Claudio Zuchovicki en Infobae en Vivo: “El FMI es el más benévolo de todos los acreedores”

El economista analizó el acuerdo de la Argentina con el organismo internacional y su impacto en la estabilidad financiera. Explicó cómo influye en las reservas del Banco Central y qué diferencia al Fondo de otros prestamistas. También se refirió a la deuda y a la percepción del mercado

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El economista y especialista financiero dio su explicación respecto a para qué sirve acordar con el FMI

El economista Claudio Zuchovicki habló sobre el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco de la primera emisión del nuevo streaming Infobae en Vivo, donde analizó el inminente nuevo acuerdo de la Argentina con el organismo. Destacó que contar con ese respaldo es preferible a no tenerlo, aunque remarcó que no implica un cambio estructural en la economía.

En su intervención, explicó que la negociación con el FMI debe entenderse como un evento coyuntural que puede aliviar tensiones financieras en el corto plazo, pero sin modificar tendencias de largo plazo. Comparó este tipo de acuerdos con otros episodios que generan impacto momentáneo sin transformar la economía.

Es mejor tenerlo que no tenerlo”, afirmó, aunque aclaró que no altera el funcionamiento del sistema productivo ni el comportamiento de los consumidores. Para graficar su punto, mencionó el impacto de crisis anteriores y preguntó: “¿Ustedes cambiaron su manera de consumir o de trabajar después del CryptoGate? No. Es un evento. No cambia tendencias. El acuerdo con el Fondo es algo parecido”.

Cambio de acreedor y la importancia de las reservas

Uno de los aspectos que Zuchovicki analizó fue el impacto del acuerdo en la estructura de la deuda argentina. Explicó que el país sustituye un acreedor por otro, pero sin incrementar el nivel de endeudamiento.

“Antes le debías al Banco Central, ahora le debés al Fondo”, señaló. Indicó que la diferencia radica en la calidad del acreedor, dado que el FMI no opera con la misma lógica que los bonistas privados. “El Fondo te puede pedir algunas condiciones, pero es el más benévolo de todos los acreedores”, afirmó.

En su explicación, comparó la relación con el FMI y con los bonistas del mercado. Mientras el FMI aplica revisiones cada tres meses o un año, los tenedores de bonos juzgan minuto a minuto el estado de la economía a través del riesgo país. Según su análisis, esa presión constante hace que los bonistas sean más exigentes que el FMI.

Claudio Zuchovicki analizó un eventual
Claudio Zuchovicki analizó un eventual desembolso del Fondo y destacó su impacto en las reservas

“Cuando vos tenés deuda en bonos, te analizan todo el tiempo con la cotización de los bonos. El FMI, en cambio, te audita en períodos más largos y te da margen de negociación”, sostuvo. Para enfatizar su punto, ironizó sobre la postura del organismo en los casos en los que Argentina incumplió compromisos previos: “Cada vez que no cumplimos, el FMI dice ‘es la última vez que no me cumplís’ y después te da dos años más para hacer los deberes”.

Además, remarcó que el cambio en la estructura de reservas es un factor importante para el mercado. Enfatizó que el acuerdo implica que el Banco Central reciba dólares físicos, lo que fortalece su posición. Según su explicación, Argentina ha informado durante años la diferencia entre reservas brutas y reservas netas porque una parte de esos activos estaba en bonos intransferibles.

“Ahora esos dólares van a ir físicamente al Banco Central y eliminan la deuda con esos bonos. El gobierno consigue dólares líquidos y mejora su posición, lo que da mayor previsibilidad al mercado”, señaló. Explicó que esto puede contribuir a reducir la incertidumbre cambiaria, ya que la disponibilidad de reservas suele ser un factor clave para evitar saltos bruscos en el tipo de cambio.

Deuda externa, bonistas y percepción del mercado

El economista también se refirió al volumen total de la deuda argentina y relativizó la importancia del FMI dentro de ese esquema. Comparó los USD 45.000 millones que Argentina debe al Fondo con el total de la deuda pública, que supera los USD 400.000 millones.

La deuda con el Fondo es solo una parte del problema”, afirmó. También mencionó que el blanqueo de capitales realizado en años anteriores representó USD 23.000 millones, lo que equivale a la mitad de lo que el país adeuda al FMI.

Según Zuchovicki, el organismo se convirtió en una bandera política, aunque históricamente Argentina no cumplió con sus exigencias. “¿El Fondo qué te dice cada vez que no podés cumplir? ‘Es la última vez que no me cumplís’. Pero después te da más plazo”, reiteró.

También destacó que el mercado estuvo atento al acuerdo por la incertidumbre que generaba su retraso. Explicó que la falta de definiciones sobre la negociación con el FMI generó cierta inestabilidad en los mercados financieros, aunque el gobierno buscó calmar esas tensiones con la promesa de que el Banco Central reforzaría sus reservas.

Para ilustrar la importancia de la confianza en la economía, Zuchovicki utilizó una analogía con el sistema financiero. Comparó la solidez de un banco con la percepción de seguridad que brindaban las grandes entidades en el pasado. “Antes, un banco tenía que ser un edificio imponente, con arañas de cristal y mármol. Eso generaba confianza. Hoy, la solidez se mide por el capital que tenés”, explicó.

El impacto en la economía y la estabilidad cambiaria

Otro punto que abordó fue la relación entre el tipo de cambio y la inflación. Descartó que una devaluación por sí sola pueda ser una solución y advirtió que en un contexto inflacionario los precios tienden a ajustarse rápidamente.

“Si Argentina devalúa, ¿qué se creen que pasa con los precios? Suben. Y si suben otra vez, va a quedar atrasado”, señaló. Destacó que la única manera de evitar este círculo vicioso es lograr una reducción de costos en dólares.

Según su análisis, los altos costos que enfrenta la economía argentina no dependen solo del tipo de cambio, sino de factores como la carga fiscal y el costo laboral. “Cuando alguien me pide una devaluación, yo le pregunto: ‘¿Por qué?’. Y la respuesta suele ser ‘porque el salario es caro en dólares’. Ah, entonces me tenés que decir que yo tengo que ganar 300 dólares de nuevo”, comentó.

El economista concluyó su análisis enfatizando que la clave para mejorar la competitividad no es solo el tipo de cambio, sino la reducción del gasto público y la baja de impuestos. “Hoy, el gasto público es del 32% del PBI y ya genera superávit fiscal. Si la economía crece, esa proporción va a mejorar”, explicó.