
La afinidad ideológica y política del presidente argentino, Javier Milei, con el de EEUU, Donald Trump, que ayer sábado volvió a manifestarse en la reunión de CPAC, una agrupación conservadora, en un evento en Maryland, un estado contiguo a Washington DC, genera expectativas a varias puntas: desde un más rápido y favorable trato con el FMI hasta acuerdos en materia comercial y de inversiones que mejoren el acceso de productos argentinos al mercado norteamericano, generen una nueva ola de inversiones y ensanchen el liderazgo que la potencia del Norte ya tiene como principal inversor extranjero en la Argentina.
Milei dijo allí que de no ser por el Mercosur su gobierno ya estaría negociando un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) con EEUU y que la Argentina quiere ser el primer país en sumarse a la propuesta trumpista de “aranceles recíprocos”; esto es, que el intercambio bilateral se rija por el principio de igual nivel tarifario recíproco para un mismo producto, algo que también chocaría con el “Arancel Externo Común” que implica la pertenencia al bloque sudamericano.
Más allá de las expectativas en torno del ALC como objetivo de máxima, deben tenerse en cuenta ciertas barreras institucionales a la concreción e implementación de un trato de ese tipo, que para entrar en vigencia debería ser ratificado tanto por el Congreso argentino como por el de EEUU. Además, para negociar ALCs el jefe de la Casa Blanca debe tener del Congreso de su país lo que se conoce como “Autoridad de Promoción Comercial” (más conocida como Fast-Track), y la última autorización de este tipo expiró en julio de 2021.
Lo cierto es que, por ahora, Trump anunció aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, perjudicando a empresas argentinas como Tenaris, del grupo Techint, y Aluar, que abastecía apenas el 4% del consumo de aluminio por parte de EEUU. La importación por parte de EEUU de esos productos está sometida a cuotas y protocolos de monitoreo conocidos como SIMA (Steel Imports Monitoring & Analysis) y AIM (Aluminium Imports Monitoring).
Aranceles a destiempo
Cabe recordar que, semanas atrás, cuando le preguntaron si podía eximir a la Argentina del sobrecargo al acero y al aluminio, Trump respondió que no, señalando “tenemos un pequeño déficit con la Argentina”. En 2024, producto del desplome de las importaciones por la caída del nivel de actividad, la Argentina tuvo un superávit bilateral de USD 229 millones con EEUU. Ese ínfimo saldo a favor contrasta con un historial de más de USD 46.000 millones de déficit en el intercambio con el gigante del norte entre 2008 y 2023. Esto es, durante los mandatos de los cuatro gobiernos argentinos que precedieron al actual, como muestra la infografía en base a datos del Trademap del International Trade Centre.
En el mismo período, EEUU tuvo también más de USD 88.000 millones de superávit bilateral con Brasil, otro miembro del Mercosur alcanzado por el sobre-arancel a las importaciones de aluminio y acero, que empezará a regir a partir del 12 de marzo.
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Por otra parte, las principales dificultades de acceso de productos argentinos al mercado norteamericano no se deben al nivel arancelario (que en promedio en EEUU es inferior al 3%, uno de los más bajos del mundo), sino con las llamadas “barreras no arancelarias”, una compleja madeja de regulaciones y recursos que tienen a mano las empresas y lobbies de ese país para dejar fuera de fuego a competidores extranjeros molestos alegando competencia desleal, incumplimiento de estándares ambientales o fitosanitarios, etc y logrando a menudo la imposición de cuotas, “aranceles compensatorios”, cargos “antidumping” o un combo de esas limitaciones.
Esos fueron los métodos con los que a partir de 2017 se impidió el acceso del producto que la Argentina más exportaba a EEUU: biocombustibles.
Las ventas en volúmenes importantes de biocombustible argentino a EEUU habían empezado en 2015, pero no tuvieron mucho recorrido. A principios del 2017, la National Biodiesel Board, un lobby de productores norteamericanos, hizo un pedido de investigación, en septiembre de 2017 logró medidas a favor del entonces gobierno de Trump, que entre un “arancel compensatorio” y cargos “antidumping” impuso al producto argentino una barrera imposible de saltar. En 2018 la “Corte de Comercio Internacional” de EEUU dejó en firme esa barrera, que sigue vigente y sacó del mercado a los biocombustibles argentinos.
Temas comerciales pendientes
“Los temas comerciales pendientes con EEUU son derivados del primer gobierno de Trump, que impuso derechos compensatorios y antidumping, por subsidios inexistentes, gue totalizan 150 por ciento. El biodiesel era el principal producto de exportación de la Argentina en ese momento. La Argentina perdió USD 1.800 millones por año. Se hicieron muchísimas gestiones pero nunca se pudo recuperar ese mercado, que sigue cerrado”, dijo Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC, entidad que agrupa al grueso de los agroexportadores de la Argentina.
El segundo producto en valor al que EEUU le pone barreras insuperables o muy altas es el aceite de soja. “La Argentina hace un aceite de soja con métodos renovables, sustentables, con certificación y de a poco va creciendo en ese mercado, pero hay derechos de importación muy altos, del 17%, que en comparación los productos de Canadá implican una dificultad de acceso. Esos son los dos principales productos de exportación de Argentina a EEUU: uno no puede ingresar y el otro tiene dificultades para crecer en ese mercado. Si Milei avanza en algún tipo de acuerdo comercial, estos dos productos deberían ser los primeros con desgravación total para acceder al mercado americano”, agregó Idígoras a Infobae.
Desde esa desventura comercial con EEUU, precisó un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, la producción argentina de biodiesel cayó, desde su máximo alcanzado en 2017, un 60% en volumen, a contramano de la producción mundial, que en el mismo periodo creció un 75 por ciento.
”Tenemos alta expectativa de que se reabra un mercado tan importante para el sector de biocombustibles y para la cadena de soja de la Argentina como el de EEUU”, dijo Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio).
Otras fuentes del sector señalaron que sería bueno lograr de EEUU un acuerdo similar al que la Argentina tuvo con la Unión Europea y que permitió el acceso de hasta 1,2 millones de toneladas anuales de combustible argentino a ese mercado. “Una opción sería replicar algo parecido con EEUU”, agregó un observador.
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Ni dulces ...
Otro producto argentino al que lobbies norteamericanos, con la ayuda de la legislación y el gobierno de su país, pusieron trabas es la miel, aunque de todos modos EEUU sigue siendo el principal destino de las exportaciones argentinas de miel, por un valor aproximado a los USD 100 millones anuales.
El principal exportador argentino es la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), una cooperativa de segundo grado que agrupa a más de 140 cooperativas de todo el país. Ya en el año 2000 la Argentina había enfrentado una denuncia antidumping de apicultores y empresas del centro y norte de EEUU (principalmente de las Dakotas, Iowa y Kansas), que lograron sacarla del mercado norteamericano durante cinco años, hasta 2005.
El lobby apicultor volvió a la carga con una nueva denuncia en 2023 y en 2024 el gobierno de EEUU re-impuso aranceles antidumping que actualmente encarecen el acceso de la miel argentina en un promedio del 16%, aunque en algunos casos el sobrecargo puede llegar al 24%, precisó Sergio Gérez, gerente de exportaciones de ACA.
... ni ácidos
Otro sector que desde hace décadas enfrenta barreras, cuotas y diferentes dificultades de acceso al mercado de EEUU son los cítricos y, en particular, el jugo concentrado de limón, al punto que el mes pasado el gobierno argentino creó un sistema de monitoreo de exportaciones de jugo de limón a EEUU , con el objeto de " “garantizar el cumplimiento del Acuerdo de Suspensión” de la Investigación de Derechos Antidumping al jugo argentino firmado en 2016 y renovado en diciembre de 2024.
El monitoreo abarca el 100% de las exportaciones anuales de concentrado de limón que van a EEUU y solo pueden exportar las empresas que firmen el “Acuerdo de Suspensión”. Este compromiso defensivo alcanza a unas 15 empresas argentinas, afecta principalmente a la provincia de Tucumán y, en menor medida a las provincias de Salta, Jujuy y Corrientes, aunque las empresas procesadoras están mayormente concentradas en Corrientes y de Entre Ríos.
EEUU llegó a imponerle al limón argentino aranceles de más del 100%, suficiente para llevar a la Argentina al reciente “Acuerdo de Suspensión” que fija precios mínimos de exportación. Al menos el 85% del jugo exportado debe respetar esos valores, so pena de que EEUU vuelva a introducir sus prohibitivos aranceles antidumping.
Posibilidades
Un reciente estudio de la Fundación INAI (Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales) sobre las “oportunidades” para la agroindustria argentina en un Acuerdo de Libre Comercio con EEUU recuerda que EEUU es uno de los países con más acuerdos comerciales tiene; cuenta actualmente con 14 en vigor: República Dominicana / Centroamérica, Corea, Australia, Bahréin, Chile, Israel, Colombia, Jordania, Marruecos, Omán, Panamá, Perú, Singapur y el USMCA con México y Canadá.
Además, desde hace décadas Washington adoptó un Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) mediante el cual autoriza la importación libre de aranceles de 3.500 productos de 120 países en desarrollo, sistema al cual Argentina fue reincorporada en 2018, pero el SGP caducó a fines de 2020 y desde esa fecha está en el Congreso de los EEUU bajo análisis de una nueva posible extensión, Históricamente, la principal limitación para ese beneficio era que un país debía tener un PBI per cápita inferior a cierto nivel. El gobierno de Joseph Biden intentó cambiar ese criterio imponiendo nuevas métricas ambientales, fitosanitarias e incluso “de género”, pero no tuvo éxito. El SGP sigue estando inactivo.
El trabajo del INAI enumera 13 familias de productos en los cuales podría tener nuevas oportunidades comerciales en EEUU, a saber: preparaciones alimenticias, vinos, carne bovina, biodiesel, papas congeladas, chocolates y preparaciones alimenticias de cacao, miel, aceite de oliva, aceite esencial de limón, limones frescos, jugos cítricos, mosto de uva, artículos de confitería sin cacao y aceite de girasol.
En vino, por ejemplo, en 2023 EEUU importó en total USD 4.883 millones, de los cuales la Argentina explicó cerca del 4% (poco menos de USD 200 millones), enfrentando competidores de la talla de Francia (que absorbe el 32,7%) e Italia (31,7%). El arancel promedio oscila entre 5,3 y 19,8 centavos de dólar por litro y recientemente el mosto de uva argentino (que se usa para producir vino, pero también como endulzante) afrontó otra acusación de dumping en EEUU.
De carne bovina fresca o refrigerada, EEUU importa unos USD 4.300 millones anuales, de los que la Argentina aportó, en 2023, USD 128 millones (casi exactamente el 3%), entre USD 46 millones de carne fresca y USD 82 millones de carne congeladas. La limitación que encuentra allí la Argentina para los cortes más valiosos es una cuota de 20.000 toneladas anuales. Superado ese nivel se aplica un sobre-arancel del 26,5 por ciento.
Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI) y cabeza del capítulo argentino de la Cámara de Comercio Internacional señaló que una posibilidad que podría seguir Milei es un acuerdo comercial limitado a ciertos productos y vinculado a la garantía de inversiones norteamericanas en esos mismos sectores en la Argentina, para impulsar, por caso, las exportaciones de energía y minerales críticos (en agosto de 2024 se firmó un preacuerdo “Estratégico” al respecto).
Elizondo recomendó prestar también atención a un aspecto de la gestión trumpista que podría beneficiar comercialmente a la Argentina, la iniciativa de desregulaciones y reducción del gasto a cargo de Elon Musk. Hay que tener en cuenta –concluyó el experto- que entrar al mercado de EEUU “es más difícil por las regulaciones que por los aranceles (ambientales, fitosanitarios, de seguridad, de trazabilidad, etc)” por lo que habrá que seguir con atención la tarea del hombre más rico del mundo, al que en su visita a EEUU Milei le regaló una muy simbólica motosierra.
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Guido D’Angelo, de la Bolsa de Comercio de Rosario, señaló posibilidades nuevas en sectores como arándanos, en el que la producción argentina funciona a contraestación de la norteamericana. Al respecto, en agosto de 2024 el Senasa certificó la primera exportación de una partida de 4 toneladas de arándanos producidos en Entre Ríos “con tratamiento cuarentenario en origen”, con destino a EEUU.
D’Angelo también apuntó al aumento de los cupos de exportación de carne vacuna fresca (actualmente en 20.000 toneladas) y recordó que la Argentina abastece actualmente cerca de la mitad de las importaciones norteamericanas de carbonato de litio (arancel del 4%) y en cinco años más podría producir también cobre, para el cual EEUU “puede ser un mercado muy interesante”. El economista y analista de la bolsa rosarina puntualizó también que EEUU es el principal destino de las exportaciones de nueve provincias argentinas (ver mapa, arriba), incluidas todas las de la Patagonia.