Lunes negro: en medio del shock externo, el Gobierno asegura que no cambiará el plan y se apoya en el acuerdo con el FMI

En el Poder Ejecutivo creen que un cisne negro era esperable en los mercados internacionales y que continuará la ortodoxia fiscal y monetaria. Las alertas del mercado sobre el esquema cambiario y la urgencia por los dólares desde Washington

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En el plano local, el Gobierno siguió de cerca los efectos del shock externo

El sacudón en los mercados internacionales en este “lunes negro” con pantallas financieras en rojo y destrucción de valor de empresas en todo el mundo encontró al Gobierno inclinado hacia un acuerdo urgente con el Fondo Monetario Internacional que le permita reforzar las reservas del Banco Central para capear el temporal externo. En el Poder Ejecutivo aseguran que una corrección fuerte de los activos financieros globales era esperable y que necesitarán continuar con las señales de ortodoxia fiscal y monetaria para evitar un impacto mayor.

El golpe en la mesa que representó para la economía mundial la imposición de aranceles por parte de los Estados Unidos alimentó los temores a un desplome financiero que preanuncie una recesión global. Los mercados, desde Asia hasta los paneles líderes de Wall Street, absorbieron el shock con marcadas caídas y algunos vaivenes, entre versiones de un congelamiento de los nuevos aranceles, y una desmentida luego por la Casa Blanca que propició nuevos desplomes bursátiles.

En el plano local, el equipo económico siguió de cerca los efectos del shock externo: el riesgo país volvió a subir y se dirige hacia los 1.000 puntos porcentuales, un nivel que no conocía desde octubre pasado. Los dólares paralelos -MEP, contado con liquidación y blue- operaban pasadas las 14 con leves subas, en todos los casos bien por encima de los $1.300. El Merval caía un 2,6% y las acciones argentinas en los Estados Unidos llegaban a desplomarse hasta 6 por ciento. Los rumores de una devaluación del yuan también podrían impactar en las reservas brutas del BCRA, compuestas en una parte mayoritaria por el swap con China.

En ese contexto, la lectura en los despachos oficiales fue que el escenario de base con el que trabajaba el Gobierno era de una posibilidad cierta de shock externo, una postura que, aseguran miembros del gabinete, fue expuesto por funcionarios en foros globales como reuniones del G20 durante el 2024. “Era claro venía una corrección fuerte”, mencionó a Infobae un integrante de la mesa de decisiones de la Casa Rosada.

El Gobierno asegura que continuará
El Gobierno asegura que continuará el plan ortodoxo fiscal y monetario como respuesta al shock global

Por esa razón, en el Gobierno creen que no sería conveniente sobreactuar medidas anticipatorias o defensivas más de las que ya puede ofrecer al mercado: “Lo mejor que se puede hacer es ser más ortodoxos que nunca en lo fiscal y monetario”, dijeron. La parte más frágil de ese esquema, mencionan, sigue siendo el nivel de reservas en el Banco Central y es en ese momento en el que cobra mayor urgencia el acuerdo con el FMI, que aseguran que se encuentra en su recta final.

Tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, habían asegurado que era esperable una volatilidad de corto plazo, en referencia a las tensiones cambiarias que comenzaron desde mediados de marzo, aunque la tensión global multiplicó ese escenario. “Es cierto que en otro momento una crisis así hubiera hecho tambalear al país. Esta vez no va a ser el caso ni mucho menos. Los fundamentals siempre prevalecen”, concluyen desde los despachos oficiales.

Las lecturas de mercado dan cuenta de que la decisión de Trump es un parteaguas para la economía global y que a la Argentina la encontró en medio de un proceso decisivo. “Las circunstancias parecen estar dando lugar a una tormenta perfecta para Argentina: el shock internacional negativo se combina con demasiadas idas y vueltas con el acuerdo con el FMI, en un marco donde tanto EEUU como el propio organismo podrían tener otras urgencias”, mencionó un informe esta mañana de PxQ.

“Si el mundo se encamina a una guerra de monedas, el FMI es justamente el organismo que debería prevenir tal dinámica. Sin embargo, el detalle es que su principal accionista, EEUU, es justamente el que parece tener por objetivo tal conflicto. La especulación sobre las demoras en el acuerdo con el FMI nos llevan a pensar que el Gobierno se encuentra atrapado en su promesa de reducir la inflación y demostrar que la apreciación del peso es una señal del éxito de su programa, y no un ancla insostenible para la desinflación”, remarcó PxQ.

“Especulamos que, sin un sustantivo apoyo político por parte de EEUU, el toma y daca ofrecido por el organismo es el clásico: cuanto más plata fresca se solicite, más alta deberá ser la corrección cambiaria para garantizar que esos recursos fortalecerán las arcas del BCRA y no sean utilizados para sostener el ancla cambiaria. El esperable rebote de la inflación y su impacto negativo sobre la imagen del gobierno de cara a la elección, aumenta la probabilidad del escenario en el que el gobierno prefiera poca plata fresca a cambio de poco o nada de modificación del esquema cambiario”, concluyó.

Por su lado, un análisis de la Fundación Mediterránea remarcó que “por un lado, el hecho de que el dólar se debilite en el mundo puede aliviar temporalmente presiones sobre la paridad peso/dólar, y la caída de la tasa de interés en los Estados Unidos (bono del Tesoro a 10 años rindiendo 4% anual) también es un dato positivo en términos de flujos de capitales. Sin embargo, la incertidumbre y la volatilidad del marco global todavía están en espiral ascendente, lo que pone en valor la necesidad de mayor flexibilidad de los instrumentos de política económica”.

“De ese modo, ante cada nuevo shock externo, si la Argentina adoptara un régimen cambiario de ‘flotación administrada’, el impacto se distribuiría de un modo más equilibrado (o menos desequilibrado) al interior de la economía, moderando su repercusión sobre el nivel de la tasa de interés doméstica y sobre la capacidad del país de comenzar a recuperar reservas externas en el Banco Central”

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