
En un contexto de tensión por los montos de los haberes jubilatorios y de crisis del sistema previsional, el gasto en jubilaciones, que acapara el 40% del total, podría crecer un 11% real en 2025, luego de que el año pasado el recorte en esta partida haya explicado buena parte del ajuste presupuestario. La clave para financiarlo se encuentra en los subsidios a la energía.
Así surge de una proyección realizada por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). “Tras un comienzo de año en 2024 con bajas reales significativas en el gasto en jubilaciones y pensiones contributivas, el nivel de gasto se estabilizó después del cambio en la movilidad. Posteriormente, debido al esquema de actualización de haberes, la baja de la inflación permitió una cierta recuperación del gasto real, ya que, en noviembre de 2024 el gasto mensual en jubilaciones con bono incluido resultó prácticamente igual en términos reales al de noviembre de 2023″, explicó su informe.
En ese marco, las proyecciones del gasto en jubilaciones y pensiones contributivas (con bono incluido) se basan en el gasto realizado en los primeros dos meses del año y en el mantenimiento del bono de $70.000 durante todo el año.
En la primera parte se esperan variaciones interanuales reales elevadas, debido a la baja base de comparación de 2024. Sucede que en los primeros meses del año pasado se produjo una fuerte licuación del gasto por la escalada inflacionaria tras la devaluación de diciembre de 2023.

Luego, “el crecimiento se ralentizaría hacia la última parte del año, terminando en diciembre con una suba del 3,5% respecto al mismo mes del año 2024. Como resultado de las proyecciones para cada mes, en 2025 el gasto ascendería a $49.000.000 millones en moneda de febrero, lo que implicaría un incremento real del 11% respecto al año 2024. Le pone un piso de crecimiento real no menor al gasto primario”, indicó el IARAF.
“Un aspecto importante que surge, es la capacidad de financiamiento del aumento del gasto en jubilaciones y pensiones contributivas, por parte de la reducción del gasto en subsidios a la energía. En efecto, una baja real del 34% de subsidios a la energía, permite financiar el 59% del incremento del gasto en jubilaciones. Por ende, si los subsidios se redujeran en un 58% real respecto al año previo, situación poco probable, se financiaría el 100% del incremento del gasto en jubilaciones”, destacó el informe.

De todos modos, el gasto de este año se mantendría un 7% por debajo del gasto de 2023. Por el lado del gasto en subsidios a la energía, de darse la baja interanual del 34% en 2025, terminaría el año con un nivel un 57% menor al del año previo. Cabe destacar que en el primer bimestre, los subsidios energéticos arrancaron con una caída real interanual del 43%.
Qué pasó con el bono de $70.000
Por otro lado, en abril los jubilados de la mínima volverán a cobrar el bono de $70.000, sin actualización. Este plus se encuentra congelado desde hace un año y si se buscara mantener su poder adquisitivo debería ser poco más del doble.
Si el bono se hubiera actualizado por el Indice de Precios al Consumidor (IPC), al igual que los haberes, debería ubicarse en $148.800. Es decir, unos 5 millones de jubilados y pensionados resignan $78.800 por mes en comparación con marzo de 2024, cuando se modificó la fórmula de movilidad jubilatoria.
El Centro de Economía Pública Argentina (CEPA) calculó que las jubilaciones con bono quedaron -13,8% por debajo respecto del último trimestre del gobierno anterior. Inclusive, la jubilación sin bono se mantendrá 1,9% por debajo.
En paralelo, el Gobierno puso fin a la moratoria, que permitía jubilarse con un plan de pagos a aquellos que no habían cumplido los 30 años de aportes.