
En la tercera semana de marzo de 2025, los precios de los alimentos experimentaron un aumento del 2,4% en comparación con la semana anterior, según un informe de la consultora LCG. Este incremento se produjo de manera repentina, tras una semana de estabilidad en los precios durante la segunda semana del mes. De esta manera, el promedio mensual de suba de alimentos se ubicó en 3,2%, lo que refleja una aceleración en el ritmo de los aumentos en los primeros días de marzo.
Este repunte es el más importante de los últimos ocho meses, lo que genera preocupación sobre la posibilidad de que se frene el proceso de desinflación que el gobierno había logrado avanzar en los meses anteriores. La consultora LCG, que realiza un relevamiento semanal sobre la variación de precios de productos alimenticios y bebidas en supermercados de la Ciudad de Buenos Aires, destacó que la suba de los precios se concentró principalmente en algunos de los sectores más sensibles para los consumidores: las carnes, los lácteos y las bebidas e infusiones.
Según el informe, en la tercera semana de marzo se observaron aumentos considerables en varias categorías de productos alimenticios. Las bebidas e infusiones para el hogar subieron un 5%, lo que marcó el incremento más alto entre todos los grupos analizados. Le siguieron el azúcar, la miel, los dulces y el cacao, que registraron un aumento del 4,2%. Las carnes también mostraron un aumento importante, del 3,5%, mientras que los condimentos y otros productos alimenticios subieron 3,1%. Los productos lácteos y huevos no se quedaron atrás, con una suba de 2,5%.

En contraste, algunos productos mostraron aumentos mucho más moderados. Los aceites subieron solo 1,3%, mientras que los productos de panificación, cereales y pastas aumentaron un 0,7%. Las comidas listas para llevar y las frutas incrementaron su precio en 0,5%, mientras que las verduras volvieron a bajar, con un -0,4%.
La aceleración de los precios de los alimentos en la tercera semana de marzo fue un fenómeno aislado, ya que no se repitió en otras categorías de productos de consumo masivo. Sin embargo, su impacto es significativo debido a que las carnes y los lácteos explican aproximadamente el 70% del aumento de precios en las últimas semanas. Estos productos no solo son de consumo habitual para los argentinos, sino que también tienen un peso relevante en el cálculo de la inflación. A lo largo de las últimas cuatro semanas, el aumento promedio de los precios de los alimentos fue del 3,2%, impulsado principalmente por un incremento del 4,8% en las carnes y huevos, junto con un aumento del 3,4% en las verduras y 2,7% en las bebidas.
El informe de LCG también subrayó que la variación de precios de alimentos en las últimas semanas mostró una mayor dispersión, con algunos productos experimentando aumentos extremos, mientras que otros mantuvieron su estabilidad o incluso registraron bajas. Esto refleja una tendencia generalizada a la inestabilidad en los precios, que podría dificultar los esfuerzos del gobierno para mantener la inflación controlada durante el primer trimestre del año.

En cuanto a la incidencia de los aumentos de precios, se observó un incremento del 10% en el porcentaje de productos que aumentaron de precio en comparación con la semana anterior. A pesar de este repunte, el porcentaje de productos con precios estables permaneció por encima del 70%, lo que significa que una gran parte de los productos relevados no presentó cambios significativos. Sin embargo, este aumento en la proporción de productos con subas podría ser un indicio de que la presión inflacionaria sobre los alimentos se intensificará en las próximas semanas.
El informe también detalló que la aceleración en los aumentos de precios durante la tercera semana de marzo se produjo en un contexto de subas moderadas en otras categorías de bienes. Mientras que algunos productos como las carnes y los lácteos marcaron aumentos importantes, otros, como los aceites, los productos de panificación y las frutas, presentaron incrementos menores. En este sentido, la variación en los precios mostró una mayor dispersión, lo que implica que los consumidores podrían enfrentar situaciones distintas según el tipo de productos que consuman con mayor frecuencia.
A pesar de esta dispersión en los aumentos de precios, el informe de LCG deja en claro que los alimentos continúan siendo el principal motor de la inflación. El aumento en los precios de los productos alimenticios es una preocupación central para el gobierno, ya que un repunte sostenido de los precios en este sector podría obstaculizar la meta de reducir la inflación anual. Según el relevamiento, la inflación acumulada en las últimas cuatro semanas llegó al 3,4%, mientras que el promedio mensual en marzo fue de 3,2%, lo que representa una desaceleración en comparación con los incrementos registrados en enero y febrero.
En términos generales, las cifras reflejan una tendencia a la desaceleración en el ritmo de aumento de los precios, pero la aceleración en la tercera semana de marzo podría alterar este patrón. La preocupación se centra en que los aumentos de precios en sectores clave, como las carnes y los lácteos, puedan generar un efecto en cadena que eleve aún más el índice de inflación, complicando el panorama económico para los consumidores y el gobierno.