YPF tiene planeado invertir este año al menos USD 3.300 millones en sus operaciones en Vaca Muerta, un leve incremento respecto al 2024, y planea convertirse en el mediano plazo en una empresa enfocada totalmente en la producción no convencional. La punta de lanza será el petróleo, en lo inmediato, y el sueño de producir en la Argentina Gas Natural Licuado (GNL) con destino de exportación.
En la petrolera de mayoría estatal aseguran que sus planes no están en riesgo a pesar de la caída en los precios del barril de crudo, en medio de la guerra comercial que impulsó Donald Trump en los Estados Unidos y los temores por una recesión a nivel mundial. Ese proceso juega en dos frentes: los ingresos por ventas al mundo y los valores de referencia para el combustible en el mercado local de la compañía que concentra el 60% del despacho.
“Entre más alto sea el precio, más plata vamos a ganar. Pero esperamos que se mantengan los valores actuales y mejorar nuestra eficiencia para blindarse de cualquier movimiento”, dijo a Infobae una fuente de YPF al tanto del negocio y que espera que la Argentina supere en 2025 el récord de casi 847.000 barriles diarios de petróleo que se habían alcanzado en 1998. En el salto exportador será clave el proyecto que lidera la empresa junto a otros jugadores de la industria para construir un mega oleoducto entre Neuquén y Río Negro que permita mayor evacuación del shale oil.

La iniciativa “Vaca Muerta Sur” ingresó el viernes pasado oficialmente a los beneficios del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) por USD 2.900 millones. Desde enero avanzan con la movilización de contratistas, trabajos de movimiento de tierras y entrega de tuberías. La sociedad conformada por YPF, PAE, Vista, Pluspetrol, Pampa Energía, Chevron y Shell busca financiamiento de cinco bancos internacionales por unos USD 1.700 millones para financiar la construcción. Entre las entidades con las que hay conversaciones se encuentran Citi y JP Morgan, según explicó la fuente.
La construcción del oleoducto corrió peligro por las tensiones que generó la intención del gobierno de Alberto Weretilneck para que Río Negro cobre una regalía de entre 0,5% y 1% por las exportaciones generadas, algo que causó malestar entre las empresas socias. En YPF descuentan que en los próximos días habrá una resolución favorable: “Habrá un canon fijo por año, pero no será por los 30 años de la totalidad de la duración del proyecto. Vamos a llegar a un acuerdo lógico”.
YPF espera que la producción en Vaca Muerta continúe en crecimiento y buscará acelerar la inversión en esa formación. El año pasado la petrolera de mayoría estatal destinó en la Cuenca Neuquina USD 3.200 millones de un total de USD 5.041 millones. “En 2025 aspiramos a que la inversión en no convencional sea de al menos USD 3.300 millones, con foco en la producción. Ahí hay que tener en cuenta que la producción es mucho más eficiente y rentable”, comentaron desde la empresa.
En este contexto, YPF —líder del mercado argentino con cerca del 60% de participación en el despacho de combustibles— mantiene una política de precios alineada con las variaciones del Brent, una estrategia que explicó gran parte de los ingresos reportados por la compañía en 2024. Las demás petroleras suelen seguir los movimientos de la estatal.

En paralelo, YPF avanza con las charlas para materializar las tres fases que tiene en mente para el proyecto que bautizaron como “Argentina LNG”. La compañía consiguió los compradores necesarios para avanzar en la iniciativa y aspira a cerrar el primer trato en las siguientes semanas.
Las decisiones de negocios se dan en un contexto global complejo. El recrudecimiento de la guerra comercial, el temor a una recesión en Estados Unidos y las políticas impulsadas por Trump, entre otros factores, precipitaron una caída en el precio internacional del petróleo, llevándolo a tocar sus niveles más bajos en los últimos tres años.
El presidente de YPF, Horacio Marín, explicó en varias oportunidades que el mecanismo de actualización de los precios de la nafta y el gasoil se basa en una fórmula que evita variaciones abruptas para los consumidores argentinos, quienes “no están acostumbrados a esos movimientos”, según sus palabras. La petrolera de mayoría estatal aplicó en octubre una baja promedio del 1% en nafta y de 2% en gasoil, con el Brent en la zona de los USD 70 por barril, el primer recorte en casi seis años, pero luego aplicó aumentos todos los principios de mes.
En la empresa esperan a que termine marzo para determinar qué sucederá en abril, teniendo en cuenta la reducción en el ritmo del ajuste del tipo de cambio oficial y la postergación de la suba del impuesto a los combustibles. Un nuevo recorte en los precios puede ayudar al objetivo de perforar el 2% de inflación en abril o mayo que tiene el Gobierno de Javier Milei.
Un informe de la consultora PwC dirigido a inversores internacionales consignó que la Argentina podría alcanzar para 2030 un exportaciones de energía por USD 30.000 millones gracias al desarrollo de Vaca Muerta, un hito que pondría al sector al nivel de las divisas que genera el campo argentino e implicaría un alivio para un país que históricamente sufrió restricciones de oferta de dólares.