El escenario económico global atraviesa un periodo de incertidumbre marcado por una crisis financiera que ha desbordado las expectativas. La guerra comercial y las políticas de aranceles impulsadas principalmente por Estados Unidos generaron un panorama complejo para las economías del mundo. Sin embargo, en este contexto, Argentina, aunque no está en el epicentro de esta crisis, no es ajena a las consecuencias de esta volatilidad financiera mundial.
La crisis global y sus características
Jorge Vasconcelos, economista, explicó durante una entrevista en Infobae en Vivo que la crisis actual es difícil de comparar con otros eventos previos, ya que se trata de una situación inédita. “Es muy difícil ver las consecuencias finales a lo largo de los próximos meses. Uno sabe cómo está empezando, como guerra comercial, pero no sabe cómo va a terminar ni cómo se va a configurar”, detalló. Para Vasconcelos, la magnitud de esta crisis supera la que se vivió en 2008, un hito clave en la historia financiera mundial. A pesar de que la crisis de 2008 también fue severa, la intervención rápida de la Reserva Federal de Estados Unidos, que inyectó liquidez y redujo tasas de interés, permitió una estabilización relativamente rápida.
El economista aclaró que la actual crisis es más compleja que la de 2008, ya que no se originó por la quiebra de un banco, sino por las consecuencias de la guerra comercial y los altos aranceles impuestos por Estados Unidos. “Este mundo no es para un peso atado al dólar, al 1% mensual”, expresó Vasconcelos al referirse a la situación económica de Argentina, que enfrenta problemas derivados de la fluctuación del mercado global.
Efectos en la economía argentina
A pesar de que Argentina no está en el centro de la tormenta económica, Vasconcelos destacó que la economía argentina también resiente el impacto. Una de las primeras consecuencias es la caída de las exportaciones, derivada de los aranceles que Estados Unidos ha impuesto a varios países de América Latina. “Los aranceles que impuso Estados Unidos para la región son moderados, entre comillas, del 10%. Brasil, Chile, Uruguay, Argentina tienen un recargo ahora del 10% cuando exportan a Estados Unidos”, explicó el economista. A pesar de esta medida, Vasconcelos subrayó que Argentina no está en el epicentro de la crisis.
Sin embargo, no todas las noticias son negativas para el país. Vasconcelos planteó una comparación entre dos empresas: Amazon y MercadoLibre. “La caída de Amazon es del 30% en dólares. Obviamente la caída de MercadoLibre es del 15%”. Esto indica que, si bien América Latina experimenta una corrección a la baja en su nivel de actividad económica, la región no se ve afectada con la misma intensidad que otras áreas del mundo, especialmente en lo que respecta al comercio electrónico.
Por otro lado, Vasconcelos hizo hincapié en el impacto de la caída de los precios de las commodities. El petróleo y la soja, dos de los productos clave en las exportaciones argentinas, han visto reducciones significativas en sus precios internacionales. La cotización del petróleo cayó de 75 a 60 dólares por barril, lo que afecta las inversiones en Vaca Muerta, aunque el economista destacó que “Argentina no tendría con Vaca Muerta problemas de competitividad para exportar y ganar algo de dinero con el barril a 60″. Sin embargo, para los nuevos emprendimientos en la industria energética argentina, el panorama es incierto y difícilmente habrá nuevas inversiones mientras no se aclare la situación mundial.

En cuanto a la soja, Vasconcelos señaló que una devaluación encubierta ocurrió hace unas semanas, cuando se redujeron las retenciones, pero esta medida se diluyó rápidamente debido a la caída de su precio internacional. “La caída del precio internacional de la soja ya anuló todo el efecto de la baja de retenciones”, comentó Vasconcelos. Además, agregó que el poder adquisitivo de los productores de soja ha disminuido significativamente en comparación con años anteriores. “Hoy, cuando el chacarero vende la soja a 310.000 pesos la tonelada, no tiene poder adquisitivo en el mercado interno comparado con años recientes”, expresó. Esta caída en los precios de la soja afecta también el efecto multiplicador que el campo tiene sobre la economía, lo que debilita aún más la economía nacional.
La relación con el FMI y la política cambiaria
Un aspecto clave de la crisis es la relación de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Vasconcelos destacó que el principal tema que aún estaba pendiente en las negociaciones entre el gobierno argentino y el FMI era la política cambiaria. “Argentina está devaluando el peso al 1% mensual, y claramente este mundo no es para un peso atado al dólar, al 1% mensual”, dijo el economista. Este aspecto se está resolviendo de manera implícita debido a las condiciones internacionales, que justifican la necesidad de una flotación administrada de la moneda.
Vasconcelos recordó que la crisis de 2008 también llevó a una devaluación del peso en Argentina. “En 2008, el gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner realizó una devaluación del 25% al 30%, lo que tuvo un impacto positivo para la economía argentina, ya que no hubo mucha inflación debido a las condiciones recesivas”, relató. En este contexto, el economista sugirió que una devaluación del peso, acompañada de una flotación administrada, podría ser una solución viable para mitigar los efectos de la crisis global. “Creo que esta crisis está resolviendo de facto esa discusión que había entre el gobierno argentino y el staff del Fondo”, afirmó.
Impacto en la negociación con el FMI y las perspectivas
Al referirse al avance de las negociaciones con el FMI, Vasconcelos mencionó que el gobierno argentino podría tener más margen para pedir ayuda financiera debido a la crisis global. “Argentina tiene menos margen para pedir tipo de cambio casi fijo, pero más margen para pedir ayuda financiera o adelanto de fondos”, destacó. Esta crisis, según el economista, podría dar una ventana de oportunidad para que el gobierno argentino logre un acuerdo más favorable con el FMI, especialmente si los socios principales del Fondo, como Estados Unidos, deciden ofrecer más apoyo en este contexto.
Sin embargo, Vasconcelos también advirtió que hay incertidumbre sobre las posturas de los otros socios del FMI, como Alemania o Francia, lo que puede complicar las negociaciones. “Hay una réplica de esa maqueta de guerra global en el Fondo Monetario”, explicó, refiriéndose a la influencia de Estados Unidos y China en las decisiones del organismo. En este escenario, el economista opinó que Argentina debería cerrar la negociación lo antes posible para asegurar un desembolso inmediato que refuerce las reservas del Banco Central.
Una política cambiaria ajustada al contexto
Finalmente, Vasconcelos destacó que el gobierno argentino debería considerar la adopción de una política cambiaria que se ajuste a la nueva realidad económica global. “El gobierno quisiera tener más reservas para hacer una flotación administrada, que en algún momento permita vender dólares si el tipo de cambio sube demasiado”, dijo. En este sentido, el economista consideró que un acuerdo con el FMI, que contemple un desembolso y la implementación de una nueva política cambiaria, podría ser el mejor escenario para enfrentar los desafíos que plantea la crisis internacional.
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