Roberto Vassolo: “Las empresas que se van lo hacen cansadas de la Argentina y del maltrato”

El profesor de Política de Empresas del IAE Business School y coeditor del un prestigioso Journal internacional sobre estrategia empresarial evaluó la capacidad del RIGI y la desregulación para revertir ese proceso y explicó el atractivo del discurso de Milei a escala global, pero subrayó también la importancia del consenso político. El “sesgo cognitivo” y la “memoria corta” de las empresas y por qué prefieren que del cepo se salga ordenada más que rápidamente

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A pesar del atractivo de
A pesar del atractivo de Vaca Muerta, ExxonMobil, la petrolera más grande de EEUU y la segunda mayor del mundo, vendió sus activos en la Argentina a la local PluspetrolREUTERS/Chris Helgren/File Photo

Telefónica, Mercedes-Benz, ExxonMobil, Equinor, Procter&Gamble, Itaú, Makro. La salida de empresas extranjeras que venden sus negocios a empresarios locales y se van de la Argentina es extensa y no fue revertida por el cambio de orientación de la política económica, del intervencionismo estatal a una economía más abierta y en proceso de desregulación, aunque todavía con cepo cambiario y varios dólares.

Según Roberto Vassolo, las dos grandes fuerzas detrás de las salidas son el hartazgo con el “maltrato” argentino y, en algunos casos, reacomodamientos globales a los que el país no se adaptó favorablemente.

Vassolo es profesor titular de Política de Empresas del IAE Business School de la Universidad Austral. Licenciado en Economía de la UCA, con postgrado de la Universidad di Tella y Ph.D en Gerenciamiento Estratégico de la Purdue University (EEUU). Es uno de los dos co-editores de Long Range Planning el más antiguo Journal de investigación de estrategia empresarial del mundo, de la editorial científica Elsevier y ha escrito en publicaciones con referato, como Harvard Business Review. Sus libros incluyen Strategy as Leadership (Stanford University Press), Dirección Estratégica en Países Emergentes (Granica) y El Negocio de la Grieta (Galerna).

En los últimos 20 años Vassolo trabajó en consultoría estratégica con empresas argentinas, multilatinas y multinacionales de distintos sectores industriales. Argentino al fin, su campo de investigación se lee así: “dirección estratégica en entornos de alta incertidumbre, con foco en el impacto de la volatilidad macroeconómica en las empresas de negocio, y el liderazgo estratégico”.

Por qué se van

En diálogo con Infobae, Vassolo explicó la salida de empresas extranjeras, evaluó la capacidad de medidas como el RIGI y las desregulaciones para revertir ese proceso, subrayó la importancia del consenso político y la seguridad jurídica, explicó el “sesgo cognitivo” y la “memoria corta” que suelen tener las empresas y cuál es el atractivo del discurso del presidente Javier Milei a escala global. La Argentina, recordó, tiene 5 o 6 puntos menos de inversión en relación al PBI que el promedio mundial, y sin inversión no es posible mejorar la productividad ni reducir la pobreza. Además, dijo que para las empresas es más importante salir del cepo ordenadamente que cuanto antes y que la persistencia de fenómenos como la inflación y los problemas con el dólar son “inentendibles” para las casas matrices de las multinacionales que operan en la Argentina.

Si tuviera que jerarquizar las causas por las que las empresas extranjeras se van, o querrían irse, de la Argentina, ¿cuáles serían las más importantes y por qué?

—En la salida de empresas hay reacomodamientos inerciales, la concreción de decisiones que se venían madurando desde antes que asumiera el actual gobierno. Por eso en un marco de mayor normalización se materializaron salidas de empresas cansadas de la Argentina y del maltrato. Hay dos motivos principales: por un lado, como dije, el cansancio con un país que te maltrata e interviene en los flujos de negocios, expropiándote. Porque cambiarte el tipo de cambio, impedirte la remisión de utilidades o imponerte nuevos impuestos luego de realizar una inversión son formas de expropiación. Y el segundo motivo son los reacomodamientos globales, como los casos de Wal Mart o Telefónica. Cuando hay reacomodamientos globales y un país no hizo su tarea, cae en la volteada. Pero en la mayoría de los casos la causa de la salida es el maltrato. Por eso algunas empresas aprovechan la normalización para irse, ejecutar decisiones ya tomadas. Esas dos razones, maltrato y reacomodamiento global, explican la mayor parte de las salidas.

En cualquier caso importa cuál es la percepción de los inversores sobre la madurez del sistema político, sobre lo que puede suceder en el futuro

¿Qué reformas podrían detener y eventualmente revertir este proceso? ¿Políticas como la desregulación de la economía o herramientas como el RIGI son suficientes para atacar los problemas que menciona?

—Son buenas medidas para incentivar la inversión en la Argentina. El empresario o el capital nacional tiene mayores mecanismos de recuperación o de presión sobre sus derechos adquiridos que un capital extranjero. Si voy a poner capital bajo tierra, eso tiene riesgo. El RIGI, además de incentivos, te da herramientas: si el gobierno cambia las reglas puedo ir a litigar a Nueva York y protegerme. Y la desregulación que está haciendo Federico Sturzenegger puede hacer viables proyectos que hoy son inviables por el costo regulatorio. Pero en cualquier caso importa cuál es la percepción de los inversores sobre la madurez del sistema político, sobre lo que puede suceder en el futuro. Preguntas como ‘¿el que viene después cuán de acuerdo estará con estas reglas?’. Ahí los capitales en general son muchísimo más prudentes. No ven que lo que esté diciendo Milei esté necesariamente extendido al arco opositor.

Roberto Vassolo, Profesor e Investigador
Roberto Vassolo, Profesor e Investigador sobre estrategia y políticas empresarias

¿Cuánta importancia tienen conceptos como “seguridad jurídica”, “calidad institucional” o “consenso político”? Pienso en cuestiones como la designación de los miembros de la CSJ o las políticas iniciadas por decretos y no por leyes.

-Muchísima, aunque un decreto puede estar enmarcado en lo que la ley permite. En todo caso uno puede preguntarse si es bueno que la ley argentina brinde tanto espacio a los decretos. Como regla general, es mucho mejor una ley que un decreto. Una Corte Suprema de Justicia con miembros designados por decreto no es lo mejor, no ayuda. Luego está la interpretación de los constitucionalistas. Pero la ley tiene un límite cuando hay mayorías que van y vienen y revierten derechos adquiridos. Como regla general, cuanto más consenso haya entre la dirigencia, mejor. A menor nivel de consenso, mayor inseguridad jurídica. Es lineal. La desregulación y el RIGI son buenos, pero mejores si se complementan con consensos a largo plazo. Los consensos del 100% son impensables, pero es deseable que haya algunos consensos que excedan al gobierno de turno.

Ud señala que las empresas globales “tienen una memoria más corta de lo que uno esperaría luego del maltrato sufrido”. ¿En qué sentido o por qué lo dice?

Si uno analiza el comportamiento de la Argentina en los últimos 80 años, es muy difícil justificar la entrada de capitales al país. Tenemos récord de violaciones sistemáticas de la ley, tenemos políticos en gobernaciones importantes que han sido violadores seriales de contratos. Y aún así algunas capitales vuelven. Son miopes, pero tampoco es que se estén tirando de cabeza a la Argentina. En el RIGI hay dominancia de YPF y capitales nacionales. El mundo no viene corriendo a la Argentina. Están viendo, observando. Y es sorprendente que lo hagan, dado nuestro comportamiento histórico. La rentabilidad es una zanahoria muy fuerte. Y hay buena rentabilidad en algunos sectores. Además, hay sectores como minería y petróleo y gas acostumbrados a operar en países y entornos muy difíciles, cosas a las que otros sectores, como consumo masivo, no están acostumbrados.

Mineras y petroleras están habituadas
Mineras y petroleras están habituadas a trabajar en entornos complejos, pero no las de consumo masivo u otros sectores, dijo Vassolo. En la imagen, policías en un buque con petróleo en Nigeria EFE/Tife Owolabi/Archivo

Esa “memoria corta”, ¿vale también hacia adelante? ¿Cuánta importancia asignan a un probable cambio de orientación según el clima político o electoral que adviertan en un país?

-La memoria corta impacta sobre todo en las decisiones de inversión de cara al futuro. Hay un sesgo cognitivo, en el que la historia se va diluyendo y la tentación de ganancia va creciendo. No es algo totalmente racional, pero es bueno para el país, porque le da una oportunidad. Con el récord histórico de la Argentina, uno esperaría que las empresas tardarán décadas para volver a invertir, pero probablemente tarden mucho menos. Hay situaciones en que se generan sentidos comunes globales y en algún momento Argentina se puede poner de moda.

¿Sirve para eso que Milei sea una figura muy visible, que sea amigo de Trump, de Elon Musk, que haga discursos tan llamativos en Davos?

—Ahí Milei le está hablando a los capitales, es un discurso pro-empresa para convencerlos de que vuelvan. Es un discurso atractivo. El mundo juega, no es solo lo que hace la Argentina. Uno piensa que somos los únicos, pero el modelo de alta intervención estatal y con una brutal presencia reguladora está en cuestionamiento en general. Las empresas están agotadas. El timing de Milei es bueno, se dirige a eso. Uno cree que la Argentina es el único: tiene más de 160 impuestos, pero en una publicación de 2019 vi que Francia tiene más de 110. Los capitales lidian con un montón de intervenciones. El discurso de Milei le habla a un empresariado cansado de la intervención estatal irracional.

Según Vassolo, el discurso pro-empresas
Según Vassolo, el discurso pro-empresas de Milei es atractivo para ejecutivos y empresas agobiadas de intervención estatal y regulaciones REUTERS/Yves Herman

¿Cómo evalúan las grandes empresas globales que problemas que en otros países son vistos como coyunturales, como el tipo de cambio o la inflación, en la Argentina sean una cuestión permanente?

—Para las casas matrices es absolutamente inentendible. Un país que tiene 100, 150% de inflación y no tiene una unidad de medida par al dólar, sino varios dólares. Si sos responsable de la entidad local y tenés que reportar a la casa matriz no sabés cómo hacer. ¿Cómo decís que la rentabilidad fue tanta, pero no la puedo sacar, y si la quiero sacarme cambia el costo? Eso genera hartazgo. Y afuera es inentendible. Es algo que extraje de empresarios tomando café o en charlas informales. ¿Cómo hacen el reporte a casa central? La mayor parte de los ejecutivos globales que vienen se van sin entender demasiado a la Argentina. Eso genera ganas de salir, pero no podés, estás como cautivo. Eso desincentiva la Inversión. En inversión en relación al PBI estamos 5 ó 6 puntos abajo del promedio mundial. Somos un país que no agrega capital. Y si no agregamos capital, no podemos mejorar la productividad ni disminuir la pobreza. Las decisiones de inversión las hacen principalmente las empresas. El estado suele ser un mal inversor, un mal asignador de recursos.

Somos un país que no agrega capital. Y si no agregamos capital, no podemos mejorar la productividad ni disminuir la pobreza

Con más de 4 años consecutivos de cepo y utilidades retenidas, ¿para las firmas extranjeras importa más una salida “rápida” o más bien una salida “ordenada” del cepo cambiario?

—Clarísimamente, que sea ordenada. Eso vale para los que están adentro y para los que están afuera. El peor escenario para una empresa es un shock de precios relativos más. Prefieren que el proceso sea ordenado, así pueden prever, organizarse. El desorden no le conviene a nadie que haga negocios.

En octubre de 2023, antes de que se supiese quién sería el próximo presidente, Ud señalaba que lo que las empresas hicieran durante la recesión sería muy importante para aprovechar la recuperación desde la segunda mitad de 2024. Que era clave “invertir en la recesión”. ¿Cómo lo hicieron las empresas en la Argentina?

—En general los estudios muestran que las recesiones las aprovechan muy pocas empresas. Es un momento que te pone frente a un marco anticíclico. Hacer lo que la recesión pide, que es dar más crédito, reducir los precios, son malas decisiones a largo plazo, te desposicionan como empresa. Las empresas más exitosas son más contracíclicas. El problema que se dio en 2024 es que vos tenías simultáneamente recesión y cambio de régimen. Para invertir en un momento así, tenés que estar en un sector capaz de sobrevivir a largo plazo. Hoy, por el cambio de régimen, hay sectores o actividades que tal vez no sean viables a largo plazo. Si vos estabas en sectores claramente viables, como consumo masivo, crédito, minería, agro o tecnología, era momento de invertir. Hay otros sectores en este modelo mucho más cuestionables, como la confección textil o ciertas manufacturas de economías de escala , como la industria automotriz, que se suelen hacer en países con mercados internos grandes. Hay ciertas actividades que por escala o bajo valor agregado en fabricación es difícil que se puedan quedar en la Argentina. En el sector textil es más probable que perduren los eslabones de las cadenas de valor que están más cerca del consumidor, como la distribución, pero será difícil sostener la confección, a menos que sea con salarios muy bajos.