
Pasó un mes de abril muy movido para el mercado cambiario, con un saldo ganador para la apuesta del Gobierno de haber levantado la mayor parte de los controles cambiarios sin un salto dramático del dólar.
El Gobierno del libertario Javier Milei anunció el viernes 11 de abril, al cierre de las operaciones, una banda inicial de libre flotación para el dólar entre los 1.000 y 1.400 pesos, sin intervención del Banco Central en el mercado dentro de esos límites como punto más significativo.
A la vez, liberó del cupo mensual máximo de USD 200 mensual a los individuos, junto con la exención de impuestos para la demanda de divisas para ahorro, y eliminó el esquema “blend” que obligaba a liquidar el 20% de los dólares por exportación en el mercado bursátil.
¿Qué pasó con los precios?
En el mes previo al fin del cepo, los dólares alternativos -“blue” y los financieros- iniciaron un camino alcista en un lapso en el que el Banco Central se caracterizó por ser vendedor neto en el mercado. Entre el 14 de marzo y el 11 de abril la entidad monetaria sacrificó unos USD 2.488 millones por su intervención cambiaria, el 9% de las reservas internacionales brutas.
En ese período el dólar “blue” se disparó 135 pesos o un 10,9%, desde los $1.240 a $1.375, mientras que las paridades bursátiles alcanzaron el umbral de los $1.360 que no se registraba desde julio de 2024.
El acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) fue la clave para la decisión de levantar el “cepo” sin aviso previo, pues permitió un desembolso inicial de USD 12.000 millones, más USD 1.500 millones de organismos, que elevó las reservas a cerca de USD 40.000 millones y “blindó” la transición al esquema de un dólar libre que no se daba desde agosto de 2019.
Así fue que en poco más de dos semanas el dólar “blue” se desplomó 190 pesos o un 13,8%, a $1.185 para la venta, de modo que cerró el mes por debajo de los $1.240 que exhibía antes de iniciar el BCRA su serie vendedora en el mercado. Además, el billete quedó 3,7% por debajo del precio con el que finalizó el 2024: 1.230 pesos.
En el saldo de abril el dólar paralelo descontó 140 pesos o un 10,6% -desde los $1.325-, mientras que los financieros bajaron en proporción similar, con un dólar MEP y un “contado con liquidación” alineados debajo de los 1.200 pesos, el punto medio de la línea de flotación definida por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.
Para el dólar oficial, cuyo precio quedó ahora determinado por la pulsada de oferta y demanda privadas, la suba de abril se dio dentro de lo previsto. A $1.170 para la venta exhibió una ganancia de 96 pesos o un 8,9% que seguramente traerá algún tipo de presión inflacionaria para el mes, pero en el contexto de un sinceramiento de precios poco traumático si se lo compara con otros eventos similares.
Por ejemplo, en enero de 2002 la salida de la convertibilidad resultó en un salto de casi 300% para el dólar oficial, que se aproximó a los 4 pesos, mientras que el 17 de diciembre de 2015 -cuando se eliminó el anterior “cepo”- la divisa mayorista escaló 36,2%, de 9,80 a 13,38 pesos.
El ascenso del dólar en 2025 fue muy inferior al de otros episodios recientes. El 12 de agosto de 2019, luego de las PASO que consagraron la fórmula presidencial de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, saltó 17%, de 45,25 a 53 pesos, para llegar a $60,40 el 14 de agosto. Asimismo, entre el 21 y el 23 de enero de 2014 el dólar mayorista trepó 21%, desde los 6,50 a los 8 pesos.
Se pulverizó la brecha cambiaria
Con un dólar mayorista que ganó en once ruedas un 8,5% a $1.170 y un “blue” que perdió 13,8%, a $1.185, la brecha cambiaria quedó prácticamente extinta, en un mínimo 1,3 por ciento.
Basta recordar que esta brecha llegó a alcanzar el 200% en los días previos a las elecciones presidenciales de 2023, con un dólar mayorista en $350 y un “blue” a $1.050 el 10 de octubre, una diferencia sin precedentes desde desde el 31 de marzo de 1989, cuando el país atravesaba una hiperinflación en el tramo final del gobierno de Raúl Alfonsín. Según datos del Banco Central, aquel día -entonces sin “cepo”- la brecha alcanzó 214,8% entre el dólar comercial -para operaciones de comercio exterior- a 15,82 australes y un dólar libre, a 49,8 australes.
“El dólar continúa transitando una etapa de mayor calma, y así es que exhibe una lateralización en las últimas ruedas, más allá de que el exceso de oferta a corto plazo -del campo, inversiones reales y carry- podría inclinar su dinámica gradualmente hacia la banda inferior. Dicho escenario se combina con autoridades orientando políticas para contribuir a esa dinámica, toda vez que profundizar el proceso de desinflación parecería continuar entre las prioridades económicas y políticas”, afirmó el economista Gustavo Ber.