global que es, con el equipo de productores increíble que tiene detrás y pudiendo recurrir casi a quien quisiera en el mundo, hubiera optado por ese argentino para una canción tan importante. Y encima, cederle el nombre y la distribución (se lanzó como un tema de Bizarrap, no de ella).
Bizarrap (Photo by Chandan Khanna
Bizarrap (Photo by Chandan Khanna / AFP)

Como era de esperar, activé modo curioso al poco tiempo. Esta persona era algo más que un nombre difuso de lo que yo, ingenua y desinformadamente, llamaba “movida del trap”. Entrando a Google no solo lo confirmé, sino que descubrí a alguien cuyos logros no solo estaban disrumpiendo la industria local/regional sino global. Acá algunos de sus hitos más relevantes:

  • • En diciembre de 2020, se convirtió en el artista y productor argentino más escuchado a nivel mundial, con más de 11 millones de oyentes mensuales.
  • • En julio de 2022, “La Quevedo: BZRP Music Sessions, Vol. 52” alcanzó el puesto número 1 en el Billboard Global 200 y se mantuvo en la cima de Spotify Global durante 50 días consecutivos.
  • • Con la Music Session de Shakira ¡rompió cuatro récords
  • Guinness!:
  1. Canción latina más vista en YouTube en 24 horas
  2. Canción latina que más rápido alcanzó 100 millones de vistas en YouTube (menos de 3 días)
  3. Canción latina más reproducida en Spotify en 24 horas
  4. Canción latina más reproducida en Spotify en una semana
  • La prestigiosa revista Time lo nombró “uno de los diez líderes de la próxima generación”.

Conociendo lo difícil que es innovar desde Argentina para

el mundo en un sector tan competitivo como el de la música me di cuenta de que acá también, como en el caso de Taylor Swift, tenía que haber algo más que canciones.

Había olor a disrupción en serio. Olor a manual. ¡Y qué lindo que viniera de mi país!

Así que puse manos (más bien la curiosidad) a la obra y lo primero que hice fue pedirle una reunión caramelo a Ernesto “Conejo” Martelli, amigo hiperexperto en medios (tanto es así que su cargo actual dice “Media architect”), y además muy experto en música por su pasado como editor durante varios años de la revista Rolling Stone en Argentina y con veintipocos años fue creador en su momento del legendario suplemento “Sí” de Clarín. Necesitaba urgente que alguien me pudiera traducir un poco este mundo que tan poco conocía y me ayudara a destilar qué era lo que esta persona estaba haciendo de manera distinta.

Y con un posterior grupo BME que armamos juntos, me tiré de cabeza a analizarlo.

El origen como principio de su originalidad

Gonzalo Julián Conde, mundialmente conocido como Bizarrap, inició su carrera en 2017. Tenía un canal de YouTube con contenidos como “Combos Locos”, donde recopilaba y editaba momentos destacados de batallas de freestyle argentinas de manera humorística y creativa (el freestyle es una especie de improvisación rapeada). Estas producciones le permitieron adentrarse en esa cultura y establecer conexiones con artistas emergentes, como Duki y Wos, entre otros, en El Quinto Escalón, la competencia de batallas de rap que se llevaba a cabo en el Parque Rivadavia de Caballito y plataforma fundamental para la escena de este género en el país. Su participación fue crucial para dar visibilidad a estos artistas y al movimiento en general. Ahora, lo interesante es que a partir de su involucramiento desde ese lugar tan particular como la producción de videos fue metiéndose cada vez más en otro tipo de producción: la musical. Así que, de a poco, fue transicionando hasta que en 2019 lanzó las BZRP Music Sessions, que marcaron el verdadero punto de inflexión en su carrera.

Bizarrap y Shakira
Bizarrap y Shakira

Más que canciones: “Music Sessions”

Su trabajo nació primero en YouTube (el formato original era video; mucho después se sumó el formato de tracks en Spotify).

Con las reglas de ese espacio, creó el concepto de “BZRP Music Sessions”, una nueva forma de colaborar y crear música en tiempo real con otros artistas.

Sin siquiera proponérselo, ese terminó siendo uno de sus grandes ejes de disrupción porque, a la larga, inventó una nueva manera de crear canciones que son mucho más que canciones.

¿Qué es entonces una “BZRP Music Session” más específicamente?

Cada una es una experiencia en sí misma, con reglas propias:

• El artista llega con su letra o la termina de trabajar en el estudio de Bizarrap. Él los invita a aprovechar el espacio para ser lo más auténticos y “ellos” posible. No es casual que muchos terminan escribiendo letras en primera persona con mensajes muy personales y algunos, como la Music Session de Residente o la de Shakira, dirigidos hacia terceros.

  • La canción se graba y produce en ese contexto y en el momento. Lo que sucede ahí es lo que sucede finalmente.
  • Se lanza con la numeración de sesión y bajo el paraguas de Bizarrap. O sea, la creación NO tiene nombre como lo tendría cualquier canción. Tiene número de sesión nomás.

Un ejemplo: Shakira aprovecha la sesión para lanzar un mensaje sobre su relación con Gerard Piqué. La letra es directa y personal, algo que quizás no habría hecho en un álbum tradicional. Y como la canción necesitaba salir urgente (el mensaje era urgente), precisaba un espacio como el de Biza. Por ende, el lanzamiento no es bajo su nombre, sino dentro del formato de Bizarrap.

Dos elementos más que hacen único a este formato:

  1. A diferencia de una colaboración o feat. tradicional, donde el artista invitado es un complemento dentro de una canción ajena, en las BZRP Music Sessions el invitado es el protagonista dentro de un espacio creativo diseñado enteramente por Bizarrap. Este enfoque transforma la dinámica tradicional de colaboración: el artista no solo presta su voz o estilo y letra, sino que se sumerge en una propuesta donde la producción y el concepto visual son parte de una estructura más amplia, diseñada para maximizar el impacto y la viralidad.
  2. El entorno visual de las Music Sessions es parte de su identidad. Desde el inicio, la estética era simple:
  • • Un estudio pequeño, de 3 x 3 x 3 m.
  • • Un artista frente al micrófono.
  • • Bizarrap en segundo plano con su computadora.

Pese a su crecimiento y popularidad (y con invitados cada vez más conocidos globalmente), Bizarrap aún hoy mantiene esos elementos que refuerzan la idea de lo casero y auténtico.

Esto le genera una paradoja y un desafío constante: antes la simpleza era una limitación técnica y ahora es una elección estética.

Transformando al productor en el protagonista

Las Music Sessions hicieron de él una rara avis en el mundo de la música. Tradicionalmente, existen tres roles bien definidos:

  • El compositor: escribe la letra y la melodía.
  • El productor: se encarga de la parte técnica y sonora.
  • El intérprete: es quien canta o ejecuta la obra.

Bizarrap rompe este esquema porque su modelo pone al productor en el centro, apropiándose de la autoría de las canciones sin ser compositor ni intérprete. Si bien hay antecedentes de productores con gran protagonismo (como Quincy Jones con Michael Jackson o Mark Ronson con Amy Winehouse), en todos los casos los flashes siempre terminaban apuntando a los intérpretes.

Otro caso similar, aunque no igual, podría ser el del dúo francés Daft Punk. Ellos componían, producían e interpretaban su propia música. A diferencia de ellos, Bizarrap no interpreta ni compone letras, aunque se posiciona como el dueño de la obra porque la estructura en su canal de YouTube y Spotify y bajo su formato.

En nuestra reunión caramelo el Conejo Martelli me decía: “¿Es artista? ¿Compositor? ¿DJ? No. Él se define como productor.

Y eso solo ya lo convierte en una figura extraña”. Por esa particular característica, es difícil definir o sintetizar un “sonido Bizarrap”: ha logrado, sí, capturar puntos creativos muy altos de varios artistas de su generación (Nicky Nicole, Trueno, Nathy Peluso, L-Gante), contribuir a proyectarlos fuera de su escena o trascender sus propios géneros o estilos (Snow Tha Product), pero también captar virtudes de artistas muy consagrados de la música urbana (Residente de Calle 13, Nicky Jam).

Innovando en el negocio de la música también

Que un productor sea el dueño de la obra es otra de las innovaciones (esta vez de negocio) de Bizarrap. Y esto, de entrada, no fue necesariamente un plan estratégico premeditado, sino más bien el resultado de un cambio acelerado en las dinámicas de las plataformas digitales y el consumo musical. Cuando arrancó en 2019, sus Music Sessions necesitaban un hogar digital, un lugar donde el público pudiera acceder a ellas. YouTube se convirtió en ese espacio: él subía las sesiones a su propio canal, lo que le permitía controlar por completo la distribución y el acceso a su contenido. En un modelo tradicional, esas canciones habrían sido parte del catálogo de un sello discográfico o habrían salido bajo el nombre del artista invitado. Sin embargo, en la lógica de las plataformas de streaming, toda canción necesita un autor registrado, un nombre que encabece la publicación y la identifique dentro del sistema. En este contexto, él se apropia de ese rol de manera natural y orgánica, no solo porque es quien produce las bases y arma el concepto de cada sesión, sino porque es quien las publica y las integra dentro de su universo narrativo.

Así, cada sesión no es un hecho aislado, sino un capítulo más de una serie en constante evolución, con Bizarrap como eje central. Lo revolucionario de este modelo es que no solo le permite construir una marca propia como artista, sino que además lo convierte en dueño y distribuidor de su contenido.

El esfuerzo de lanzar un álbum al servicio de lanzar una Music Session

Históricamente, el gran esfuerzo económico de una discográfica estaba en el momento en que se lanzaba el álbum de un artista.

Ahí ponía toda la carne al asador y contrataba agencias de prensa, de publicidad y de medios para que comunicaran el mensaje principal.

Como Bizarrap no lanza discos, promociona cada Music Session como si fuera el lanzamiento de uno. Por otro lado, puesto que sabe bien que en tiempos de plataformas conseguir el mayor número de reproducciones en las primeras 24 horas es clave, entiende que la difusión es hipernecesaria.

Cada BZRP Music Session, entonces, viene precedida por un tráiler que Biza piensa y produce con mucho tiempo, amor y cabeza. No es solo una publicación en redes: es un evento digital diseñado para maximizar la expectativa.

Algunos ejemplos:

  • En 2020, para una de sus sesiones más esperadas, Bizarrap cambió su foto de perfil por un fondo negro sin explicación alguna. En cuestión de horas, las redes estallaron con teorías. Cuando finalmente lanzó la sesión, rompió récords de visualización en YouTube.
  • Antes de la Session con Shakira, lanzó un video donde aparecía manipulando una consola futurista, dejando pistas subliminales que los fans descifraron frenéticamente.
  • En su reciente BZRP Music Session #61 junto a Luck Ra, Bizarrap incorporó un número de teléfono en el video, lo que desató una ola de teorías y expectativas entre sus seguidores. Al agregar el número en WhatsApp, los fans encontraron el estado “Averiguá bien”, que dirigía a una cuenta de Instagram con el número 66, posiblemente insinuando una futura sesión o proyecto.

Esta estrategia de easter eggs (como la que usa Taylor también para enganchar más a las swifties) no es casualidad. Bizarrap comprendió que, en la era de las redes sociales, el camino hacia el lanzamiento es tan importante como el producto en sí.

Otra rareza: un camaleón musical

Si hay algo que hace difícil encasillar a Bizarrap es la ausencia de un sonido único o característico. En la mayoría de los productores de renombre es fácil identificar un estilo, una firma sonora que los hace reconocibles al instante. Pero en el caso de Bizarrap esto no sucede. No hay un “sonido Bizarrap”, sino una habilidad camaleónica para adaptarse a diferentes géneros y artistas sin perder su identidad.

Colabora con reggaetoneros, raperos, artistas indie y hasta músicos con mensajes políticos o sociales, sin casarse con un solo estilo. Cada Music Session es un mundo distinto, construido a partir del invitado, su historia y su energía. Esta versatilidad es lo que le permite conectar con públicos diversos: un fan del rap hardcore puede encontrar en su catálogo una sesión que lo represente, al igual que alguien que disfruta del reggaetón o del trap melódico.

Su capacidad de adaptación quedó en evidencia cuando grabó con L-Gante en la Music Session #38. Muchos lo cuestionaron por colaborar con un artista de cumbia villera, un género históricamente subestimado en algunos círculos musicales, y en especial entre los fans del trap y el rap. Pero, en lugar de justificar su decisión o entrar en debates, Bizarrap respondió con una frase que encapsula su filosofía artística: “La música no tiene fronteras ni prejuicios”.

Con esa respuesta, dejó claro que su proyecto no está atado a ningún dogma musical. Para él, lo importante no es el género, sino el impacto, la autenticidad y la historia que cada artista puede contar dentro de su formato. Esta apertura no solo le ha permitido expandir su alcance, sino que también ha desafiado las barreras y los estigmas que existen en la industria, demostrando que el talento puede surgir de cualquier escena.

La independencia como motor de autenticidad

Uno de los aspectos más admirables de Bizarrap es que sigue siendo independiente. No tiene contrato exclusivo con discográficas (y eso que rechazó ofertas millonarias) y controla cada aspecto de su marca. Esto le da la libertad de elegir con quién trabaja, cómo lanza su música y qué historias quiere contar. Un ejemplo muy concreto de esa libertad de acción por sobre cualquier otro criterio: después de la popularidad global que alcanzó con la Music Session de Shakira, si hubiera tenido una discográfica detrás, seguramente (y con mucha lógica) lo habrían forzado a subir la vara de los invitados para así poder ganar nuevos mercados y más popularidad. Él, en cambio, siguió fiel a su propio criterio de curación y a sus principios originales de El Quinto Escalón y prefirió darle visibilidad a un artista como Lismar que, si bien es conocido en la escena urbana de su país, no cumple con la lógica que el negocio de la música le hubiera impuesto para aprovechar ese gran momentum logrado.

Por lo que, para él, la independencia no es solo un valor. Es una herramienta para preservar su autenticidad.

La “avatarización” de su imagen

Trabajé muchos años para Disney y una de las cosas que me contaban es que, para no perder la magia de Mickey Mouse, ningún empleado que tuviera el rol de personificar al célebre ratón en los distintos parques podía sacarse la máscara frente a otra persona, por más que ese otro fuera incluso un compañero de trabajo. Con Bizarrap, pasa algo parecido. Él públicamente siempre aparece con gafas oscuras, una gorra y un tremendo perfil bajo que no modifica por nada del mundo. Nadie en el mundo masivo conoce su versión “Clark Kent”. Es como si luciera todo el tiempo su avatar de videojuego en el mundo real. Para todos, su imagen es un rompecabezas y esto toma más relieve en una industria que vive de la sobreexposición. ¿Por qué lo hace? La respuesta la dio él mismo cuando fue nominado a los Latin Grammy y apareció en la alfombra roja con su look habitual diciendo: “Esto es para que el foco siga siendo la música”. En lo personal creo que, más allá de ese porqué, hay una segunda razón: ese aire de misterio genera una curiosidad constante. ¿Quién es realmente Bizarrap? ¿Cómo trabaja? ¿Qué hay detrás de esas gafas? Es como si su falta de exposición personal alimentara la mitología de su marca. El Conejo Martelli lo resumió perfecto: “Los lentes negros y la gorrita con visera son el escudo de Gonzalo, pero también su traje de superhéroe”.