Por qué las reservas no aumentan a pesar de que el BCRA ya compró más de USD 2.500 millones en lo que va del año

Los pagos de deuda a bonistas y a organismos internacionales complican la acumulación de divisas. Es una preocupación principal en las negociaciones con el FMI, que reclama medidas para que aumente el stock durante el 2025

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Foto de archivo: una persona
Foto de archivo: una persona camina frente a la entrada del edificio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en el centro financiero de Buenos Aires, Argentina. 16 sept, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian/File Photo

El Banco Central mantiene una importante racha de compra de divisas, pero no logra que esa acumulación se refleje en el nivel de reservas. Ayer fue otra jornada donde pasó exactamente eso. El BCRA terminó con un saldo comprador de USD 169 millones, representando el segundo volumen más alto del mes, pero el stock de dólares en poder del BCRA cayó USD 40 millones.

En lo que va del año, la tendencia es mucho más marcada y en la misma dirección. Hasta ayer, el BCRA acumuló compras por USD 2.568 millones. Sin embargo, no logró un incremento en el stock de reservas, que en lo que va de 2025 caen USD 715 millones.

Las dificultades para acumular reservas al menos en el arranque del año eran esperables, especialmente por la necesidad de hacer frente a los vencimientos de deuda. Por ejemplo en enero vencieron USD 4.500 millones en bonos que en su mayor parte están en poder del sector privado. Y la semana pasada hubo que hacer frente a un pago al FMI por USD 620 millones, que también tuvo inmediatamente un impacto negativo.

Además de las compras de dólares, el Gobierno también tuvo otros ingresos como el préstamo acordado con un grupo de bancos internacionales, bajo el esquema de repo. Fueron unos USD 1.000 millones que engrosaron en enero las reservas, las cuales llegaron a un máximo de USD 32.800 millones. Pero ayer cerraron en USD 28.897 millones, es decir una caída desde el pico de enero cercana a USD 3.900 millones.

El Gobierno ahora trabaja en varios frentes para acumular reservas. El más relevante es el acuerdo con el FMI, que incluirá nuevos desembolsos. La hipótesis de máxima que se maneja en el equipo económico es que lleguen entre USD 10.000 y USD 11.000 millones frescos.

Tanto Javier Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguraron que esos dólares irán directamente a engrosar las reservas del BCRA, pero que “no implicará un incremento de la deuda”. De esto se deduce que posiblemente el Tesoro cancelaría letras intransferibles que en su momento Cristina Kirchner entregó al BCRA a cambio de hacerse de las reservas de la institución.

El desafío principal pasa por acumular reservas netas, que siguen siendo negativas por alrededor de USD 5.000 millones. El Gobierno asumió con un rojo de USD 11.000 millones y logró revertir la situación parcialmente.

Los técnicos del Fondo exigen que la Argentina recupere reservas que le den una mayor colchón ante shocks externos. Además, sería la llave para trabajar en la apertura del cepo cambiario.

A mediados del año pasado desde Washington ya habían advertido la necesidad de eliminar el esquema “dólar blend”, por el cual los exportadores pueden liquidar 20% a través del mercado financiero. El año pasado fueron USD 17.000 millones que finalmente no compró el BCRA y que implicaron una mayor oferta de divisas para contener los dólares financieros y la brecha cambiaria.

Los dólares que pueda conseguir el Gobierno provienen específicamente de la cuenta financiera. No solo el FMI, también el BID y el Banco Mundial podrían realizar nuevos desembolsos, aunque como contrapartida de ayuda social y obras de infraestructura.

También está la posibilidad de conseguir financiamiento fresco por colocaciones de deuda. Sin embargo, el riesgo país arriba de los 700 puntos básicos es lo que menos precisa el Gobierno para avanzar en esa dirección.

En el horizonte ya aparece un nuevo vencimiento de bonos en julio por USD 4.500 millones, similar al de enero. Originalmente, los planes eran justamente recuperar acceso a los mercados para refinanciar parte de esos pagos con nuevas colocaciones de deuda. Pero hoy parece una chance lejana, por lo que habría que seguir echando mano a las reservas, dificultando la posibilidad de acumular.

Por el lado de la cuenta corriente, no habría buenas noticias a lo largo del año. Por la baja del dólar, la eliminación del impuesto PAIS y la reactivación, se estima que las importaciones podrían subir unos USD 15.000 millones, lo que achicaría sustancialmente el superávit comercial, que el año pasado rozó los USD 19.000 millones, una cifra récord, pero que sería insostenible.

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