El ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, destacó este viernes el potencial de Vaca Muerta y dijo que sin el aporte de divisas de sus yacimientos la Argentina “estaría en el horno” durante una entrevista en Infobae en Vivo. También se refirió a la necesidad de dar certidumbre sobre el futuro y eliminar el cepo para acelerar las inversiones.
“No nos va a salvar, nos está salvando”, remarcó Aranguren al referirse al yacimiento de hidrocarburos no convencionales ubicado en la cuenca neuquina. “Vaca Muerta significa el 60% de la producción de petróleo en Argentina y el 70% de la producción de gas. Si no tuviéramos Vaca Muerta, estaríamos en el horno. O sea, nos está salvando. Obviamente tiene un potencial mayor de lo que hoy estamos vivenciando, pero ya desde hace unos cinco o seis años”, explicó el ex funcionario.
Para dimensionar su impacto, Aranguren recordó que en 2005 y 2006, la Argentina alcanzó un pico de superávit comercial energético de USD 6.000 millones. “Cuando se aplicó el populismo energético durante los dos mandatos de Cristina Kirchner, de un superávit de 6.500 pasamos a un déficit de 6.300 millones. Es una caída de 13.000 o 14.000 millones de dólares, que son aproximadamente casi tres puntos del PBI”, señaló.

Con proyecciones optimistas, anticipó que en dos años el sector podría generar USD 15.000 millones y, en un horizonte de cuatro años, alcanzar entre USD 25.000 y 30.000 millones. “Prácticamente es otra pampa húmeda desde el punto de vista económico, es una diversificación de la matriz económica de la Argentina. Y atrás de eso viene la minería”, añadió.
Aranguren, quien encabezó la cartera de Energía y Minería entre 2015 y 2018, también hizo referencia al potencial aún no explotado de la minería. “Chile el año pasado exportó 55.000 millones de dólares, y Argentina exportó 4.500, 10 veces menos. Pero volviendo al tema de Vaca Muerta: es una realidad, pero tiene todavía la capacidad de multiplicar lo que producimos por aproximadamente tres o cuatro veces”, afirmó.
Respecto de la urgencia por acelerar los desarrollos en el yacimiento, consideró que no hay certezas sobre cuánto tiempo más durará su nivel de producción actual. “Cuanto más rápido lo hagamos, mejor. Porque si no tenemos certeza de lo que va a durar, si el capital que vamos a hundir lo podemos recuperar dentro del tiempo en que va a producir ese activo, hagámoslo lo más rápido posible”, dijo.
En ese sentido, sostuvo que Vaca Muerta se ha convertido en una “cuasi política de Estado”, ya que fue impulsada en distintas administraciones, desde el kirchnerismo hasta el actual gobierno de Javier Milei. “No fue por virtud, fue por necesidad. Si no tuviéramos Vaca Muerta, hoy estaríamos en el horno”, reiteró.

Por último, remarcó que para que la inversión extranjera se consolide en el sector energético, la Argentina debe ofrecer reglas claras y previsibilidad. “La inversión necesita tener las mismas condiciones que tiene en otro lado. Si puede ir a Guyana o a Namibia, tiene que tener en Argentina las condiciones que al menos les dan en esos lugares. Si no, se van a otro lado”, advirtió.
En ese marco, valoró el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que propone el Gobierno, aunque subrayó que es clave resolver este año el problema del cepo cambiario. “Nadie hace beneficencia. El que entrega capital es para poder sacar más capital, no menos”, concluyó.
Por otro lado, se refirió al ajuste de tarifas durante la gestión Milei: “Cuando se anunció el recorte de subsidios todos dijimos, bueno, acá se viene mucha tensión política, mucho reclamo. Las distribuidoras pusieron cuotas para pagar la factura, no lo tomó nadie, no subió la mora, nadie se fijó en el asunto. Hoy la cobrabilidad está en el 98%”.