
En el mercado sobrevuela la certeza de que en los últimos días el Banco Central reforzó la intervención en el dólar contado con liquidación a través de ventas directas para esterilizar los pesos que emitió para comprar dólares de la exportación. Esa misma regla de emisión establecida a mitad del 2024 le daría un “margen” adicional de poder de fuego de unos USD 5.300 millones, de acuerdo a estimaciones privadas.
Una de las consultoras que mide diariamente cuáles es el nivel de intervención al observar cuál es el volumen de operaciones de Bonar y Global 2030, los dos bonos más utilizados para hacer “contado con liqui”, señaló que en el inicio de la semana hubo un monto operado por USD 130 millones. “Es un valor atípicamente elevado”, mencionó Portfolio Personal Inversiones (PPI).
“Cabe destacar que este monto es menor al operado el lunes y martes pasado (USD 153 millones y USD 167 millones), que fueron las dos ruedas posteriores al criptogate. Esta intervención sirvió para que los dólares financieros MEP y CCL aumenten solo 0,4% a $1.212 y 0,1% a $1.215, respectivamente”, apuntó esa consultora financiera. Esos 130 millones de dólares de esta semana no son aún los picos de las últimas semanas: en enero llegó a haber un volumen de operaciones de casi USD 250 millones y en distintas jornadas por encima del USD 200 millones.
El mecanismo por el que el BCRA puede intervenir en el CCL es a través de una regla de emisión monetaria que puso en marcha en la segunda mitad de 2024, como parte de la Fase 2 del plan económico y luego de una volatilidad cambiaria que llevó a la brecha a la zona del 50% en medio de una caída persistente de reservas internacionales.
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Esa regla restrictiva prevé que el BCRA debe esterilizar los pesos que usa para comprar en el mercado oficial las divisas que se liquiden a través de exportaciones. Y para eso vende en el mercado CCL parte de los dólares adquiridos. Por la diferencia de valores entre el oficial y el financiero, el Central termina por vender menos dólares de los que compró.
La cuestión es que la autoridad monetaria tiene discrecionalidad para concretar esas ventas en el CCL, por lo que al no tratarse de una regla automática, hay dólares comprados en el mercado oficial por el BCRA que todavía “deben” ser vendidos en el dólar financiero para esterilizar esos pesos. El presidente Javier Milei hizo referencia a unos USD 5.000 millones aún no esterilizados.
Un informe privado hizo un cálculo similar. “Entre julio de 2024 y febrero de 2025 el BCRA compró USD 7.382 millones y se utilizaron cerca de USD 2.000 millones para intervenir en el CCL durante ese período. En el neto hay compras ‘por encima de la regla de emisión cero’ por USD 5.300 millones”, estimó PxQ. De todas formas, la consultora que fundó Emmanuel Álvarez Agis agregó como dato que en ese período el Central le vendió al Tesoro USD 11.795 millones para que afronte pagos de deuda, de los cuales quedan USD 2.400 millones en esa cuenta.
Otra forma de intervención, más directa, es la que prevé el dólar blend, a través del cual el Gobierno destina el 20% de los dólares liquidados en el mercado oficial hacia el mercado contado con liquidación, y que es objetado por el Fondo Monetario Internacional al ser señalado como uno de los elementos que privan al Central de acumular más reservas. A propósito, en un informe reciente, la consultora 1816 había intentado explicar por qué a pesar del saldo comprador habitual del Banco Central, las reservas seguían en terreno muy negativo.
Según el cálculo de esa consultora, con datos hasta la primera semana de este mes, el saldo neto negativo se debe a pagos de deuda realizados directamente con reservas, debido a que el Gobierno aún no accedió a financiamiento en el mercado internacional, por un monto cercano a USD 1.139 millones, incluyendo pagos al Fondo Monetario Internacional. A esto se sumó una caída de USD 1.864 millones en los encajes -la fracción de los depósitos que se mantiene en el Banco Central- y otros factores, entre ellos la intervención en el mercado de contado con liquidación por USD 772 millones.
La cuestión de los depósitos en dólares es relevante porque determina cuántos encajes suman a las reservas brutas del Banco Central y cuál es el margen para que crezca el crédito en dólares, algo que el Gobierno busca promover como parte de su estrategia para remonetizar la economía con moneda extranjera. Además, ese mismo mecanismo define si el Banco Central puede incrementar reservas mediante esta vía, ya que por normativa, estos préstamos se liquidan en el mercado oficial.
Sobre las causas de la caída en los depósitos, la consultora 1816 identificó tres factores: retiros de efectivo por ventanilla en sucursales bancarias, pagos de tarjetas -en enero el saldo de deuda con tarjetas en dólares superó los niveles récord de 2018- y el uso de saldos de dólar MEP por parte de importadores, algo que el Banco Central autorizó desde fines de noviembre.
En ese contexto, 1816 señaló que mientras los depósitos en dólares se reducen, los préstamos en moneda extranjera -excluyendo el financiamiento con tarjetas de crédito- siguen aumentando. Este fenómeno, impulsado ahora por el ritmo de devaluación mensual del 1%, explica la totalidad de las compras de divisas realizadas por el Banco Central en el mercado oficial desde mediados de agosto.