Las retenciones no afectan solo a la Argentina, también le están haciendo perder a Rusia su liderazgo como productor mundial de trigo

Tendría la peor cosecha en 23 años. El clima no ayuda, pero según la Russian Grain Union los problemas de fondo son las cuotas a la importación de semillas y los derechos de exportación, que redujeron los ingresos de los agricultores y los hicieron volcarse a otros cultivos. Comparaciones con la Argentina

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FOTO DE ARCHIVO: Trigo se
FOTO DE ARCHIVO: Trigo se ve en un campo durante una cosecha, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Zaporiyia, Ucrania. 29 de junio 2024. REUTERS/Stringer/Archivo

La cosecha de trigo de invierno ruso en 2025 sería la peor en 23 años y según los especialistas, el resultado tiene mucho que ver con la aplicación de retenciones. Los impuestos, aseguran, están tirando la rentabilidad de los productores por el suelo y están poniendo en riesgo el dominio de Rusia como primer exportador mundial de trigo.

A finales de diciembre, los datos oficiales indicaban que un 32,7% del trigo de invierno ruso se encontraba en malas condiciones, el nivel más alto en 20 años para la fecha y muy por encima del promedio de los últimos 5 años de 7,3 por ciento. A su vez, solo el 31% del área cultivada fue evaluada en buenas condiciones, un mínimo de 23 años y bien por debajo del 74% del año previo.

Ante este panorama, SovEcon recortó su estimación para la cosecha a 78,7 Mt, una caída de 4,5% respecto de las 82,4 Mt de la campaña previa. A su vez, este registro se encuentra 10,6% por debajo del promedio de las últimas 5 cosechas.

Las severas variaciones que presenta el clima campaña tras campaña en un contexto del cambio climático han sido identificadas como una seria complicación, pero la Russian Grain Union (RGU) expresó que el clima desfavorable desvía la atención del verdadero problema que jaquea el liderazgo de Rusia en el mercado mundial del trigo. En los últimos años, diferentes medidas y decisiones políticas han causado un importante declive tecnológico en el sector agrícola ruso.

“Son varios los factores que perjudicarán a la producción rusa en los próximos años, prácticamente todos de origen humano. Uno de ellos, que se destaca en el contexto actual de adversidad climática, es la falta de semillas de alta calidad en el mercado. Según RGU, el nivel tecnológico empezó a deteriorarse en 2021, cuando el gobierno ruso introdujo derechos de exportación (retenciones) sobre el grano“, precisa un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario en base a fuentes rusas e internacionales.

Cuotas y retenciones

La situación empeoró cuando, en enero de 2024, el gobierno ruso impuso una cuota de importación de semillas procedentes de países considerados hostiles. Las semillas occidentales siguen estando disponibles en el país, pero la medida fue un duro golpe al sector, porque las encareció fuertemente dentro del mercado ruso y acentuó el deterioro tecnológico. El presidente de la RGU señaló en la publicación World Grain que es notable a simple vista la inferioridad de las genéticas locales respecto de las importadas en términos de rendimiento y productividad, lo que se profundiza cuando el clima no ayuda.

Otro de los efectos de los derechos de exportación al trigo y otros mecanismos de control comercial, que son aplicados con el objetivo de atenuar la inflación doméstica, es la migración progresiva de los productores a cultivos más rentables en detrimento del cereal. Andrey Sizov, director ejecutivo de la consultora SovEcon, comentó en una entrevista con la revista Miller que estos impuestos han reducido los ingresos de los agricultores entre un 10% y un 40 por ciento.

“Predijimos que los agricultores empezarían a sustituir el trigo por otros cultivos en 2021, después de que el Gobierno introdujera impuestos a la exportación. Esta es la razón principal por la que están abandonando el trigo. Las cuestiones meteorológicas son en su mayoría irrelevantes, ya que la agricultura siempre se enfrenta a ese riesgo”, afirmó Sizov a Miller.

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Consecuencias

Como consecuencia, la superficie de trigo en Rusia ha empezado a disminuir, tras alcanzar un máximo de 29,8 millones de hectáreas en 2023, y descender a 28,5 millones de hectáreas en 2024, la previsión para 2025 es de 28,2 millones de hectáreas, según las estimaciones de SovEcon. Los agricultores han comenzado a buscar mejores márgenes en cultivos poco habituales para la región como los garbanzos y las lentejas, que en 2024 tuvieron un crecimiento de área del 68%. Para la próxima campaña, se espera que el área de trigo de invierno caiga a un mínimo de 7 años, según los analistas de Rusagrotrans, con 15,4 millones de hectáreas, casi un millón menos que en la actual, que comenzará a cosecharse en junio.

El Ministerio de Agricultwfura ruso estima que la rentabilidad media del sector cerealista se sitúa en un relativamente cómodo 17%, sin embargo, los productores creen que esta cifra no tiene nada que ver con la realidad, ya que han experimentado una importante caída en los márgenes durante los últimos años. “Según la RGU, la rentabilidad promedio del sector agrícola se desplomó hasta el 4,9% en 2024 desde un 27,8% en 2020. La producción de trigo, que generó una rentabilidad récord del 32,5% en 2020, proyecta márgenes negativos para este año”, destacaron desde la BCR.

Ajuste cualitativo

En este marco, los agricultores han dejado de renovar su maquinaria, redujeron el uso de fertilizantes y fitosanitarios y comenzaron a optar por semillas más baratas y de menor calidad. La disponibilidad de trabajadores es escasa y los costos de mano de obra han aumentado. “Es así como el sector agroexportador de Rusia ha entrado en un círculo vicioso, en el que la baja rentabilidad impulsa una caída de las inversiones y la productividad, lo que ejerce una presión adicional sobre la rentabilidad”, agregaron.

En sus declaraciones a Miller, Sisov sostuvo que, de mantenerse el esquema de derechos de exportación, “la producción y las exportaciones rusas de trigo seguirán disminuyendo. Es sólo cuestión de tiempo que el país pierda su puesto de primer exportador mundial. Podría ocurrir ya en la próxima campaña o en la siguiente”

Historia

Fue a partir del inicio del siglo XXI que, con la decisión del gobierno de buscar la autosuficiencia en la producción de carnes que el sector agrícola de Rusia se benefició con el fuerte aumento en la demanda de granos. Esto se combinó con la transición a una economía con mayor orientación al mercado, donde las importantes inversiones en infraestructuras portuarias y la aparición de las grandes empresas con explotaciones agrícolas a gran escala, ayudaron a Rusia a convertirse en un gran exportador de cereales.Con el objetivo de abastecer a un creciente sector ganadero y alimentar a sus más de 140 millones de habitantes, Rusia realizó importantes desarrollos que incrementaron drásticamente su producción. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a principios de siglo, las cosechas de trigo promediaban los 35 millones de toneladas (Mt). Con las mejoras tecnológicas que se reflejaron en importantes avances en los rendimientos, Rusia vio duplicarse su producción de trigo hasta los 60 Mt en la década de 2010 y alcanzar la cifra récord de 92 Mt en la campaña 2022/23.

“Este aumento productivo, en conjunto con las inversiones en infraestructura portuaria motivada por la decisión del gobierno de consolidarse como exportador de cereales, llevó a Rusia a posicionarse como mayor exportador de trigo del mundo por primera vez en la campaña 2017/18, al superar a Estados Unidos y la Unión Europea. Tras cierta inestabilidad, fue a partir de la 2020/21 que se consolidó como líder indiscutido en el mercado internacional de trigo”, explicaron desde la BCRA.

Despierta un gran orgullo para esta nación posicionarse como primer exportador mundial de trigo, principalmente para las generaciones mayores que recuerdan la escasez de alimentos de otros años y las importaciones desde sus acérrimos enemigos en la Guerra Fría como Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, no es el estatus de Rusia a nivel mundial lo que más importa a los agricultores sino la preocupación generada por una sostenida disminución de sus márgenes de ganancia.

Aunque el estado de los cultivos mejora, las condiciones para el trigo y para el sector agrícola ruso no son alentadoras. Al igual que ocurre en Argentina, los productores de ese país llevan años reclamando por la baja de retenciones. La preocupación es tal, que muchos están migrando hacia otros cultivos menos cargados de impuestos.