![Todas las medidas tomadas a](https://www.infobae.com/resizer/v2/OBY5463OKJHKNHLL6IZU7CZVVY.jpg?auth=8dcfe50c401b0633959c5f0a0f0d6abd57d34a583196fd8e93797131204bbb78&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
La decisión del gobierno de bajar la incidencia del impuesto interno en el precio de los autos cero kilómetro puede ser tomada como la medida de mayor impacto que el Estado haya tomado en mucho tiempo, para que más argentinos puedan acceder a un auto nuevo.
Si bien eliminar la escala 1 y reducir el 50% de la alícuota en la escala 2 únicamente benefició a quienes pueden comprar un vehículo de más de $42.000.000, este impuesto fue el más distorsivo de todos los que se aplicaron en los últimos 15 años sobre el mercado automotor y el que para los involucrados debía eliminarse en primer término, ya que era el que impedía el avance tecnológico del mercado.
Pero esa medida no fue asilada, tuvo que ver con otras decisiones que se fueron tomando durante 2024, y será complementada por las que todavía se esperan para el resto del año. El conjunto de todas estas medidas, no sólo impositivas sino también estructurales, deberían generar el esperado “efecto dominó” que busca el gobierno para lograr una baja de precios cercana que, idealmente, debería ser cercana al 20% para fines de 2025.
El gobierno pretende llegar a una estructura de precios por la cual los autos que hoy cuestan entre 22 y 23 millones de pesos, pudieran costar no más de 18 millones de pesos. Es imposible bajarlos a ese precio a lo largo del año porque aunque se redujeran los impuestos, rápidamente los precios volverían a subir por efecto de una inflación proyectada cercana al 24%. Así, una cosa terminaría neutralizando la otra y lo que baja por un lado sube por el otro. Sin embargo, si la industria automotriz aumentara menos que el índice de inflación, como ocurrió en 2024, quizás podría lograrse que los cero kilómetro más accesibles cuesten cerca de $20.000.000 en diciembre de 2025.
![Las reuniones de los funcionarios](https://www.infobae.com/resizer/v2/QCLQTLWA2BDQ3I6EGJQWGA44XI.jpg?auth=a91a5e770dd054da7a5e9e47150bddbb792937e5b459f63265807d6b78c312e3&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
“Ese es el objetivo del gobierno”, señalaron fuentes del sector que participan habitualmente de las reuniones de trabajo que se realizan entre distintos funcionarios con los representantes de las marcas.
“Por eso mismo preguntaron en una de las reuniones de la semana pasada si no es poco un cupo de 50.000 autos híbridos y eléctricos de menos de USD 16.000 FOB que podrán importarse sin pagar el arancel, y si debían haber permitido un volumen mayor. En el gobierno especulan con que este año los precios se actualicen mes a mes por la inflación. Por eso hay quienes querían poner un cupo más alto o directamente no poner un tope”, completaron.
Del otro lado, los industriales siguen sosteniendo que los autos “más baratos” que se venden en Argentina están en el límite de precio, porque son los que menos margen de ganancia dejan y con los que se busca más volumen que rentabilidad, y que el único modo de bajar más aun la carga impositiva que pesa sobre la producción.
![La industria automotriz sigue pidiendo](https://www.infobae.com/resizer/v2/UXRELTY2WJDAJDSPRQ2JPXXAD4.jpg?auth=4686e33d0eb1f872957cc2cf9197745734e4f6feac3f50aa91cd22437ed123b8&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
El gobierno lo sabe y lo ha reconocido, no solo en los dichos del presidente Milei, quién hace algunas semanas aseguró que los autos argentinos son caros porque tienen la mayor carga fiscal de la región, sino también en boca de los funcionarios que a lo largo del año pasado tuvieron al menos tres reuniones con los fabricantes argentinos.
No es un secreto que más allá de la eliminación del CEPO, que permitirá un flujo sin costos financieros entre ventas y liquidación de importaciones, las buenas noticias para que puedan bajar los precios de los autos cero kilómetro podrían llegar cuando se elimine el arancel a las exportaciones en primer lugar, y el impuesto a los débitos y créditos en segundo orden.
Después quedará por resolver la actitud que tengan gobernadores e intendentes, porque a ellos les toca decidir sobre otros dos impuestos que influyen fuertemente: Ingresos brutos y Tasas municipales.