
El Gobierno de Javier Milei anunció una medida preventiva que busca suspender la compra de Telefónica por parte de Telecom, que fue anunciada el 24 de febrero, en una operación por USD 1.245 millones.
“La Oficina del Presidente informa que el Gobierno Nacional, a través de la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía, tomó la decisión de dictar una medida preventiva que suspende los efectos de la compra de Telefónica por parte de Telecom”, destacó la Oficina.
Según el comunicado, la medida se sustenta en la recomendación de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que indicó que “la fusión de ambas compañías incrementaría en forma significativa su participación en el mercado”.
“En este sentido, la participación resultante de la operación implicaría una concentración del 61% para el mercado de telefonía móvil; 69% para la telefonía fija; y, respecto al servicio de internet residencial, en algunas zonas del país la concentración podría llegar al 80%. El proceso de evaluación de los efectos de la adquisición notificada a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia exige el máximo rigor, respetando la normativa aplicable y los estándares internacionales, en atención a la relevancia que tienen las telecomunicaciones en el mundo actual”, agregó el texto del Gobierno.
Así, siempre bajo la recomendación de la CNDC, el Gobierno tomó la decisión de “resguardar la transparencia y libre concurrencia del mercado mediante la medida preventiva hasta tanto se profundice el análisis de la operación notificada”.
Minutos después de la comunicación oficial, Telecom aseguró que había sido notificada formalmente de dicha resolución.

“La compañía reitera su compromiso con el respeto a la normativa vigente y a los procedimientos establecidos, y aguarda la debida comunicación oficial para evaluar el alcance de la medida y responder oportunamente dentro del marco correspondiente”, destacaron.
Además, ratificó su voluntad de colaborar con los organismos competentes en el análisis de la operación. “Telecom reafirma su compromiso con los usuarios y consumidores, asegurando la continuidad y calidad de los servicios prestados, así como su disposición para aportar información técnica y regulatoria que permita una evaluación integral de la transacción”, agregó la telco y aseguró que, una vez que sean notificados formalmente brindará su posición sobre la medida y los próximos pasos que seguirán.
Negocio
La noticia, que asoma como uno de los grandes negocios del año, prometió revolucionar a la industria local de las telecomunicaciones, un sector muy rentable y estratégico en el que se mezclan la telefonía móvil, internet y la televisión por cable.
La compra por parte de Telecom –que pertenece al Grupo Clarín y al fondo Fintech, del mexicano David Martínez– había generado un comunicado del Gobierno asegurando que “no iba a permitir monopolios”.
“La compañía reitera su compromiso con el respeto a la normativa vigente y a los procedimientos establecidos, y aguarda la debida comunicación oficial para evaluar el alcance de la medida y responder oportunamente dentro del marco correspondiente” (Telecom)
Otras empresas habían sonado para quedarse con la operación local de la española, que había tenido idas y vueltas sobre su salida del país desde 2019. Entre ellas, el Grupo Werthein, la europea Millicom, la mexicana Claro (hasta este anuncio el tercer operador móvil del mercado, junto a Personal y Movistar) y Telecentro, entre otras. Finalmente y, de manera sorpresiva, fue Telecom, que si bien había sido mencionado el mercado no lo consideraba una opción firme.
Luego del anuncio, las partes se esforzaron en aclarar que se trató de un deal cerrado, pagado y con las acciones transferidas. “No hay marcha atrás”, dijeron allegados locales al negocio. Desde España se apuraron a dejar en claro que cualquier contingencia correrá por cuenta y orden del nuevo dueño. En la llamada habitual por el informe de resultados trimestrales, Laura Abasolo, CFO y cabeza de Telefónica Hispam –la división que controla el negocio regional y que vendió la filial local–, aseguró de manera contundente: “El activo ya no es parte de la multinacional. No tenemos activo en Argentina”.
En las oficinas corporativas de Telefónica, en San Telmo, sobre la avenida Huergo, muchos de los ejecutivos de su alta gerencia juran que nunca se enteraron de las negociaciones.
Por esas horas, la empresa nombró un nuevo CEO: Gabriel Speratti. Este ejecutivo, con paso por empresas del sector de las telecomunicaciones, como Nokia, Microsoft y American Tower, es la cabeza de la transición. Se espera que por varios meses ambas empresas sigan funcionando por separado, aunque sin dudas comenzarán a definirse “sinergias importantes” entre ambas, como definió una fuente del sector. Se espera que Telecom termine de conformar el directorio y realice más nombramientos en la cúpula de la ex Telefónica.
Por su parte, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia tuvo un reciente cambio de autoridades. El 14 de marzo presentó su renuncia Alexis Pirchio, quien conducía el organismo dependiente de la secretaría de Industria y Comercio, del ministerio de Economía que comanda Luis Caputo. Cinco días después, el Gobierno oficializó como su reemplazante a Eduardo Montamat, quien se desempeñaba como vocal de la dependencia que ahora pasó a presidir.