
En un contexto global marcado por desafíos económicos, incluyendo la corrección en curso en la bolsa norteamericana y el temor a una guerra comercial a causa de los anuncios y medidas de Donald Trump, varias naciones que enfrentaron crisis profundas están mostrando señales de recuperación y crecimiento sostenido, destacó en su más reciente columna en Financial Times el economista internacional Ruchir Sharma.
Sharma, chair de Rockefeller International, que presta servicios de manejo de activos y de riqueza y de banca de inversión a través de Rockefeller Global Capital Management, incluye en ese listado a la Argentina, Sudáfrica, Sri Lanka, Nigeria, Grecia y España, países que a su criterio implementaron reformas estructurales significativas “que están comenzando a rendir frutos”.
Del estrago a la austeridad
Impulsadas por la necesidad de superar estragos financieros, estas naciones, dice Sharma -autor de varios libros y exjefe de Estratega Global y Mercados Emergentes de Morgan Stanley, donde fue responsable del manejo de USD 25.000 millones en activos- introdujeron mejoras en los mercados bursátiles y en las condiciones crediticias y un cambio positivo en sus cuentas fiscales”,
Forzados a la austeridad, explica, “lograron revertir déficits fiscales históricos y, en muchos casos, se encaminan hacia un superávit primario por primera vez desde finales de la década de 2000. Este indicador, que excluye los pagos de intereses de deuda, es clave para evaluar la sostenibilidad financiera de un país”.

En todos esos país el PBI por habitante, pronostica Sharma, está listo para aumentar, tras haberse caído o estancado por años, y los mercados bursátiles lo reflejan, al punto de que en conjunto han superado 20% anual el índice global de acciones en los últimos dos años. Cada uno, cuenta Sharma, adoptó estrategias particulares.
- Grecia implementó recortes de gastos y aumento de impuestos que redujeron significativamente su deuda pública en relación al PBI, un logro notable, dado el historial de incumplimientos financieros del país desde su independencia.
- España recortó beneficios a algunos sectores y los aumentó para los más vulnerables, flexibilizó el mercado laboral y abrió puertas a la inmigración “en un momento en que gran parte de Europa endurece sus políticas migratorias”. Esas medidas, dice, redujeron el déficit fiscal y mejoraron la competitividad del mercado laboral español.
- Sri Lanka, tras su peor crisis económica en 2022, restructuró radicalmente su economía: eliminó subsidios, aumentó los impuestos sobre propiedades, herencias y el el sector del juego y logró estabilizar tras el colapso financiero.
- Nigeria eliminó al combustible y el aumento de la producción de petróleo mejoró los ingresos del gobierno y logró estabilizar su moneda, la naira, reduciendo la brecha cambiaria.
- De Sudáfrica, el autor destaca la “Operación Vulindlela”, un programa para eliminar obstáculos en infraestructuras clave como transporte, agua y energía eléctrica, lo que le permitió reducir apagones, mejoró la productividad y sentó las bases para un crecimiento sostenible a largo plazo.
- En la Argentina, dice, las reformas lideradas por el “controvertido economista” Javier Milei, incluyen grandes recortes al gasto público, generaron apoyos y críticas, en especial tras “un escándalo relacionado con criptomonedas” que lo dejó políticamente magullado (bruised).
Sharma destaca que en los últimos dos años la Argentina y Sri Lanka fueron los dos mercados mundiales de mejores resultados en dólares. Las calificaciones de riesgo, agrega, mejoraron en 4 de los 6 “nuevas estrellas económicas” y las dos excepciones -Sudáfrica y Nigeria- podrían también recibir mejores notas crediticias.

Abonado con análisis fuertemente cuantitativos, el autor contextualiza estos avances en lo que llama el “círculo de la vida”, en el que las crisis generan reformas impulsan la recuperación y llevan eventualmente la complacencia, hasta que reaparece el impulso reformista ante nuevos desafíos. Este patrón, dice, se ha repetido a lo largo de la historia y en los últimos 5o años se manifestó en las reformas de libre mercado en EEUU, Reino Unido y China tras la estanflación de los 70s, y transformaciones en economías emergentes como Brasil, México, Rusia y Turquía luego de las crisis de las décadas de los 80s y 90s.
Ese “ciclo”, explica, produjo, a raíz de la crisis de la eurozona, grandes cambios en España y Grecia, y los efectos de la pandemia forzaron más tarde cambios en la Argentina, Sudáfrica, Nigeria y Sri Lanka.
Anticipación, velocidad y disciplina
Además de seguirse entrenando como velocista (representó a su país natal, la India, en competencias atléticas internacionales, en 100 y 200 metros llanos), porque dice que le ayuda a mantener la disciplina que necesita un buen inversor, Sharma suele nadar contra la corriente.
A fines de 2023, por caso, destacó que China llevaba dos años perdiendo peso en la Economía mundial, citando cifras oficiales y denunciando que Beijing manipula los datos de inflación para exagerar el crecimiento “real” del PBI.

Además, a lo largo de 2024 fue advirtiendo sobre “la madre de todas las burbujas” (así la llamó) que a su juicio se estaba inflando en Wall Street, hasta que en una columna en Financial Times del 1 de diciembre pasado escribió que los activos de EEUU estaban “sobrecomprados, sobrevaluados y sobre-promocionados a un grado nunca antes visto”.
En particular, alertó sobre la excesiva valuación de las llamadas “7 Magníficas” (por Alphabet, Amazon, Apple, Microsoft, Meta, Nvidia y Tesla), cuyas ganancias atribuyó en buena medida a un factor artificial e insostenible: el altísimo déficit fiscal de EEUU.
“Todo héroe tiene una debilidad fatal; la de EEUU es su adicción a la deuda del gobierno: mis cálculos sugieren que en EEUU se necesitan 2 dólares de gasto federal para generar 1 dólar de crecimiento del PBI, un aumento del 50% sobre cinco años atrás. Si cualquier otro país estuviera gastando así, los inversores estarían huyendo, pero por ahora piensan que EEUU puede salirse con la suya”, escribió entonces.
La evolución reciente en Wall Street parece haberle dado algo de razón. Entre los picos de fines de 2024 y principios de 2025 y el cierre del viernes pasado la capitalización de “Las 7 Magníficas” cayó en conjunto de 19,4 a 15,3 billones (millones de millones) de dólares, un 21%, con el caso extremo de Tesla, que desde su pico de diciembre perdió un 43% de su valor de mercado. Solo entre mediados de febrero y el cierre del viernes, el índice Dow Jones perdió un 9%, el S&P 500 un 10% y el Nasdaq, el indicador más “tecnológico”, un 14 por ciento.
Resta ver si Sharma acierta en sus augurios sobre las 6 “nuevas estrellas económicas”.