Por la caída de la inflación y la baja de tasas, los préstamos personales se triplicaron en el último año

El stock de créditos personales en pesos registró un crecimiento interanual real del 204%, según datos del Banco Central

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No solo crecieron los préstamos
No solo crecieron los préstamos personales; los créditos hipotecarios y prendarios también registraron aumentos interanuales reales del 84,9% y 95,1%, respectivamente (Franco Fafasuli)

Los últimos doce meses han sido particularmente dinámicos para el sector financiero. Cuando asumió el gobierno de Milei las tasas de interés de referencia superaban el 100%, se imponía un piso para diferentes productos (como los plazos fijos) y se especulaba con posibles subas de tasas, con el fin de “absorber” pesos sobrantes del mercado.

Hoy, la tasa de política monetaria efectiva anual es del 33,63%, no hay un piso que deban respetar los bancos y no se descarta que a lo largo del año las tasas sigan bajando, acompañando la presunta desaceleración de la inflación.

Lo que está claro, es que las reglas de juego cambiaron y con ello, la oferta y demanda de casi todos los productos financieros. Un fiel ejemplo de esto es el resultado que muestran los préstamos personales en pesos otorgados por las entidades financieras. Según el último informe monetario mensual del Banco Central (BCRA), el dinero destinado a ese fin creció de $2,01 billones a $10,7 billones entre enero de 2024 e igual mes de 2025, lo que significó un aumento interanual real (descontando el efecto de la inflación) del 204%.

El panorama económico

Según el economista Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, el “boom” de créditos personales está directamente asociado a la baja de las tasas de interés. “El recorte de la tasa de política monetaria no es un incentivo como para que los bancos se queden en letras. Entonces, parte de esas letras pasan a encajes y lo prestan al sector privado”, explicó.

Ahora bien, ¿Qué destino toman los pesos que se vuelcan a los préstamos personales? Según Di Pace, el sector privado tiene demanda de crédito para muchos productos. “Si bien están creciendo los préstamos personales, también están creciendo los hipotecarios, los destinados a bienes durables como autos o motos. Dentro de lo que es créditos personales se toman para diferentes necesidades de consumo”, observó.

El consumo comenzó a dar
El consumo comenzó a dar señales de recuperación en la evolución mensual (Reuters)

“La mayor demanda se está volcando a bienes durables, como autos, motos, artículos para el hogar, electrodomésticos, telefonía y demás. Todos esos rubros necesitan de esa clase de créditos y vienen creciendo”, insistió el economista.

Por el lado del sector financiero, el economista entiende que los bancos están encontrando un buen nivel de rendimiento con los préstamos personales, aunque consideró que a futuro la competencia podría ser mayor. “A lo largo de este año vamos a tener más recorte de tasas y más baja de tasas para el financiamiento para estos fines”, opinó.

Crecen todos los préstamos

Si bien el crecimiento de los préstamos personales fue llamativamente alto, lo cierto es que todas las líneas de crédito aumentaron en el último año. En este sentido, resulta interesante mencionar el caso de los créditos hipotecarios, que tuvieron un crecimiento real del 84,9% en el monto prestado, comparando enero de 2024 con igual mes de 2025.

También se incrementó el valor financiado en créditos prendarios (95,1%), en “documentos” (99,9% de alza), en “adelantos” (72,2%) y con tarjetas de crédito. En este último caso, el monto total financiado pasó de $5,1 billones a $14,9 billones, lo que significó un incremento real interanual del 66,8%.

En tanto, los préstamos considerados dentro del rubro “otros” tuvieron un aumento de demanda del 105,7%, según el informe monetario mensual del BCRA.

En total, los préstamos al sector privado no financiero pasaron de $15,6 billones otorgados en enero de 2024 a $54,2 billones entregados en igual mes de este año. La diferencia fue del 246,7% en términos nominales, pero al tener en cuenta el efecto de la inflación, se obtiene una diferencia del 98,7%. Eso significa que el volumen de dinero otorgado por préstamos prácticamente se duplicó en el último año.