
El real brasileño parece salir de su letargo de debilidad y sostiene una importante apreciación de 10% en lo que va de 2025, una dinámica que tiene efecto también sobre la Argentina, dado el intenso intercambio comercial con el país vecino y también el flujo turístico que se refleja en el déficit de la cuenta de servicios.
Lejos quedó el récord histórico del dólar en Brasil, en un máximo histórico de 6,75 reales de diciembre de 2024. En cuatro meses el dólar cayó 15%, a 5,72 reales, lo que implica una apreciación del real de 18 por ciento.
En lo que va de 2025, el real brasileño registra una apreciación de 10% respecto del dólar, desde la tasa de cambio de 6,30 por unidad del cierre del año pasado.

El principal motivo del rebote de la moneda brasileña, que regresó a su nivel más alto desde julio, fue el del proceso de suba de la tasa de política monetaria que implementa el Banco Central brasileño. La entidad inició un ciclo de endurecimiento en septiembre y desde entonces subió las tasas 375 puntos básicos, hasta el 14,25% anual, unos nueve puntos por encima de la inflación. Las autoridades adelantaron que prevén otra suba de la tasa en su próxima reunión de mayo, en momentos en que la inflación se sitúa muy por sobre el objetivo del 3 por ciento.
La suba del real tiene un efecto positivo para la Argentina, puntualmente porque ayuda a moderar el déficit histórico con Brasil por el intercambio de bienes y por servicios turísticos, justamente en un momento en el cual la economía argentina atraviesa por un período de rápida apreciación cambiaria, incluso con la eliminación parcial de los controles o “cepo” a partir del 14 de abril.
Basta recordar que el saldo negativo con el principal socio comercial de Argentina encadenó una serie de ocho meses consecutivos. En marzo fue de USD 580 millones, con exportaciones argentinas que cayeron 17,5% interanual -se rompió un ciclo de crecimiento de nueve meses-, e importaciones que se incrementaron 43,3%, en un contexto de mayor apertura, con impulso del sector automotriz.
El saldo comercial con Brasil en el primer trimestre de 2025 fue negativo en USD 1.291 millones, contra un déficit de solo USD 24 millones en el mismo lapso de 2024.
En cuanto a los servicios, Brasil recibió una oleada de turismo emisivo desde Argentina el último verano. El Banco Central argentino dio cuenta de un déficit por turismo de más de USD 2.000 millones en el primer bimestre de 2025, al contabilizar todos los destinos, un 345% más que en el mismo período de 2024.
Aunque Argentina aprecia al peso de forma similar a lo que hace Brasil con su real, el Índice de Tipo de Cambio Real Bilateral que mide el BCRA exhibe en 2025 una mejora de cinco puntos para la Argentina -ahora en los 76,8 puntos, desde los 71,8 puntos del cierre de 2024- aunque todavía se ubica debajo del nivel teórico de equilibrio -en los 100 puntos-.
No obstante, la firme suba de tasas en Brasil puede ser perjudicial para la Argentina, en la medida que una desaceleración económica en el país vecino reprime la demanda de productos importados. El FMI calculó que Brasil crecerá el 2% tanto en 2025 como en 2026, lo que supone una fuerte desaceleración después de haber registrado una expansión económica del 3,4% el año pasado. En contraste, el organismo proyectó que el PBI de Argentina crecerá este año un 5,5%, desde una contracción del 1,7% en 2024.
¿Seguirá la apreciación del real?
El Banco Central de Brasil considera que una moderación de la actividad económica es un indicio de que su política monetaria restrictiva está funcionando, afirmó este miércoles su director, Nilton David, al tiempo que subrayó que el objetivo era controlar la inflación. Al respecto, el FMI pronosticó para Brasil un incremento de la inflación, con una suba de los precios del 5,3% en 2025, superior al alza del 4,83% del año pasado.
En su intervención en un acto organizado por JP Morgan, David, director de Política Monetaria de la institución, señaló que la actividad era uno de los indicadores que podían reflejar la eficacia de la política monetaria.
David afirmó que el comité de fijación de tasas está ampliamente de acuerdo en que la política monetaria se encuentra en terreno contractivo, aunque opta por mantener su rumbo.
El Banco Central de Brasil se enfoca en reducir la inflación y asegura que no tiene objetivos de tipo de cambio
La elevada incertidumbre global está haciendo el trabajo del banco “más difícil de lo habitual” y complicado de predeterminar una senda de actuación, aseguró David, añadiendo que “vamos a aprender sobre la marcha”.
También dijo que cualquier desaceleración de la economía mundial tendría un efecto generalizado, pero que sería útil para Brasil situar la actividad por debajo de su potencial.
Preguntado por la intervención en el mercado de divisas, argumentó que es una herramienta disponible en momentos en que el mercado es disfuncional, pero subrayó que el Banco Central brasileño no tiene objetivos de tipo de cambio. “El nivel óptimo de reservas (de dólares) es objeto de debate”, dijo.