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La reactivación de los créditos hipotecarios UVA marcó un punto de inflexión en el mercado inmobiliario en 2024, con más de 11.000 préstamos otorgados y un monto promedio de USD 75.000 por beneficiario, el mejor desempeño desde 2018 confirmó un análisis de la Fundación Tejido Urbano.
Si bien comenzó desde su punto más bajo, este tipo de línea de préstamos repuntó fuertemente en la segunda mitad del año y dejó lecciones importantes para su sostenibilidad futura.
La reactivación económica fue un factor clave. Un inicio de año caracterizado por la desconfianza y la inestabilidad económica —en el cual no se lanzaron líneas de crédito significativas hasta abril—, dio paso en el segundo semestre a un crecimiento mensual sostenido.
Según el análisis, “durante los primeros seis meses, la actividad hipotecaria fue prácticamente nula”, mientras que el segundo semestre marcó un dinamismo notable.
Un contexto desafiante y cambios estratégicos
El panorama económico influyó considerablemente en el comportamiento del mercado. Una combinación de alta inflación, altas tasas y un mercado financiero poco activo habían llevado al sector hipotecario a mínimos históricos.

Sin embargo, la menor demanda crediticia del gobierno al sistema financiero liberó capacidad de financiamiento y el enfoque oficial contribuyó a acallar los discursos que consideraban al esquema UVA como “un problema a resolver”.
El director ejecutivo de la Fundación Tejido Urbano, Fernando Álvarez de Celis, explicó a Infobae que tanto las entidades financieras como los tomadores ya estaban familiarizados con el modelo implementado entre 2016 y 2019, lo que facilitó una adopción más fluida en esta nueva etapa. Sus palabras subrayaron que “no fue necesaria una curva de aprendizaje significativa”, lo que aceleró el proceso de implementación una vez que las condiciones comenzaron a mejorar.
Mercado inmobiliario y economía
El resurgimiento de los créditos hipotecarios tuvo un impacto directo sobre el mercado inmobiliario, incrementó tanto la demanda como las transacciones. Las estadísticas reflejan que durante diciembre de 2024 se concretaron un 68% más de escrituras en comparación con el mismo mes del año anterior, y alcanzaron el nivel más alto de actividad inmobiliaria en los últimos siete años.
“El blanqueo de capitales también jugó un rol complementario, ayudó a consolidar el repunte del sector”, comentó Álvarez de Celis, quien además señaló que estos factores combinados lograron darle vitalidad a un mercado que venía de años de estancamiento.
A pesar de este incremento considerable en las operaciones, el experto aclaró que los precios se mantuvieron “estables en términos generales”, salvo en algunas zonas con mayor demanda específica.
Perfil de los tomadores de crédito y el futuro
En relación con los tomadores actuales en comparación con ciclos anteriores, Álvarez de Celis destacó un cambio importante: “La falta de crédito en períodos anteriores llevó a varias familias a aprovechar esta nueva oportunidad, conscientes de lo difícil que había sido el acceso en el pasado”.
Asimismo, el amplio inventario de inmuebles disponibles permitió a los compradores evaluar diversas opciones dentro de un mercado abundante.
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No obstante, las proyecciones futuras para los créditos hipotecarios UVA no están exentas de desafíos. Desde el último trimestre de 2024, se registró un aumento gradual en las tasas de interés por parte de los bancos, lo que genera incertidumbre en torno al esquema. Si bien hasta el momento el impacto sobre la demanda ha sido limitado, “existe el riesgo de que esta tendencia complique el acceso al financiamiento en el mediano plazo”, alertan expertos.
Álvarez de Celis también señaló que la securitización de estos créditos podría ser clave para garantizar su continuidad a largo plazo, permitiendo a los bancos transferir estas carteras a entidades que puedan asumir préstamos de mayor plazo. Sin embargo, advirtió que aún queda pendiente superar los niveles alcanzados en mejores épocas, como durante los años 1996-1997, cuando el crédito hipotecario en Argentina tuvo uno de sus momentos más sólidos.
Dinamismo
Los monoambientes por menos de USD 60.000, los departamentos de dos ambientes por debajo de USD 80.000 y las casas de tres ambientes por menos de USD 100.000 fueron las propiedades más vendidas mediante créditos hipotecarios, especialmente en CABA y la provincia de Buenos Aires.
Estas unidades, por su valor y tamaño, se consolidaron como las opciones más buscadas por quienes accedieron al financiamiento.
Según Lisandro Cuello, experto inmobiliario, la demanda de propiedades sigue activa y las consultas continúan, aunque la estacionalidad impactó en una leve desaceleración en los últimos meses. “Sin embargo, se espera que la actividad recupere impulso después de marzo, cuando suelen concretarse más operaciones tras la reactivación económica del primer trimestre”.
La mayor parte de los compradores que acceden a créditos hipotecarios son quienes cuentan con más del 30% del valor del inmueble en ahorros propios.
“Este respaldo les permite cumplir con los requisitos bancarios y afrontar los gastos adicionales asociados a la compra, como impuestos, escrituración y comisiones, lo que facilita la aprobación del financiamiento”, concluyó Cuello.