Uno de los economistas más escuchados del país comparó el nuevo esquema cambiario con el de 2018

Jorge Vasconcelos del IERAL se refirió a la flexibilización del cepo y comparó la experiencia de la crisis del 2018 con la situación actual. Sus expectativas para fin de año

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Vasconcelos en Infobae en Vivo: "Yo estaba muy convencido que iban a salir del 1% mensual de devaluación e iban a ir a un esquema de flotación administrada"

El investigador jefe del IERAL, Jorge Vasconcelos, habló en Infobae en Vivo sobre el nuevo régimen cambiario, y aseguró que el plan está muy bien diseñado. Además, comparó el levantamiento del cepo en 2016 con la quita de restricciones anunciadas el viernes.

“El plan luce muy bien diseñado, pensando no solo en lo que pase hoy, sino en lo que pase de aquí a las elecciones y más allá de octubre. Yo estaba muy convencido de que iban a salir del 1% mensual de devaluación e iban a ir a un esquema de flotación administrada, pero lo que no sabíamos era cuánto apoyo iba a conseguir Argentina del FMI y otros organismos, porque en realidad Argentina es el principal deudor del Fondo, entonces teníamos que ir a renovar la hipoteca y pedir más dólares, siendo que somos casi el 50% de su cartera de créditos del Fondo Monetario”, dijo el especialista.

“Esto era muy importante porque si no se podía desmontar muchos cepos de arranque íbamos a tener un problema con la brecha cambiaria. Ahora el cepo no se ha desmontado 100% porque sigue habiendo restricciones para las empresas, para las personas jurídicas, pero los desembolsos alcanzan, como para que el gobierno se anime a decir el’ día de la liberación’ para el ahorrista”, explicó y proyecto que la brecha entre el dólar oficial y el financiero va a estar entre 5% y 7%.

Además, el investigador resaltó las diferencias entre la situación actual y la que reinaba en 2018, cuando el plan económico de Mauricio Macri sufrió un violento sudden stop. Una de las diferencias clave con aquel momento de la política cambiaria reciente está vinculada al frente externo. Según Vasconcelos, “el déficit en el año 2017, antes de que estallara la crisis de 2018, era superior a los 30 mil millones de dólares”, mientras que las proyecciones actuales muestran un desequilibrio mucho más moderado: “el déficit que nosotros estamos previendo para 2025 de la cuenta corriente de balanza de pagos es de unos 6 mil millones de dólares”. Esta reducción implica una presión significativamente menor sobre el sector externo.

A esto se suma un cambio relevante en la composición de los pasivos en moneda local. Durante el período previo a la crisis de 2018, “la tenencia de bonos argentinos en pesos por parte de extranjeros era muy alta”, lo que amplificó el impacto de la salida de capitales cuando se frenaron los flujos hacia mercados emergentes. En contraste, “la tenencia de bonos en pesos por parte de extranjeros es inferior a 1.000 millones de dólares” en la actualidad, lo que reduce los riesgos asociados a eventuales episodios de volatilidad financiera internacional.

Además, Vasconcelos destacó que, a diferencia del proceso de liberalización cambiaria iniciado en 2016, “hoy el sector externo está con un rojo mucho más moderado”. Esta condición permitiría encarar eventuales cambios en el régimen de controles con un margen de maniobra mayor, siempre que se mantengan ciertas restricciones transitorias, como el cepo vigente para personas jurídicas.

A su vez, indicó que el hecho de que las bandas cambiarias de entre $1.000 y $1.400 se deslizen 1% mensual hace que para fin de año el techo esté en aproximadamente $1.500 y el piso en $900, lo cual “da la posibilidad de absorber perfectamente la inflación extra que puede haber en estos meses, sin necesidad de que haya lo que se estaba viendo hasta ahora, que era atraso cambiario”.

En tanto, Vasconcelos apuntó que “la expectativa hoy es que si la cuenta corriente de la balanza de pagos sigue con déficit, el tipo de cambio se puede mover dentro de la banda para ir buscando el equilibrio del sector externo. Hasta el viernes, el equilibrio se buscaba por tasa de interés, lo cual era malo para la economía. Ahora el equilibrio se va a buscar por el precio del dólar en el mercado oficial”.

Respecto de la posibilidad de grandes fluctuaciones, señaló que la gran diferencia con el levantamiento del cepo de 2016 es que hoy el sector externo está con un rojo mucho más moderado que en 2017, antes de que estallara la crisis de 2018. En ese momento, el déficit era superior a los 30 mil millones de dólares.

“El déficit que nosotros estamos previendo para 2025 de la cuenta corriente de la balanza de pagos es de unos 6 mil millones de dólares. Entonces, la presión que hay es mucho menor. Pero además, en 2017, el tema de las LEBACs había hecho que la tenencia de bonos argentinos en pesos por parte de extranjeros fuera muy alta. Entonces, cuando vino el freno a los flujos de capitales hacia los emergentes en el segundo trimestre del 2018, Argentina fue la principal víctima de eso”, afirmó y detalló que la tenencia de bonos en pesos por parte de extranjeros ahora es inferior a mil millones de dólares.

“Esto era muy importante porque
“Esto era muy importante porque si no se podía desmontar muchos cepos de arranque íbamos a tener un problema con la brecha cambiaria", dijo Vasconcelos

“Y a esos dos puntos hay que agregar el hecho de que no se ha liberado el cepo para las empresas, se ha liberado para las personas físicas. Entonces, probablemente el gobierno lo que está pensando es liberar el cepo para las personas jurídicas después de octubre, de modo tal de transitar el periodo preelectoral con mayor control sobre estas medidas”, consideró.

En relación al impacto en el agro, Vasconcelos contó: “Veníamos perdiendo competitividad y por efecto de la guerra comercial había caído el precio de los granos. No sabemos a cuánto va a cerrar el precio del dólar el 30 de diciembre de 2025, ni cuánto vamos a acumular de inflación este año. Pero si seguíamos con el esquema anterior, íbamos a tener un deterioro de la competitividad cambiaria muy marcado. Ahora no va a haber una ganancia significativa para los exportadores pero da un poco más de margen”.