
(Desde Washington, Estados Unidos) Una cuota preponderante de la atención política de Javier Milei está centrada en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero eso no implica que desatienda a otros jugadores globales que pueden aportar créditos multilaterales para sostener la viabilidad del programa de ajuste.
En este contexto, Ajay Banga llegará a Buenos Aires el dos de abril para desplegar una agenda que incluye a Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Milei y el presidente del Banco Mundial ya se encontraron hace unas semanas en Washington, DC, adonde hubo coincidencia ideológica y afinidades personales.
Banga recibió a Milei, Karina Milei, Manuel Adorni y Caputo con la mascota del banco: Tammy, que se mostró afable ante la comitiva oficial.

Es la primera vez que Banga visitará la Argentina -llegará desde Paraguay- y su objetivo es ratificar la agenda multilateral que tiene el Banco Mundial con la Casa Rosada. A Milei, el cónclave con Banga le permitirá explorar ciertas líneas de crédito de libre disponibilidad que podrían fortalecer las reservas del Banco Central, cuando se aguarda la apertura del cepo en los próximos meses.

La visita de Banga a Balcarce 50 ocurrirá al final de la negociación con el FMI. Argentina tiene respaldo político de Donald Trump, pero hay detalles técnicos que aún no están saldados con el Staff y menos aún con ciertos directores del board del Fondo.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, recibió a Caputo, Santiago Bausilli -titular del Banco Central- y José Luis Daza -secretario de Politica Económica- un domingo a la mañana. Un día antes, Milei se había reunido con Trump, y la cita en el Tesoro se enmarcó en el apoyo explicito de la Casa Blanca al gobierno libertario.
Bessent, Caputo, Bausilli y Daza hablan idéntico slang de Wall Street, y después de una hora de reunión, el secretario del Tesoro ratificó la voluntad de la administración republicana.
En esos días, principios de marzo, Bessent dialogó con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Georgieva entendió el mensaje.

El futuro programa del Fondo establecerá -en principio- un desembolso extra para sanear el balance del Banco Central a través de la compra de letras intransferibles, para aumentar sus reservas y cancelar deuda de capital con vencimientos entre 2026 y 2029, cercanos a los 27.000 millones de dólares.
Esta arquitectura financiera tiene consenso en el Staff, pero aún no hay precisión respecto al monto real de las letras del Banco Central que se adquirirán desde el Tesoro y a cuánto ascendería el plus para incluir en las reservas. .
A través de una resolución de la entidad crediticia, las letras intransferibles ahora implican un suma cercana a los 23.000 millones de dólares, con un vencimiento este año de 3.000 millones de dólares. Es decir, que el desembolso del FMI tendría un piso por ese monto.
Si finalmente ese es el número mágico para comprar las letras en 2025, el Banco Central tendría un aumento de las reservas brutas por 3.000 millones de dólares, más lo que finalmente se acuerde como partida nueva.
Dólares disponibles
Y a partir de este dato formal, en el presente ejercicio, la discusión entre Argentina y el Staff aún está centrada en la cantidad de dólares que podrían disponer Caputo y Bausili para arbitrar en el mercado financiero.
El FMI -Staff y Board- coinciden en la necesidad de abrir el cepo, pero no quieren que los dólares de la primera etapa del desembolso extra se vuelen apaciguando el tipo de cambio. Se trata de un acontecimiento económico que ya padecieron durante la gestión de Mauricio Macri.
En este contexto, el Fondo exige reformas estructurales -laboral e impositiva, por ejemplo- que Milei no haría durante un año electoral.

El presidente busca consolidar su capital político en 2025, y esas reformas significan acuerdos con gremialistas y gobernadores, que son maestros en el arte del toma y daca.
Es decir: el respaldo de Trump a Milei servirá para que el Fondo haga un desembolso extra para rescatar las letras intransferibles, fortalecer las reservas del Banco Central y facilitar los pagos de capital de los próximos cuatro años, entre otras consecuencias económicas.
A cambio, el gobierno continuará con su plan de ajuste -que implican cumplir con metas vinculadas a la inflación, emisión monetaria y déficit fiscal-, y utilizará los dólares del FMI -que son fungibles como toda moneda de curso legal- para ejecutar sus propios planes de coyuntura.
Será un mix con un número final que aún se está negociando entre el equipo de Caputo y el staff de Georgieva.