La insólita actualidad del sector pesquero explicada por un empresario: “No están saliendo barcos”

Raúl “Tato” Cereseto, empresario de la pesca e investigador, analizó la grave crisis que enfrenta el sector en la Argentina debido a altos costos, medidas del gobierno y la competencia desleal de la actividad ilegal

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Entrevista de Infobae en Vivo a Raúl "Tato" Cereseto, empresario pesquero e investigador

La situación de la pesca en Argentina atraviesa una crisis sin precedentes, que afecta tanto a los empresarios como a los trabajadores del sector. Raúl “Tato” Cereseto, empresario pesquero e investigador, compartió en una entrevista en Infobae en Vivo su visión sobre los graves problemas económicos que enfrentan las empresas pesqueras. Según Cereseto, el sector está siendo golpeado por una combinación de factores económicos y fiscales que están llevando a una paralización de la actividad pesquera en gran parte del país.

Crisis de precios y costos productivos insostenibles

Uno de los problemas más graves que enfrenta el sector pesquero es la brecha entre el costo de producción y el precio de venta del pescado. Según Cereseto, actualmente un barco pesquero debe afrontar costos de producción superiores a los ingresos por la venta del producto. “Hoy estamos hablando de la flota taponera, la flota congeladora. Un barco cuesta más caro, no recuperas pagando sueldos, genera pérdidas. Es un negocio que no da”, explicó el empresario. Según su relato, los costos de producción rondan los 6.700 dólares por tonelada, mientras que el precio de venta del langostino, por ejemplo, se encuentra entre los 5.700 y 6.000 dólares. Esta diferencia hace inviable la actividad, con muchos barcos imposibilitados de salir a pescar debido a que no logran cubrir sus costos operativos.

Cereseto destacó que, pese a que el caladero está saludable y hay una gran oferta de pesca, el aumento de los costos estructurales dificulta la competitividad del sector. Aseguró que, en este contexto, las empresas pesqueras no pueden salir a pescar, lo que resulta en una paralización de la flota pesquera. “Hoy no se puede salir a pescar, esa es la realidad. Pero ya lo sabíamos”, comentó Cereseto. La crisis afecta no solo a los empresarios, sino también a los trabajadores del sector. El empresario detalló que la flota congeladora emplea a más de 2.900 personas, pero debido a la falta de actividad, muchos de estos trabajadores están hoy sin empleo. “No están saliendo barcos”, remarcó.

Raúl “Tato” Cereseto, empresario pesquero
Raúl “Tato” Cereseto, empresario pesquero e investigador

El impacto de los derechos de exportación y los impuestos

Otro tema fundamental que Cereseto abordó fue el impacto de los derechos de exportación y el impuesto a las ganancias en la actividad pesquera. El empresario explicó que el gobierno nacional no ha tomado medidas para aliviar la carga fiscal que sufren las empresas pesqueras, lo que ha complicado aún más la situación económica del sector. “Los derechos de exportación van del 1% al 9% directo sobre el precio de venta. En el caso del langostino congelado, el derecho de exportación es del 6%”, señaló Cereseto. Estos impuestos afectan directamente la rentabilidad de las empresas, sobre todo en un contexto de precios internacionales a la baja.

Además, Cereseto hizo referencia al aumento de los impuestos a las ganancias para el personal embarcado, una medida que, según él, ha tenido consecuencias muy negativas para el sector. “Antes, el 46% de los derechos de impuesto a las ganancias para el personal embarcado estaba exento, pero este gobierno lo eliminó. Esto significa que, si el impuesto determinado para un trabajador embarcado era de 5 millones de pesos, ahora ese trabajador debe pagar 5 millones completos, en lugar de 2.600.000 pesos como sucedía anteriormente”, explicó el empresario. Esta medida, junto con los derechos de exportación, genera un ambiente de gran presión económica para las empresas pesqueras, lo que las lleva a una reducción en la actividad.

La discusión salarial y la tensión con los trabajadores

La relación entre empresarios y trabajadores también se ha visto afectada por esta crisis económica. Cereseto indicó que las negociaciones salariales se han vuelto tensas debido a que las empresas no pueden pagar los salarios establecidos en los convenios colectivos de trabajo, que datan de hace más de 30 años. “Lo cierto es que las remuneraciones están bien pagas, pero el negocio ya no da. Las condiciones del mercado han cambiado, y los convenios no se adaptan a esta nueva realidad. El langostino, por ejemplo, se vendía a 12 dólares el kilo y hoy se vende a 6 dólares el kilo”, expresó el empresario. Esta situación ha generado un conflicto entre las partes, con algunas flotas proponiendo una rebaja del 30% sobre los convenios colectivos, algo que los gremios rechazan de manera tajante.

Cereseto aclaró que esta tensión entre la patronal y los trabajadores no es deseada, pero se ha generado por la falta de medidas paliativas por parte del gobierno. “Nosotros ya veníamos advirtiendo desde hace más de un año sobre los problemas que se iban a generar. Pedimos que se revisaran los derechos de exportación, pero no obtuvimos respuesta”, comentó el empresario. La falta de atención a estas demandas y la negativa del gobierno a revisar las políticas fiscales ha provocado un atraso económico que hoy afecta tanto a los empresarios como a los trabajadores del sector pesquero.

El impacto de la pesca ilegal y la competencia desleal

Finalmente, Cereseto se refirió a otro factor que agrava la situación de la pesca en Argentina: la competencia desleal proveniente de la pesca ilegal, particularmente de la flota de la Milla 201. El empresario explicó que esta flota opera en aguas internacionales, sin los controles que exige la legislación argentina, lo que genera una competencia desleal para las flotas pesqueras legales. “No es que sea pesca ilegal, pero es pesca no declarada y no reglamentada. Están pescando las mismas especies que nosotros, compitiendo con condiciones desiguales”, afirmó Cereseto. Esta situación perjudica tanto a los mercados internacionales como a los mercados internos, ya que la pesca ilegal desploma los precios, afectando directamente las ganancias de las empresas pesqueras argentinas.

Cereseto también destacó que la falta de control de esta flota ilegal se ha convertido en uno de los grandes obstáculos para la recuperación del sector. “El mercado internacional se ve afectado por esta competencia desleal. La pesca ilegal accede al mismo recurso que nosotros, pero sin ninguna de las restricciones que aplican las empresas legales. Esto derrumba el mercado y genera grandes pérdidas”, agregó.