
A pesar del inicio oficial de la temporada de pesca de langostino en aguas nacionales el día de ayer, ninguna embarcación ha salido del muelle. El motivo, los altos costos y la baja de los precios internacionales
“La actividad pesquera, fundamental para el desarrollo económico de las provincias del litoral marítimo y para la generación de divisas, se encuentra paralizada debido a una crisis sin precedentes causada por una carga impositiva asfixiante y un marco laboral desactualizado que vuelve inviable la operatoria del sector”, indicaron un conjunto de cámaras del sector pesquero en un comunicado.
De acuerdo con las entidades, la industria pesquera argentina ha sido históricamente un pilar clave en la economía nacional, generando más de 46.000 empleos directos y exportaciones que, en 2024, superaron los 1.981 millones de dólares. Sin embargo, advierten que la falta de medidas para aliviar la presión fiscal sobre las empresas pesqueras y la negativa a modernizar un convenio colectivo de trabajo que no refleja la realidad actual de la actividad han llevado a un punto crítico a todo el sector.
Según lo informado por las cámaras, la pesca de langostino por la flota tangonera congeladora genera 600 millones de dólares en exportaciones, siendo la flota que mayor cantidad de divisas genera dentro de la industria pesquera: de los 2.000 millones de dólares que genera el sector, 600 millones corresponden a ella.
El comunicado fue emitido por el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA), la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA), la Cámara de Armadores de Poteros de Argentina (CAPA), la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa), la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura (Caabpa), la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera (AEPC), la Unión de Intereses Pesqueros Argentinos (Udipa), la Cámara de Frigoríficos Exportadores de la Pesca (Cafrexport) y la Cámara Argentino Patagónica de Industrias Pesqueras (Capip).
Las causas de la crisis
Las empresas del rubro aseguraron que la falta de una adecuación del convenio colectivo de trabajo impide adaptar las condiciones laborales a los desafíos actuales, generando costos que hacen inviable la operación de las embarcaciones. “Mientras que el costo internacional de una tripulación es el 33% de la producción de un barco/marea, hoy en la Argentina equivale al 60%”, indicaron.

Al mismo tiempo, el sostenido aumento en la carga tributaria, con retenciones elevadas y el incremento del mes pasado de los Derechos Únicos de Extracción (DUE), ha erosionado la competitividad de las empresas pesqueras argentinas en los mercados internacionales. Cabe aclarar, que los DUE se incrementaron 80% para los langostinos, pasando de 49,3 a 89 Unidades Pesqueras (UP) -cada unidad equivale a $1.244-.
“Se ha formado la tormenta perfecta sobre el sector pesquero”, afirmaron en la industria. “El problema es la conjunción de los temas: precios internacionales a la baja y costos en alza, con retenciones, derechos de extracción elevados, y mano de obra con un convenio acordado con condiciones de mercado de hace años que no tienen nada que ver con la realidad de hoy”, agregaron.
Frente a este panorama, las empresas han decidido no iniciar la temporada, ya que hacerlo bajo las condiciones actuales significaría operar a pérdida. Esta situación afecta gravemente a miles de trabajadores, tanto a bordo como en plantas de procesamiento, logística y toda la cadena de valor pesquera. Según la industria, por cada dólar que se pesca, el costo es de USD 1,21 por lo que han decidido no salir a pescar.
Desde el sector, solicitan a las autoridades nacionales una respuesta urgente y soluciones concretas para garantizar la continuidad de la actividad. “Es imperativo avanzar en la modernización del marco laboral y reducir la presión impositiva sobre la pesca, permitiendo así que la industria siga generando empleo y divisas para el país”, explicaron desde la industria. “Hacemos un llamado al diálogo con el Gobierno, los representantes sindicales y todos los actores involucrados para encontrar una solución que permita destrabar esta crisis y evitar un colapso que tendría consecuencias económicas y sociales irreparables”, cerraron.
Mientras tanto, en los puertos pesqueros reina la incertidumbre. Las embarcaciones continúan amarradas, los trabajadores aguardan respuestas y la industria permanece en vilo.